Catherine Siachoque y Miguel Varoni tienen congelados embriones ¡desde hace 10 años!

Redaccion TvNotas

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La pareja ha decidido tras 20 años de matrimonio, postergar la paternidad.

Con 20 años de trayectoria, la colombiana Catherine Siachoque de 44, conocida como la villana de América por sus actuaciones en novelas como ‘Tierra de pasiones’, ‘La casa de al lado’, ‘Pecados ajenos’ y ‘Sin senos no hay paraíso’, nos habla de lo feliz que se encuentra con su matrimonio con el también actor y director colombiano Miguel Varoni, de 52 años, con quien esta casada desde 1999, tras dos años de noviazgo.
La actriz quien fue jueza de agosto a diciembre de 2015 del programa ‘Sí se puede’, de TV Azteca, y que actualmente graba la contra parte de la serie ‘Sin senos sí hay paraíso’, para Telemundo, nos comparte cómo han sido estos años de matrimonio, en los cuales ninguno de los dos ha querido tener hijos, pero nos revela que hace 10 años, ambos decidieron congelar cuatro embriones con los óvulos de ella y el esperma del actor, por si es que en un futuro deciden ser padres, echar mano de la ciencia, si es que el organismo de alguno de los dos, no puede tenerlo de manera natural.
-Catherine, platícanos de tu carrera como actriz...
“Desde pequeñita tuve gusto por las artes, a los 17 años forme parte de la compañía Colombiana de Ballet Clásico, de la que llegué a ser primera bailarina solista y me presenté en teatros importantes, pero me jaló más la actuación y recién acabo de cumplir 20 años dentro de este medio. Mis primeros trabajos fueron en comedias musicales, como ‘Sugar’, ‘La Casita del placer’, ‘La jaula de las locas’, ‘La invencible Molly Brown’, entre otras, aunque el canto nunca ha sido mi fuerte, sí afino, pero tampoco me aventaría a lanzar un disco, no llegaría a ese nivel de descaro ríe. Posteriormente comencé en novelas, en el 2000 Telemundo me invita a hacer una villana y con ésta se me abrieron las puertas en Estados Unidos. Desde ese momento Telemundo me firma como su artista exclusiva por lo que desde hace diez años fijé mi residencia en Miami, tras vivir toda mi vida en Colombia”.
-El año pasado estuviste como jueza en el reality ‘Sí se puede’, ¿qué te pareció nuestro país?
“Quede maravillada, ya estado ahí un par de veces antes, en una ocasión a acompañar a mi esposo el también actor Miguel Varoni de trabajo y en otra para unas entrevistas, pero nunca me había quedado tanto tiempo, viví siete meses por allá y visité varios lugares: Taxco, Puebla, Guerrero, Playa del Carmen, Campeche. En la ciudad de México también visite varios sitios, Chapultepec me lo conocí de memoria, te lo juro, ya hasta podría ser guía de turistas; el Museo de Antropología, el museo Soumaya, he visitado Teotihuacán, en donde volé en globo; también Xochimilco, Garibaldi, ya que me encanta con el Mariachi; la basílica de Guadalupe, la Ciudadela; la gente es muy amable, cálida, muy alegre. Respecto a su comida es maravillosa, los tacos, quesadillas, sopes, me encanta comer, aunque desde niña soy vegetariana, mis padres no lo eran ni mis hermanos, pero hoy en día mis hermanos son veganos, no comen ningún producto animal, no usan cosas de cuero, no consumen miel, leche, carne, pollo, mariscos, nada, ellos ya están en algo más complejo, yo sólo soy vegetariana, no como ningún animal, pero sí consumo aún algunos productos de origen animal”.
-¿Por qué te hiciste vegetariana tan pequeña?
“Desde que tengo uso de razón, jamás me gustó el sabor de la carne ni del pollo, mis padres sí trataban de que lo comiera ya que era parte de mi crecimiento y demás, pero no me gustaba. Gracias a Dios crecí súper sana y no tuve ningún problema, el cuerpo es tan inteligente que siempre te pedirá lo que necesitas, desde bebé mi cuerpo no me pedía carne y jamás la comí, y eso que en casa de mis padres siempre se comió carne, pero yo tenía mi comida especial, de hecho ahora en casa con mi marido, él come carne y yo misma se la preparo pero no la como. En México tienen una gastronomía tan especial, me encanta el nopal, amo el picante, salir a los tianguis y comer de todo, aunque México es un peligro porque subo de peso bromea. Incluso hasta aprendí a prepararle a Miguel, mi marido, platillos mexicanos, le hacía su mole con pollo, guacamole, salsa de pico de gallo”.
