La obra ‘El fantasma en el espejo’ ¡tiene un espectro de verdad!

Hace unos días se estrenó El fantasma en el espejo, en el Teatro López Tarso de la Ciudad de México, y el escritor y adaptador Óscar Ortiz de Pinedo, de 40 años, nos confesó que el teatro tiene su propio espectro, pues una niña hace muchas travesuras, y además le gusta sentarse a ver las funciones teatrales.

-¿Es cierto que se aparece una niña?

“Así es, todos los teatros tienen fantasmas; se dice que teatro que no los tiene, no es teatro de verdad, y aquí hay una niña como de 12 años que se aparece de vez en cuando por todos lados, e incluso, la tenemos captada en una fotografía”.

-¿Desde cuándo se aparece?
“Nosotros administramos el teatro desde hace poco más de cuatro años, y nos platicaron que los fantasmas existen debido a la energía y este recinto es un lugar muy energético, porque se manejan muchas emociones, eso alimenta y les gusta a los espíritus. Esta niña empezó a aparecerse en la época de El cavernícola, hace como 15 años, se escuchaba riéndose por los camerinos, o la veían sentada en las butacas o el balcón”.

-¿De dónde sacaron la fotografía?

“Un policía se tomó una foto para que su familia viera que estaba trabajando, y se ve la cabecita de la niña asomada; es inofensiva, pero muy traviesa. Cuando llegamos a este teatro y vimos que había juguetes puestos en el paso de gato, las bambalinas y donde trabajan los técnicos y actores, entonces preguntamos: ‘¿estos juguetes de quién son?’, y nos dijeron: ‘de la niña’. Y si no se los ponemos, además de los dulces, nos hace algunas travesuras’”.

-¿Cómo cuáles?

“Cambia la utilería de lugar, se mete en las frecuencias o algo sale mal en la función, entonces procuramos ponerle dulcecitos y juguetes, para que esté contenta. La escuchamos correr, reírse, bajar las escaleras y la hemos visto sentada en el palco o la segunda fila de asientos; y también en el elevador se siente una vibra muy pesada”.

Dicen que la niña falleció en el lugar, cuando era una hacienda y que se accidentó en unos juegos, por lo que su alma sigue vagando ahí.

RJ