Pleito entre Aída Cuevas y fans de Lucero podría terminar en demanda

El pleito entre Aída Cuevas y los fans de Lucero no ha hecho más que empezar.

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Clasos

El pleito entre Aída Cuevas y los fans de Lucero no ha hecho más que empezar.
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La intérprete ranchera ha recibido amenazas que podían poner en riesgo a ella, a su familia y hasta a su patrimonio.

Luego de que la intérprete Aída Cuevas, de 50 años, dijera que Lucero, de 43, no era una cantante de ranchero, sino baladista y popera, y esto provocara que los fans de ‘La Novia de América’ la hostigaran a tal grado de decirle que quemarían su casa, decidió pronunciarse públicamente sobre el incidente, al asegurar que teme por su seguridad y la de su familia.
Ya me han amenazado a mí, a mi familia, en quemar mi casa y hacer otras cosas que se salen de contexto. Entonces el fanatismo siempre es malo. Pero yo no agredí a Lucero, sólo dije mi opinión”, sentenció ‘La Reina de la Canción Ranchera’, quien adelantó que demandará a quien resulte responsable de los ataques:
He sido muy atacada, aunque no me importa eso, pero cuando vienen amenazas contra mi persona y familia, creo que no es justo; voy a levantar una demanda a quien corresponda, que en este caso será a Lucero y su equipo, por si pasa algo”, relató la cantante, quien asegura que en ningún momento quiso faltarle el respeto a Lucero.
Yo no hablé mal de Lucero, no la insulté y no la sobajé. Yo dije que una cantante de ranchero tiene que tener trayectoria, hacer falsetes, cantar corridos. Yo en mi vida me he metido con ningún artista, porque todos merecen mi respeto, jamás he tenido la suerte de colgarme de nadie”, concluyó una molesta Aída.
En cuanto a Lucero, la también actriz y conductora se ha mantenido un tanto alejada de la polémica, al no haber realizado comentario alguno sobre Aída o sus fans, sólo ha recurrido a su cuenta de Twitter para invitar a sus seguidores a dejar pasar las cosas que tienen como objetivo hacerles daño.
“Todo se arregla con una sonrisa. No hay que engancharse, no hay que enojarse por nada o por nadie. La felicidad está en cada uno. Es muchísimo mejor ser dueño de tu silencio, que esclavo de tus palabras. Pensar antes de hablar”.
“Saber que, ‘aunque las palabras se las lleva el viento’, detenerse y reflexionar antes de aseverar algo es mucho mejor”, escribió Lucero.
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