Sin miedo a intentarlo
Nos pasamos la vida con miedo...
miedo al qué dirán, miedo al fracaso; y lo que
es más ridículo, miedo a alcanzar la gloria.
Mires donde mires, encuentras el miedo
en los ojos de la gente.
Nos deja paralizados ante él, ante su
poder y capacidad de persuasión.
Él nos dice lo que es alocado, lo que tiene
sentido y si deberíamos intentarlo o no...
siempre mandando en nuestra vida.
Cánsate de él, del “eso no es para ti” o de su deseo
de dejarlo todo para más adelante.
Date cuenta de que sólo limita, nos obliga a ir
andando por la senda marcada y en línea recta.
Lo que deseo es volar, sin reglas ni limitaciones,
sabiendo que puedo caer,
pero con la convicción de que me levantaré.
Apúntate a este viaje sin retorno,
sin reproches ni lamentaciones,
eres bienvenido.
Mándalo al lugar donde se merece estar;
sí, al vertedero, al pozo más profundo o al mismísimo infierno.