¡Activista fue masacrada a golpes por defender a su perro!

Ireri Carranza López, una activista mexicana por la defensa de los animales, fue víctima de una brutal golpiza que le propino su vecino y la hija de éste, todo por un gato perdido y un perro travieso.

Todo comenzó cuando el gato de Ireri se perdió en la colonia Irrigación donde ella vive, y el primer lugar donde se le ocurrió buscar fue en la casa de su vecino, Rafael Sojo Jiménez y al preguntarle, el hombre le grito molesto que el animal no estaba ahí.

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Días después, Rafael se encontraba en la puerta de su casa cuando Ireri, su madre y su perro pasaron por ahí, se acercaron y le pidieron una disculpa por las molestias causadas unos días atrás, el travieso perrito quiso entrar a casa del hombre y éste lo regresó a la calle de una patada.
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De inmediato Ireri comenzó a reclamarle al hombre por usar la violencia en contra del can, Rafael le respondió con un puñetazo en la cara, el cuál la tiro al piso, donde Sojo siguió masacrándola a patadas.

La hija del hombre, Alexis Samantha Sojo Munguía, salió para apoyar a su padre, le preguntó “si quería más” y después le propinó un rodillazo a la activista.

La madre de Ireri y vecinos que presenciaban la cruel golpiza, llamaron de inmediato a la policía, quienes al llegar, minimizaron el asunto indicando que era una falta menor, por lo que Carranza decidió acudir directamente al MP para levantar una demanda.

Ahí estuvo 8 horas con las heridas expuestas y sin recibir atención médica, y cuando por fin la tendieron, la amenazaron con detenerla porque su perro no llevaba correa.

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Me trataron como una estúpida, como la loquita que cuida a los animales, que defiende a los perritos, hasta que no llegaron los vecinos que vieron todo y empezaron a presionar. Si los vecinos no lo detienen, me mata. No puedo mover los dedos de la mano derecha, no puedo mover bien mi cuello” aseguró Ireri.
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La mujer afirma que no se trató de una riña vecinal como lo tipificó la autoridad, sino de un delito de género y lo que quiere es sentar un precedente de que no se puede agredir así nada más a una mujer.

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Me cambio mi cara, me dejó el lado izquierdo caído, me abrió 3 centímetros del labio. Cuando agredió a mi perro le dije que era una persona terrible y me agarró a golpes” recuerda Ireri Carranza.

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KP