Cacahuates japoneses provienen ¡de la familia del cantante Yoshio!

Cacahuates japoneses provienen ¡de la familia del cantante Yoshio!

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Redaccion TvNotas

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Mancera

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Nos contó todos los detalles de su negocio.

En entrevista exclusiva, el cantante Yoshio nos contó muchos detalles de su vida, como que su papá Yosi Hei fue el precursor de los cacachuates japoneses en México y que, aunque tiene ascendencia oriental, nunca aprendió japonés.
-¿Es mito o realidad que su papá trajo los cacahuates japoneses a México?
“Sí, aunque en realidad yo no tengo nada que ver en el negocio. Siempre me han relacionado con la fábrica de cacahuates y mi padre fue el precursor del cacahuate japonés en México”.

-¿Por qué se le llama japonés?
“La fórmula es del cacahuate japonés hecho directamente en Japón pero mi papá y mi mamá lo hicieron de manera diferente. En Japón es una especie de carapiñado no es la capa uniforme como la conocemos y está bañado en salsa de soya, pero mis papás en su búsqueda encontraron la forma de hacerlo y el primer paso es la harina y la melasa y para que todo el tiempo se mezcle el cacahuate lo hicieron en una máquina con una fuerza centrífuga, al girar hace que la capa sea uniforme. Eran varias manos las que se le daban. Luego pasa al horno igual en una fuerza centrífuga y luego la salsa de soya”.

-¿Por qué su papá supo hacer esta fórmula, era químico?
“No, él llegó a México en 1931 con una compañía que se dedicaba a hacer botones de concha nácar. Se aventó como el borras porque no sabía nada de los botones”.

-¿Llegó casado?
“No, mi madre es mexicana. Él llegó a la Merced, ahí establecieron la fábrica de botones. Conoció a mi mamá porque le rentó a mi abuela materna un cuarto y le gustaba mucho cantar, fue el cantante oficial de la colonia Japonesa. No hablaba nada de español y se subía a la azotea a cantar. Mi madre era la que lavaba la ropa de la familia y se veían en la azotea. Mi padre le preguntaba cómo se decían las cosas en español y al año se casaron. Nunca habló bien el español pero se daba a entender”.

-¿Usted habla japonés?
“No porque mi padre no tuvo realmente comunicación con nosotros. Nada más lo veíamos trabajando en la casa. Tuvieron 8 hijos pero dos murieron Yo me quedé como el más chico de tres hombres y tres mujeres. Mis dos hermanos ya murieron, uno de ellos fue pintor Carlos Nakatani fue un gran acuarelista”.

-¿Y qué pasó con la fábrica?
“Se la dejó a mi hermano Armando. El fue contador público y se hizo cargo del negocio. Mi papá aceptó. En vida era el director de la empresa, cuando fallece le deja a mi cuñada y mis sobrinas la fábrica. Siguen produciendo junto con una de mis hermanas”.

-¿Esa fábrica fue el sustento de la familia de sus papás?
“Sí, pero fue muy difícil para mi hermano sostener la fábrica. Tuvo dos problemas muy fuertes en la parte financiera. Era muy difícil conseguir el cacahuate en México porque lo escondían y especulaban con el precio. Luego llegan las grandes compañías y acaparaban la producción nacional. Batalló con eso. Le agarra la primera devaluación trayendo cacahuate de Argentina y luego en 82 trayendo cacahuate de Brasil. Fue muy difícil. Pensamos que la fábrica cerraría. Hay problemas económicos muy serios, pero es un negocio noble y sigue dando pero para la familia de mi hermano no para los demás. Si hubiera estado sana la economía hubiera dejado un subsidio para cada uno
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-¿Tiene familia en Japón?
Sí, mucha pero yo fui en 82 en el festival de Yamaha, ahí conocí a la familia, regresé en el 83 y no hemos vuelto. Yo no aprendí hablar japonés porque mi padre se la pasaba trabajando y cuando venía el fin de semana se iba con sus amigos. Jugaba pókar y era jugador compulsivo. Sí perdió mucho dinero. Perdía pero trabajaba. Siempre en cuestión de deudas fue muy honorable. Mi mamá si batalló mucho con eso. Siempre llegaba a pedirle el dinero y ella que era la que administraba pues qué hacía, mi papá se lo llevaba. Gracias a Dios tiempo después terminó con ese vicio”.

-¿Y usted dedicado siempre al canto?
“Sí, para mí no había otra cosa más que el canto. Dejé la escuela a los 18 años y me comprometí con mis padres a hacer una carrera artística. Mi papá se reflejaba en mí y me dieron todo su apoyo. Le agradezco a Dios que en vida les di mucha felicidad porque disfrutaron mucho mi carrera”.
RJ

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