-Hablando de tu esposo, ¿han trabajado juntos?
“Sí claro, de hecho lo conocí trabajando juntos en la telenovela ‘Las Juanas’, en 1997, y en ‘Sin senos no hay paraíso’, en 2008. Él me dirigió, aunque era más rudo conmigo que con los demás actores. Nunca hemos sido pareja en novela, pero sí hemos sido compañeros, como cuando grabamos ‘La casa de al lado’, en 2011. Cuando lo conocí en 1997 y trabajamos juntos por primera vez, fue amor a primera vista y a los cinco días de habernos conocido ya éramos novios, y tres meses después nos fuimos a vivir juntos. Para 1999 ya nos estábamos casando por las leyes y la iglesia”.
-Y ya llevan 20 años juntos, ¿no?
“Sí, te digo que fue amor a primera vista. Al principio muchos no apostaban por nuestro amor, de hecho mis padres no eran los más felices en que yo estuviera con él, primero porque nos fuimos a vivir juntos sin habernos casado y segundo porque se hablaba mucho de los romances de Miguel en la prensa colombiana, pero él ya estaba soltero cuando comenzamos y yo decidí darme la oportunidad al amor; recién me iniciaba en la actuación, llevaba como tres novelas apenas y él ya era famoso en mi país, pero me dejé llevar por el amor y a la fecha estamos aquí felices. Ahora mis padres adoran a mi marido, de hecho se comunican más con él que conmigo, con decirte que mi madre le habla a diario”.
-¿Siendo ambos actores, es difícil ver las escenas de besos que hacen con otros actores?
“Pues no te voy a decir que es fácil, pero como bien dices, ambos somos actores y lo entendemos, de hecho cuando él me dirigió en ‘Sin senos no hay paraíso’, hasta le decía al actor, '¡agárrala bien!’ ríe. Pero ambos nos respetamos mucho y nos apoyamos mutuamente. Aunque debo confesarte que cuando nos conocimos yo era un poco más celosa que él, imagínate yo era muy jovencita y pues él ya era Miguel Varoni en Colombia, entonces sí la sufrí un poco hasta que dije ‘o me separo de él o controlo mis celos’, y así lo hice. Entendí que si esta conmigo es porque me quiere, ya que el día en que no esté a gusto me lo dirá. Estamos casados por la iglesia, pero no tenemos hijos ni nada, así es que lo único que lo ata a mi es nuestro amor, Miguel sabe que la puerta de la casa está abierta y el día en que decida ser feliz con otra persona, se va y nada de pleitos ni que lo dejaré o me dejará sin nada, porque eso ya esta platicado. Nos casamos por bienes mancomunados, pero nunca habrá pleitos de ese tipo”.
-¿Cuántos años te lleva Miguel?
“Nueve, ahora yo tengo 44 y él 53, y nuestro amor sigue intacto, muchos nos preguntan que porque no hemos tenido hijos con 20 años de matrimonio, pero si no los hemos tenido es porque así estamos felices, yo siempre he dicho que cada persona se realiza de diferentes formas, para muchos su realización es profesional y es a donde apuntan su vida, su esfuerzo, sus ganas, sus oraciones, todos. Hay otras personas que apuntan todo esto hacía tener hijos como en el caso de mis papas, mis padres siempre lo quisieron ser y tuvieron cuatro, pero eso es una vocación. Así como hay gente que quiere ser cura o monja, yo siempre quise ser esposa, tener mi casa, hacer mis cenas, así como en las películas, siempre me ido más hacia eso, más que a la maternidad. Yo no he soñado con ser mamá y Miguel tampoco, muchos me dicen, es para realizarte como mujer, pero yo conozco a mujeres que tienen cinco hijos y están frustradas completamente, así es que un hijo no te da la realización, porque yo me siento realizada como mujer. Si me muero el día de hoy, lo hago feliz, ya que tuve lo que quise tener. Al no tener hijos, ahora tengo la oportunidad de seguir disfrutando al máximo a mis padres, por ejemplo, me dedico a ellos y los veo como ellos me vieron a mí de pequeña, pero mira, el asunto de los hijos no esta cerrado, si algún día nos dan ganas de tenerlos, o tratamos naturalmente, o usamos las reservas que tenemos o también está la adopción”.
