Guadalupe Pineda cantó donde no había gente ¡con los ojos cerrados de vergüenza!

Con 42 años de trayectoria profesional, Guadalupe Pineda, de 61, nos abrió su corazón y compartió con nosotros los difíciles momentos por los que tuvo que pasar para consolidarse como cantante, pues aunque contó con el apoyo de su tío, el señor Antonio Aguilar, tenía la responsabilidad de ser madre, y es que a sus 22 nació su única hija, Mariana, fruto de su relación con Alfredo Gurrola. La jalisciense se casó tres veces, pero fue con el ex procurador general de la República, Antonio Lozano Gracia, de 62, con quien ha forjado un feliz matrimonio de 17 años.
Y aunque ya no tuvomás hijos como hubiera deseado, hoy vive su gran momento, ya que se encuentra de gira con Tania Libertad y Eugenia León, por todo México, como Las Tres Grandes.

-¿Cómo te involucraste en el ambiente profesional como cantante?
“Sola, con mi trabajo en las peñas. Ahí se escuchaba música de Chile, Colombia y Bolivia. Era un canto rebelde, de protesta, pero me sentía identificada. Así conocí a Violeta Parra, Alfredo Zitarrosa, más tardea Silvio Rodríguez y Pablo Milanés”.

-¿Cuánto ganabas en ese tiempo?
“Me pagaban 33 pesos por tocada, más mis tacos y mi café. Pero hacía tres peñas en una noche; entonces, 90 pesos ya eran algo. En esa época pagaba renta, pues vivía en un departamento con cuatro amigas en Mixcoac CDMX, desayunaba leche en polvo, frijoles, pan, y tenía un vochito de 1969 que me regaló mi papá".

-Tenías 22 años, trabajabas y tenías a tu bebé, ¿cómo le hacías?
“Cuando nació Mariana ya no estaba en la universidad, pero como cantaba, tuve un ángel de la guarda llamado Josefina Aguilar, mi madre, quien cuidaba a mi nena. Mi carrera no habría sido la misma sin su apoyo. Hubo momentos dolorosos, de cantar en donde no había gente y lo hacía con los ojos cerrados, porque me daba vergüenza”.

-¿Cuál ha sido el mayor sacrificio que has hecho en toda tu carrera?
“Estoy por cumplir 42 años de trayectoria y creo que lo más difícil para mí fue cuando murió mi papá, en 1985; tenía el compromiso de cantar en Zacatecas, y me presenté con todo el dolor del mundo, pena y la garganta apretada”.

-¿Ha valido la pena todo lo que has pasado?
“Para mí, sí. He tenido grandes y maravillosas satisfacciones; pero también me ha pasado por la cabeza decir: ‘no puedo más, quiero dejar de cantar’”.

-¿Por qué?
“Hay momentos en que la cuesta es demasiado hacia arriba y no puedes llegar, o avanzas dos escalones y te resbalas cuatro. Esta carrera no es fácil, y en 42 años no todo ha sido bonito”.
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RJ