Si lo que buscas es trabajo y salud, San Charbel te podría ayudar
San Francisco de Asís, San Charbel y San Benito Abad te podrán ayudar, solo necesitas orar.

La misión de los santos es ayudarnos a tener fe y creer más
/Especial Horóscopos / Freepik / Pixabay
Según el catolicismo, los santos fueron humanos que por su grado de bondad alcanzaron la distinción especial de ser intercesores ante Dios; no hacen los milagros, solo son nuestros abogados para lograrlos. Llevaron vidas de fe, penitencia, conversión y pureza. Su misión especial es ayudarnos a tener fe y creer más.
San Francisco de Asís
Por la naturaleza, animales y comerciantes
Por la naturaleza, animales y comerciantes
Uno de los pilares más importantes de la Iglesia católica. Dedicó su vida a la oración y la pobreza. Vivía como ermitaño y amaba a los animales.
Su oración:
“Oh, Señor, hazme un instrumento de tu paz. Donde hay odio, que lleve yo el amor. Donde haya ofensa, que lleve yo el perdón. Donde haya discordia, que lleve yo la unión. Donde haya duda, que lleve yo la fe. Donde haya error, que lleve yo la verdad. Donde haya desesperación, que lleve yo la alegría. Donde haya tinieblas, que lleve yo la luz. Oh, Maestro, haced que yo no busque tanto ser consolado, sino consolar; ser comprendido, sino comprender; ser amado, como amar. Porque es dando, que se recibe; perdonando, que se es perdonado; muriendo, que se resucita a la vida eterna”.
“Oh, Señor, hazme un instrumento de tu paz. Donde hay odio, que lleve yo el amor. Donde haya ofensa, que lleve yo el perdón. Donde haya discordia, que lleve yo la unión. Donde haya duda, que lleve yo la fe. Donde haya error, que lleve yo la verdad. Donde haya desesperación, que lleve yo la alegría. Donde haya tinieblas, que lleve yo la luz. Oh, Maestro, haced que yo no busque tanto ser consolado, sino consolar; ser comprendido, sino comprender; ser amado, como amar. Porque es dando, que se recibe; perdonando, que se es perdonado; muriendo, que se resucita a la vida eterna”.
San Charbel
Para el trabajo y la salud
Para el trabajo y la salud
Monje que vivió en penitencia, ayuno y oración. En vida ya intercedía en los milagros. A su figura se le colocan listones simbolizando los favores pedidos.
Su oración:
“Tú, Señor, que no quieres la muerte del pecador, sino que se arrepienta y viva, dígnate a aceptar los sufrimientos de tu hijo/a (se dice el nombre del afligido/a) por la enfermedad... Por la intercesión de San Charbel, apóstol de los enfermos, concédenos valor y paciencia; y si es tu voluntad, otórganos la salud del alma y cuerpo manifestando tu poder de amor y compasión. Para que sano y alegre cumpla tus mandamientos y proclame tus maravillas. ¡Oh, Señor!, a ti sea la Gloria, por los siglos de los siglos. Amén”.
“Tú, Señor, que no quieres la muerte del pecador, sino que se arrepienta y viva, dígnate a aceptar los sufrimientos de tu hijo/a (se dice el nombre del afligido/a) por la enfermedad... Por la intercesión de San Charbel, apóstol de los enfermos, concédenos valor y paciencia; y si es tu voluntad, otórganos la salud del alma y cuerpo manifestando tu poder de amor y compasión. Para que sano y alegre cumpla tus mandamientos y proclame tus maravillas. ¡Oh, Señor!, a ti sea la Gloria, por los siglos de los siglos. Amén”.
San Benito Abad
Patrón de los exorcistas
Patrón de los exorcistas
Monje italiano, fundador de la orden de los benedictinos. Tenía el don del exorcismo, por ello, la medalla de San Benito es de las más poderosas.
Su oración:
“Señor, Dios Nuestro, que hiciste al abad Benito, esclarecido maestro del Divino Servicio, concédeme por su intercesión la gracia que te pido. También te pido, que prefiriéndote a ti sobre todos los lujos, avancemos por la senda de tus mandamientos con el corazón contrito, y rezando y trabajando con amor como él hizo. Por Cristo Nuestro Señor, amén”.
“Señor, Dios Nuestro, que hiciste al abad Benito, esclarecido maestro del Divino Servicio, concédeme por su intercesión la gracia que te pido. También te pido, que prefiriéndote a ti sobre todos los lujos, avancemos por la senda de tus mandamientos con el corazón contrito, y rezando y trabajando con amor como él hizo. Por Cristo Nuestro Señor, amén”.