Mamás que lo perdieron todo nos hablan de su vida en albergues tras terremoto

-Iliana, ¿cómo llegaron aquí?

“Lo hicimos porque un edificio que está atrás de mi casa se desplomó sobre ella”.

-¿Dónde está tu vivienda?

“En la calle Emperadores, entre Tokio y Sevilla, en la colonia Portales”.

-¿Cómo les explicas a tus pequeños lo que pasó?

“Les afectó mucho; al más grandecito le dio vómito y tiene crisis de pánico, se hace pipí a cada rato. Pero no hay palabras para explicarles esto, sólo les digo que estoy aquí para cuidarlos (Iliana no puede evitar llorar), aunque extrañan su casa..., pero, de un momento a otro nos quedamos sin nada”, concluyó.

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AMADA: “MI HIJO ESTÁ NERVIOSO, NO QUIERE HABLAR MUCHO DESPUÉS DEL SISMO”

-Amada, cuéntanos qué fue lo que le pasó a su casa...

“Los tres vivíamos en un edificio viejo que construyeron como en los años 50, y aunque no se colapsó, decidimos salirnos porque quedó muy dañado”.

-¿Tienes quién te ayude?

“Ésta es toda mi familia, no tengo a nadie más que me eche la mano, por eso estamos aquí. Muchos están regresando a sus casas, pero la verdad es que no es seguro, no queremos más desgracias. De milagro estamos vivos. Si mi hijo no hubiera estado, no sé qué hubiera hecho sola”, declaró.[/comments]

JULIA RUBÍ ES PSICÓLOGA Y VIAJÓ HASTA LA CDMX PARA AYUDAR A NIÑOS

-Julia, ¿de qué manera ayudan a los pequeños?

“Lo que hay que hacer con los niños es abrazarlos y darles un juguete, ya que muchos perdieron sus casas y es importante que tengan algo que sientan suyo”.

-¿En qué momento decidiste venir a ayudar?

“Hace 32 años, en el terremoto del 85, trabajé con gente que vivió lo que cientos de familias están viviendo hoy”.

-¿Cómo los percibes de ánimo?

“Casi siempre las personas que viven este tipo de desgracias están en trance, lo que les puede disparar enfermedades mentales”, concluyó.