Tábata Jalil se dejó impresionar por Corea ¡representó a México y tuvo experiencia única!

Tábata Jalil se dejó impresionar por Corea ¡representó a México y tuvo experiencia única!

Tabata Jalil vivió una experiencia inigualable en Corea.

Tabata Jalil vivió una experiencia inigualable en Corea.

/

Twitter

Tabata Jalil vivió una experiencia inigualable en Corea.
Twitter

Comió pulpo vivo, estuvo en un templo budista y conoció un árbol de 11 siglos de vida.

La conductora del programa ‘Venga la Alegría’, Tábata Jalil, de 36 años, fue invitada por el Ministro de Cultura, Deporte y Turismo de la República de Corea;a través del Servicio de Cultura e Información de Corea fueron elegidos 11 reporteros de 4 países: Egipto, Indonesia, Kazajistán y México.
Ahí tuvo la oportunidad de conocer distintas ciudades, incluso dormir en una vivienda tradicional Hanok, visitar un templo budista, y ¡hasta comió pulpo vivo!
-Tábata, supimos que estuviste en Corea ¿qué hacías por aquellos rumbos?
El Ministro de Cultura nos hizo la invitación a varios reporteros del mundo y afortunadamente salió mi nombre por ahí, nos fuimos casi quince días y estuvo maravilloso, nos trataron como reyes, es una península muy hermosa. En Seúl, capital de Corea, donde pude ¡ver de todo! Rescatan el cauce de los ríos dentro de la ciudad con beneficios ecológicos”.
-¿Cómo fue la selección?
Los Ministros de Cultura someten a valoración si tú quieres ir, son varios países; pidieron reporteros de Rusia, Indonesia, Egipto, México y Kazajistán, los medios de comunicación valoran si pueden cubrir los contenidos y te mandan. Aquí en México llegó la invitación por el Ministro de Cultura y decidieron que la reportera fuera yo por el tipo de reportajes que hago. Fui la única reportera de México, de hecho más que representar a Azteca, vas representando a tu país y a todo el continente, pues era la única de América y para ellos es un lugar ¡muy lejano! Me preguntaban de todo sobre México”.
-¿Qué te preguntaban?
Si nosotros también comemos de cierta manera el pollo, y ya les decía que también hacemos un caldo de pollo, pero no le ponemos ginseng planta con fines medicinales en los países asiáticos; preguntaban cómo comíamos el arroz, si cocido o al vapor, ese tipo de cosas preguntaban. Ellos, por ejemplo, son budistas en su mayoría, no festejan la Navidad, ni el año nuevo como nosotros lo hacemos, tienen otro tipo de calendario, eso les llamaba mucho la atención. Ellos tampoco se saludan, no son de darse abrazos o besos, eso es muy curioso porque nosotros como mexicanos a todo mundo abrazamos y besamos”.
-¿Qué experiencia te llevas de haber estado en aquel país representando a México?
Me llevo un calor muy especial, ellos son muy entregados, las personas coreanas tratan de demostrar su cariño a través de la comida, al ayudarte y servirte, todo el tiempo están tratando de estar al pendiente de ti. De verdad ¡fue uno de los mejores viajes de mi vida! Me llevo mucha experiencia como el estar en un templo budista y hablar durante una hora con un monje, lo primero que me dijo fue que si yo estaba trabajando para ser feliz, y que ellos se dedicaban a difundir este mensaje en el mundo y que no importaba qué tipo de religión profesaras, si tú ibas al templo budista ellos te hacían la invitación a quedarte, a reflexionar y hacer una pausa en tu vida. Me dejaron la enseñanza de que hay que tener más paciencia, apreciar más las cosas, y disfrutar lo que tenemos”.
-¿Ya habías ido a Corea antes?
No, fue mi primera vez de viajar a Asia. Básicamente nos comunicábamos en inglés y tuve una traductora, Shu Hi, que nos acompañó a todos los lugares, visité un templo budista, el santuario más grande del mundo de Taekwondo, también en Busan hay un mercado de 7 pisos donde venden peces, todos vivos, y comes pulpo, también vivo, que sólo lo cortan o lo enrollan vivo en un palillo para que te lo comas”.
-¿Probaste el pulpo vivo?
¡Sí lo probé y fue mortal! ríe. Ni siquiera te dejan pensarlo, es como una costumbre y los coreanos dicen que como libera endorfinas y al cortarlo vivolibera tanta adrenalina que al comerlo tienen mayor propiedad energética, por eso te lo comes crudo. Afortunadamente no me lo comí enredado en un palillo chino, que es una de las maneras de hacerlo de un solo trago, pero es muy peligroso porque se te puede quedar pegado. Afortunadamente lo cortaron y lo probé ¡moviéndose!”.
-¿Te gustó?
Pues sí me gustó, a final de cuentas no sabía a nada, porque no tenía soya ni limón, pero sí te acaba gustando. Aunque me tardé 3 minutos en podérmelo pasar ríe”.
-¿Qué otra cosa te impresionó de Corea?
Dentro del templo budista vi un árbol de Ginkgo de 1100 años, o sea ¡11 siglos de vida! Fue imponente estar frente a un ser que tiene 11 siglos de vida, y como me lo dijo el monje budista: ‘Así como él en algún momento va a morir, nosotros también, entonces estamos aquí como una pequeña gota sobre una hoja de loto’. Yo me llevo la maravilla de poder haber estado frente a este gran ser vivo y el mensaje de proteger al mundo porque somos tan pequeña cosa con todo lo que nos rodea, y es muy importante cuidar lo que tenemos porque no tenemos otro planeta de repuesto”.

LAV

Boton-Google-News

PUBLICIDAD - Estas notas son patrocinadas -