Tony Flores nos contó cómo cambió su vida desde que sufre esclerosis lateral amiotrófica

Tony Flores nos contó cómo cambió su vida desde que sufre esclerosis lateral amiotrófica

Tendrá que vender su casa.

Tony Flores vive un infierno.

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Pedraza y Trejo

Tony Flores padece EPOC y ELA.
Pedraza y Trejo

“La muerte ‘la tengo al lado’, pero aprendí a aceptarla y espero que haya Tony para rato”.

Padece ELA y EPOC
Tony Flores vive un infierno.

Platicar con Tony Flores, de 67 años, es especial. La cita fue a mediodía en su casa, al sur de la Ciudad de México, donde su esposa, Martha, estaba atendiéndolo.

Y es que desde que le diagnosticaron esclerosis lateral amiotrófica (ELA), el año pasado, no lo deja solo. Nos recibió sentado, conectado a su oxígeno, pero con una sonrisa. Durante la charla, pasamos de la alegría de sus bromas, a la tristeza por saber cómo es ahora la dura realidad que vive, aunque nos dejó en claro que luchará hasta el final. Con 45 años de trayectoria y 43 de casado, para él, tener a su familia unida es lo que vale la pena.
-Tony, sabemos que no todos los días tienes el mejor ánimo, pero gracias por haber aceptado conversar con TVNotas... “Así es, no siempre estoy bien, aunque lo quiera, como hoy que hasta me bañé. Todo me cuesta trabajo (se le corta la voz y llora), pero estoy vivo, y eso agradezco todos los días al amanecer”.

-¿Cómo empezaste en el medio?

“Mi escuela estaba cerca de lo que era Telesistema Mexicano, entonces todos los días pasaba y me quedaba viendo. Un día, una persona me dijo que si no quería trabajar de extra en Domingos Herdez. Luego trabajé con Héctor Lechuga, Leonorilda Ochoa y Alejandro Suárez, quienes iniciaban”.

Fue fumador pasivo por el humo del cigarro de los cabarets.
Tony Flores es uno de los comediantes más famosos.

-¿Ejerciste tu carrera de Ingeniería?

“Trabajé un par de años en la Secretaría de Recursos Hidráulicos, pero enfrente estaba el hotel Fiesta Palace, y en la marquesina veía qué artistas se presentarían. Quería que mi nombre estuviera ahí, entonces, un buen día, dejé mi empleo”.

-¿Pero seguías haciendo extras?

“Un tiempo; después fui maestro de ceremonias en bares. Luego me dejaban cantar y hacer bromas. En 1972 me di de alta en la ANDA, y llevo 45 años de carrera. Quería trabajar cantando; sin embargo, se me dio más la imitación y los chistes”.

-¿Caíste en la tentación de las drogas?

“No me atrajeron. No tomo, porque mi padre era alcohólico, y recordaba cómo sufría mi madre. Si no tomaba, ¿para qué me metía un pase? Mi droga era el aplauso del público. Mi EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) es porque fui fumador pasivo; antes se encerraba todo el humo en los centros nocturnos, y eso me lo fumé completo”.

Tony no se rinde.
Su familia lo ha apoyado en su enfermedad.

-Y luego te llegó el diagnóstico de esclerosis...

“Así es, tengo ELA (esclerosis lateral amiotrófica), pero también mis hijas y mi esposa la tienen, pues me bañan, me visten y me dan de comer en la boca. En las noches, sudo mucho, y para mi enfermedad es malo, porque hasta neumonía me puede dar. Entonces, Martha se despierta tres veces o más para secarme, volverme a vestir y que pueda dormir (llora). ¿Eso cómo se lo pago?, ¿tú sabes? Si ella no se ha rendido, ¿por qué debo hacerlo yo?”.

-¿Reprochaste por qué a ti?

“Sé que Dios no me mandó esto, pero sí la cannabis (tratamiento que ha detenido el avance de su enfermedad) y a mi familia. La esclerosis no me dio por drogadicto o alcohólico, es genético. Son lecciones de vida que hay que aprender”.

-Aparte de la cannabis, ¿qué tomas?

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“De todo, porque además del ELA y el EPOC, padezco de diabetes, presión alta y arritmia en el corazón. Agradezco cada día que despierto vivo y puedo moverme un poco. También inicié un tratamiento de frecuencias auditivas personalizadas, las cuales oigo con audífonos. Son como sonidos de mar con gaviota. Con esto he mejorado de la arritmia”.[/comments]

-¿Qué sigue cuando termines el tratamiento de cannabis?

“Supongo que continuaré otros 18 meses, que fue lo que duró la primera etapa. Pero eso lo definirán los médicos”.
-¿Te cobran?

“Por supuesto. Antes eran mil dólares al mes (22 mil pesos), pero han tenido consideración y ya me cobran menos. Lo he podido pagar gracias a los diferentes eventos que han organizado mis amigos del medio”.

-¿Económicamente es difícil?

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“No hay dinero que alcance, esta enfermedad es muy cara y no puedo dejar mi tratamiento, porque sería retroceder. Además, tengo dos años sin trabajar, pero como te decía, la familia y mis amigos me han ayudado; no tengo cómo agradecer lo que hacen por mí. Y no sólo ellos, el otro día, una señora que vende tacos en la esquina de mi casa, me mandó 200 pesos, y se los acepté, porque me llenó de ternura. Ante la situación, tendré que vender mi casa, en la cual he vivido durante 20 años; es muy bonita, pero es todo lo que me queda”.[/comments]

-¿Tan mala es tu situación?

“Lo haré para tener fluidez económica. Es difícil sostener el mantenimiento (de la casa), y ya no puedo vivir en la Ciudad de México”.

-¿A dónde te irás?

“Debo de bajar de la altura de la ciudad, para que mi EPOC mejore; entonces, en cinco o seis meses, me iré con mi hija Nathaly, quien vive en Austin, Texas (EU)”.

Con tratamiento de cannabis ha salido adelante.
La enfermedad que padece es grave.

-En últimas fechas te vimos con un respirador artificial, ¿lo usas todo el día?

“Así es. Se ve aparatoso y deprimente, pero subí las fotos en mis redes sociales porque es mi realidad, y gracias a él estoy respirando bien. Costó 150 mil pesos; mis hijas cooperaron, y también mis yernos, entre ellos Joaquín Cosío”.

-¿Le tienes miedo a la muerte?

“La tengo al lado, y aprendí a aceptarla, pero tampoco es malo pedirle más tiempo al de arriba (Dios). Espero, con ayuda de Él, que haya Tony Flores para mucho rato”, finalizó el comediante.

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