Carla Estrada se confiesa: ¡Mi vida ha sido de telenovela!
Junto a su mamá estuvo al borde de la muerte, se enamoró de un judío y le quitaron a su hijo.

Carla Estrada se sincera...
/Mauricio Orozco
Una de las productoras más exitosas de nuestro país es sin duda Carla Patricia Estrada Huitrón, quien nació en la Ciudad de México. Hija de la actriz Maty Huitrón y del político Carlos Estrada, a sus 58 años de edad ve la vida con gratitud, pues nos explica lo difícil que ha sido la misma desde el momento de su nacimiento, cuando la vida de su mamá y la de ella estuvieron en peligro. Se define como una mujer llena de errores, como cualquier ser humano, pero el sufrimiento de no haber estado con su hijo Carlos, durante cinco meses la hizo levantarse y luchar por sus sueños. Incansable guerrera y llamada ‘La Reina Midas’, esta hacedora de sueños nos permite conocer lo que hay detrás de los reflectores, de la persona y de la mujer que hoy es.
-Carla, ¿cómo eras de pequeña?
“Muy creativa, aunque tímida, y lo sigo siendo, pero mi carrera me ha hecho imponerme. Siempre fui una niña amada, hasta te podría decir que mi vida, desde su inicio, es una historia de amor”.
-¿Por qué lo dices?
“Es que al nacer, mi madre y yo estuvimos a punto de morir”.
-¿Qué sucedió?
“Le pusieron una inyección de penicilina, entró en shock y yo nací un mes antes de lo planeado, por vía natural. Venía con muchos problemas, pues no terminaron de formarse mi estómago ni los pulmones. Estuve en una incubadora, creo que por eso han sido amorosos conmigo”.
…
-¿Cómo pasas de ser la asistente a obtener la oportunidad de figurar en la empresa?
“Un día se necesitaba a un director de cámaras, y empecé a buscarlo, pero no lo encontré, así que me propuse. No dormí en toda la noche, por el miedo, pero al día siguiente fue mi primera oportunidad ".
…
-¿Cómo mamá qué tal eres?
“Fui muy consentidora y protectora, hasta que mi niño tuvo 8 años. De pronto, mi vida dio un giro total, y dije: '¡no más!’”.
-¿Pues qué ocurrió?
“Se dio un divorcio con Reynaldo, y fue de mutuo acuerdo 1990; desafortunadamente, cuando mi hijo tenía 8 años, su padre se lo llevó de mi lado y no lo podía ver”.