-¿Miguel comparte también tu decisión de no tenerlos?
“Totalmente, digo si él ya hubiera tenido la necesidad de tenerlos, obviamente ya me hubiese embarazado por amor al otro, pero como ninguno tenemos esa necesidad por eso es que no los hemos tenido. No soy nada niñera, de esas veces que vez a un bebé y muchas los quieren cargar, pero yo no, o sea, sí lo veo y digo ‘qué lindo’, pero hasta ahí, es un tema que quedó claro desde el inicio de nuestra relación y ambos compartimos la decisión.
-Me dices que podrían usar las reservas que tienen para tener un hijo, ¿a qué te refieres?
“Miguel y yo tenemos congelados embriones, dos en Colombia y dos en Miami, y lo hicimos porque si en determinado momento si nos surge la idea de ser padres, pues el tiempo pasa y luego físicamente ya no es posible, entonces ambos lo platicamos hace diez años y decidimos hacerlo. De siempre me ha incomodado que el hecho de ser madre, sea una cuestión de tiempo, de que a los 35 años ya vas para abajo en cuestión fertilidad, yo creo que el ser madre debe ser una decisión de amor, de necesidad y de deseo, por eso para no quedarme sólo con el reloj biológico, preferimos congelarlos y ahí están”.
-¿Cómo surgió la idea de congelar embriones?
“Porque un día yo me quedé pensando qué tal que un día sí me nace el instinto materno y ya no puedo físicamente, entonces lo hable con Miguel, ambos nos fuimos a hacer estudios para ver que nuestra maquinaria estaba bien, averiguamos cómo estaba la cuestión, de los costos, del tiempo que podían durar y los guardamos. Primero fue hace 10 años en Colombia y poco después en Miami. Espero que para cuando decida usarlos mi útero aún esté en condiciones para que crezca dentro un bebé, sino para eso existen los vientres de alquiler que ahora son muy comunes. Hay gente que cree en Dios y nos ha dicho que eso no es correcto, pero yo siempre he dicho que también hay que creerle a la ciencia, ya que si Dios no quiere, no pega un embarazo en nadie”.
-¿Es caro el pagar para tenerlos congelados?
“Algo, no me gusta hablar de cantidades, pero si como en un banco anualmente tienes que pagar para que sigan ahí congelados tus hijos. En nuestro caso tenemos que pagar tanto en Colombia como en Miami, son casos muy complicados, no creas que es de que ya no pagaron los papás y ya descongelan esos embriones, porque finalmente ya estás hablando de una vida. Además para congelar embriones se requiere de infinidad de trámites, debe ser notariado, con huellas y demás, hay cláusulas de todo, si nos separamos quien se queda con ellos y todo está firmado, no quiero dar mucho detalle de eso, pero todo está escrito ante notario”.
-¿Entonces hasta ahora no los quieren utilizar?
“No, prefiero sigan ahí y si en dos o tres años me nace el instinto lo hago, sé que ya tendré más edad, pero no importa, como te digo, si ya no puedo yo, veremos que alguien nos pueda ayudar. Pero mira, yo por ahora prefiero tener mis mascotas, sé que no es una buena comparación, pero ahorita a mis perros los veo como mis hijos, los amo, soy fanática de los perros y tengo tres, dos pastor alemán, ‘Iago’, que tiene un año y es mexicano y ‘Vicky’, que tiene cinco, también tenemos una perrita criolla que se llama ‘Angelita’, a ella la recogimos de la calle hace trece años en Bogotá, y ahora ya hasta se siente gringa bromea”.
-Si dices que no te nace el deseo de ser madre, ¿cómo fue que decidiste congelarlos?
“Porque creo en la ciencia y si en algún momento nos nace el deseo lo haremos, aunque tampoco descartamos la opción de adoptar, la verdad es que algo que ahorita no es prioridad, para el 2016 ó 2017, no te puedo asegurar nada, todo puede pasar”, concluyó.

#mivida

Una foto publicada por Miguel Varoni (@soyvaroni) el

Este es nuestro nuevo hijo Iago ... Con i de puntico .... Ahora subo fotos masssimas del otro hombre de la casa

Una foto publicada por Miguel Varoni (@soyvaroni) el

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