Lolita y Laura Cortés contactan a su difunta mamá
Lolita y Laura recurrieron a una médium para poder hablar con fallecida madre y descubrieron que ella no se quiere ir.

TVNotas | Lolita y Laura Cortés contactan a su difunta mamá.
/Esteban y Gina Sánchez
A casi un año de la muerte de doña Dolores Jiménez, madre de Lolita, de 49, y Laura Cortés, ambas tenían muchas preguntas que quedaron pendientes con su mami, por lo que asistieron a un encuentro con ella a través de la prestigiada médium, Samak, quien logró contactar a la señora. Al principio, tanto Laura como Lolita estaban un poco escépticas, pero cuando sintieron la presencia de doña Dolores, se soltaron a llorar; y momentos después nos contaron cómo vivieron dicha experiencia que, ambas reconocen, las llenó de paz:
- Lolita y Laura, ¿cómo deciden acudir con una médium?
Laura (LA): “Mucha gente puede criticar que recurras a una médium, pero llega el momento en que es tanto el dolor y la incertidumbre, que lo haces. Quería saber dónde está mi mamá, ella no quería morir y dije: ‘Voy a aceptar ir con una persona a la que le pueda creer’, y estoy satisfecha con Samak”.
- Lolita, tú venías escéptica…
Lola (LO): “Sí, Laura ya me había platicado de Samak, pero yo no había querido hablar del tema de mi mamá. Hemos venido pasando cosas muy difíciles en la familia y le comenté: ‘No, por favor’; luego me pasó el curriculum de Samak y dije: ‘Sí, está bien, no perdemos nada; si vemos que no es lo que queremos o que no es cierto, nos paramos y nos vamos’. De verdad iba completamente escéptica y escuché todo lo que necesitaba saber, una necesidad para seguir caminando, porque todo lo que hacemos es por nosotros y también porque ella nos forjó”.
- ¿Cómo fue el momento al hacer contacto con su mami?
LA: “Hay mucha gente que no cree, que nos puede decir: ‘Ya déjenla en paz’, pero hoy nos enteramos de muchas cosas que nos estaban revoloteando en la cabeza. Nos gustó mucho el trato de Samak, ella es maravillosa”.
LO: “Dijo cosas que no hay manera de que pueda saber de nosotras, y desde el primer segundo que nos tomamos de las manos, efectivamente fue de sentir una energía muy fuerte”.
LO: “Dijo cosas que no hay manera de que pueda saber de nosotras, y desde el primer segundo que nos tomamos de las manos, efectivamente fue de sentir una energía muy fuerte”.
- ¿Sintieron su presencia?
LA: “Van a decir que estoy loca, y no me importa, pero sentí que estaba hablando con mi mamá, fue muy shockeante”.
LO: “Eran sus palabras. Nos respondió muchas dudas que veníamos preguntándonos estos días. Justo hoy, ayer, que decía cosas que me venían revoloteando en la cabeza, nos respondió muchas cosas como ella lo haría, tal cual nos habló de otras tantas tan inolvidables; fue una superexperiencia. Nos dijo que no nos preocupáramos; así era ella, muy práctica”.
- ¿Qué le preguntaron a su mami?
LA: “Le pregunté: ‘¿Cómo estás?’, y me dijo: ‘Muy triste, estoy aquí con ustedes, no me puedo ir; quería hablar con ustedes y aclarar cómo están’”.
LO: “Nos dijo: ‘Dejé cosas inconclusas, dejé a mi familia unida, los extraño’; y nos regañó: ‘Ay ya, tienen cosas que hacer, apúrense; siempre lo mismo con ustedes’ (ríe)”.
- ¿Al final qué pasó?
LA: “Se abrió un portal para que ya pueda transportarse a otro mundo. Es ella la que no se quiere ir, se quiere quedar aquí con nosotras para seguir en la chorcha, quiere seguir oyéndonos cantar; nosotras la dejamos ir, pero ella no quiere. Y sí le preguntamos que qué sentía por mí, qué siente de estar allá, si había visto a la tía Mari, y dijo que apenas hoy la vio, después de que le abrimos el portal, pero aclaró: ‘Yo quiero estar aquí; sí voy a pasar, pero necesito arreglar cosas’, y así de terca como era: ‘No, todavía no’, nos decía”.
- ¿La dejaron ir?
LA: “No, no queremos... ella no quiere y nosotras tampoco, porque todavía tenemos cosas por arreglar; además, nos pidió perdón”.
LO: “Ella está muy tranquila, muy contenta, ya no está con tristeza; nos pudimos decir cosas que nos teníamos que decir”.
- ¿Qué cosas?
LA: “Era aclarar si está bien, preguntarle: ‘Ahí donde estás, ¿estás bien?, ¿estás triste?’, y respondió: ‘Sí’, y yo: ‘Bueno, pero ya sabemos cómo estás’. Y ya conforme fue pasando la plática, fue como que ‘ya estás más tranquila’. Ya le dijimos que donde quiera que esté, está más tranquila, y nos advirtió: ‘Es como cuando estás impaciente de algo, de pronto hablas y todo está bien tranquilo; y sí hay cierto problema, porque la comunicación está fallando’... ‘Ah, bueno, ¿pero estás bien?’... ‘Así es’”.
- ¿Sobre qué les advirtió?
LO: “No podemos hablar del tema porque es un asunto legal”.
- ¿Qué fue lo que más les pegó de toda esta experiencia?
LO: “(Llora) Nos pidió perdón porque ella creía que no había hecho lo suficiente por nosotras”.
LA: “No he parado de llorar, venía muy mal y me está costando mucho trabajo no hacerlo, porque es una muerte que nos ha pegado demasiado, y volverla a escuchar ahorita... no nos queremos soltar de las manos, no la queríamos dejar ir, y dije: ‘No, es que no quiero que se vaya, por qué le voy a decir que se vaya, yo lo que quiero es que se quede un rato más’, pero estamos echándole muchas ganas. Nos recordó que somos exitosas; nos dijo: ‘Las dos van a salir adelante, ya falta poco, tranquilas y gocen’, y dije: ‘Qué bueno que te fuiste antes de la pandemia, porque no lo hubieras aguantado’, y nos empezamos a reír como lo hacíamos siempre, con humor negro. Creo que mi mamá sí está ahorita con nosotros”.
- ¿Dónde se quedó tu mamá al finalizar la sesión?
LO: “Nos dijo que va a seguir aquí, que no se quiere ir; ya es cuestión de ella, quiere seguir en la chorcha”.
- ¿Cómo continuarán con la vida, de hoy en adelante?
LO: “Hemos sido muy guerreras, muy luchonas, y ahora simplemente creo que vamos a estar con mucho más tranquilidad; vamos a estar más tranquilas, más felices y platicando más con ella, invocándola más de lo que ya lo hemos hecho. Ya estoy en paz, sé que está bien, entonces puedo empezar de nuevo”.
LA: “Muchas cosas van a empezar de cero, otras las vamos a reforzar, pero tenemos fuerza; todo muy bien”, finalizaron.