Nadia reconoce que la fama la desubicó y la llevó a ser una persona que no era

A 11 años de haber participado en la primera generación de ‘La Academia’, Nadia López se define como una nueva mujer, pues durante varios años vivió, como ella lo dice, perdida, sin encontrarse y haciéndole daño a su familia. Platicamos con ella y nos habló de los difíciles momentos que vivió y de cómo encontró de nuevo su camino.
-¿Qué te pasó, por qué la necesidad de acercarte tanto a Dios?
Pues en la vida uno se va topando con diferentes experiencias y en mi caso fue muy claro, yo empecé a ir a Semilla de Mostaza, mi congregación cristiana, y fue como me di cuenta que estaba haciendo cosas que no debían pasar, sin embargo yo seguía ahí, hasta que me estrellé con pared, y fue cuando decidí hacer un cambio. Antes sentía que nada era suficiente, siempre quería algo más y más, y ahora todo es una bendición extra, porque en realidad me siento una persona completa porque ahora puedo disfrutar y aprender de mis errores”.
-¿Esos errores que asimilaste, eran porque al volverte famosa cambiaste, en el amor no te iba bien o qué fue?
Creo que fue mi terquedad, porque a veces te aferras a hacer las cosas como tu quieres y cuando las quieres y no te importan los consejos de los demás, y no me importaba que me dijeran que estaban mal las cosas que hacía, estaba viviendo la vida muy aprisa, casi toda mi etapa antes de ‘La Academia’ había sido una vida muy lenta y definitivamente mi mundo era muy pequeño y cuando salí de ‘La Academia’ fue un boom tan grande, que me vi rodeada de un mundo desconocido y me quería comer a rebanadas, creo que eso fue por mi inexperiencia, mi inmadurez y el no saber distinguir qué cosas estaban bien y cuáles mal, quise vivir todo muy rápido”,
-¿Te alejaste de tu familia?
Ellos no me dejaron, yo me quise alejar, pero ellos se aferraron a mí y ahora se los agradezco tanto, porque sé que a pesar de que yo intenté caminar lejos de mi familia, el que ellos estuvieron ahí solamente con su presencia fue un punto clave en mi vida”,
-¿Te desubicaste?
Sí, pero no tanto en el sentido de que me sintiera más que los demás, o que se me subiera la fama, sino que me desubiqué en querer adaptarme a un nuevo mundo. De pronto muchas personas llegaron a querer ser mis amigos y no lo eran, creo que quise ser una persona que no era. Ahora mis prioridades han cambiado porque ahora primero es Dios, luego mi familia y después el trabajo, antes era primero mi trabajo, luego mis amigos, luego yo, al final mi familia y al último Dios; eso ha sido un cambio importante”.
-¿En el amor también sufriste?
Sí, mucho porque en ese momento no había un parámetro con el cuál escoger las personas que estaban a mi lado, no digo que todos hayan sido malos, pero creo que no tenía comparativos para saber qué quiero de un hombre y qué no quiero, y ahora sí lo sé muy claro”.

-¿Cómo llevas la mediación para que no todo en tu vida sea la religión, y no caigas en lo que muchos artistas que hasta cambian su forma de vestir y las letras de sus canciones?
La verdad oro mucho para que Dios me lleve por donde él quiere, y dije ‘Dios, aquí tienes mi carrera, si quieres que ya me desaparezca de este medio, tú guíame’, y solito llegó el disco y las cosas en mi vida han cambiado. Pasé por una etapa muy fea porque pude ver como por mi terquedad estaba acabando con mi carrera, con mi familia, conmigo misma y Dios me permitió ver lo que estaba haciendo mal.
“Lloré demasiado, se me fueron los tornillos, tuve crisis de angustia, ataques de ansiedad, cosas muy fuertes y en algún momento pensé que iba a perder la cordura, pero ahora soy una persona nueva, vivo con esas consecuencias, pero tengo la esperanza de salir adelante. Sufrí de mucha soledad porque yo era muy introvertida y no lograba adaptarme a la nueva vida que me esperaba y ya tampoco encajaba en la anterior, pero ahora me siento viva”, concluyó.
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