Mauricio Garcés, un seductor con mucha clase

Sin duda alguna, muchos de los galanes del cine mexicano sintieron más de una vez envidia del éxito con el que Mauricio Garcés seducía a mujeres por centenares. Hoy celebramos lo que sería su cumpleaños número 85. El recuerdo que evoca en nuestra mente es representado fielmente por su frase más famosa: “Debe ser horrible tenerme y después perderme…".

Tampico, Tamaulipas fue el escenario en el que nació uno de los más grandes actores de México. Con el nombre Mauricio Férez Yazbek, el futuro galán y seductor viajó a los seis años a la Ciudad de México, lugar que se volvería su hogar hasta su muerte en febrero 27 de 1989.

Evidentemente sus ídolos fueron Clark Gable, Gary Cooper y Cary Grant, galanes cinematográficos que lo impulsaron cambiar su apellido por Garcés, debido a que pensaba que la letra ‘G’ le daría buena suerte.

Su primera película fue ‘La muerte enamorada’, en 1950, a la cual llegó debido al apoyo de su tío José Yazbek, productor cinematográfico. Poco a poco fue ganando terreno como actor en películas como ‘Préstame tu cuerpo’. ‘Los hermanos Diablo’, pero sería su papel en ‘Gutierritos’ el que le daría una posición como actor de drama.

Las películas más exitosas fueron las que grabó en los años 60, como ‘Casi Casados’, ‘Perdóname mi vida’, ‘Despedida de Casada’ y por supuesto su interpretación de 1967 de ‘Mauricio Galán’ en Don Juan 67.

Aunque en sus películas Mauricio Garcés interpretó siempre a hombres seductores, en la vida real era de una personalidad muy diferente. Permaneció soltero durante toda su vida y se le conocieron muy pocos amores. Su mayor afición fue siempre el juego y el tabaco, mismo que le costó la enfermedad que lo llevaría a la muerte en 1989: cáncer pulmonar.
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BVV