Mi marido me dio una nalgada y me ofendí, pero el otro día soñé con ese momento y me excité

Mi marido me dio una nalgada y me ofendí, pero el otro día soñé con ese momento y me excité

Mi marido me dio una nalgada y me ofendí, pero el otro día soñé con ese momento y me excité

Mi marido me dio una nalgada y me ofendí, pero el otro día soñé con ese momento y me excité

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Mi marido me dio una nalgada y me ofendí, pero el otro día soñé con ese momento y me excité
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Ahora no sé cómo decirle que lo repita…

Mi marido me dio una nalgada y me ofendí mucho. Creo que está mal que haga eso, y cuando lo hizo hasta le grité, sin embargo, hace unos días soñé con ese momento y me excité tanto, que ahora no sé cómo decirle que lo repita. ¿Qué hago?

RESPUESTA

De la misma manera que me comentas, únicamente explícale cómo sucedieron las cosas; por ejemplo: “oye, mi amor, fíjate que la vez pasada que tú me hiciste esto sentí así, pero ahora que lo soñé sí me excitó; entonces, quiero pedirte que lo vuelvas a hacer, ya que sí me agrada la idea”.

Así de simple, no digas más, pues entre más directa y clara sea la comunicación, es mejor para su relación.

Recuerda que este tipo de acciones son válidas y entran bajo el rubro de conductas eróticas sadomasoquistas, y que la pareja que desee practicarlas lo puede realizar sólo con previo consentimiento de los dos. De hecho, elementos eróticos de adrenalina les colocan un sello de mayor pasión, las potencializan a través de lo prohibido, lo peligroso o lo violento.

Obviamente hay límites, aunque éstos ustedes los deben poner desde el principio; ejemplo: no se vale sacar sangre, tampoco dejar marcas o moretones; y cuando uno de los dos esté incómodo y ya no quiera jugar, entonces se tiene que suspender la práctica.

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