Fray Tormenta, el sacerdote que lucha contra las drogas y ¡protege a los niños!

En la década de los 70, Fray Tormenta llegó a la cima en tres aspectos: como luchador, sacerdote y servidor social. Sus múltiples personalidades lo convirtieron en una leyenda, incluso inspiró para que se crearan varias películas mexicanas. La lucha le ayudó a sostener a los pequeños de la casa hogar Cachorros de Fray Tormenta. A pesar de estar retirado de las peleas, asegura que es imposible dejar el ring, así que de vez en cuando, el padre Sergio Gutiérrez realiza sus actividades eclesiásticas enmascarado; al respecto, platicamos con él, y nos contó lo siguiente:

-¿Qué hacía antes de ser sacerdote y luchador?

“Tocaba la guitarra en la calle, en los camiones, y afuera de las pulquerías. Mi talento en la música me llevó a trabajar en un circo con Viruta y Capulina; ese entorno me acercó más al alcoholismo”.

-¿Cómo decidió dejar esas dependencias?

“Fue gracias a mi mamá; una vez llegué con el ojo cerrado por un botellazo que me dieron, y ella me dijo: ‘prefiero que te maten, porque sólo así sabré dónde estás; ese día le contesté que quería ser padrecito, pero no me creyó, ya que yo estaba drogado; sabía que lo tenía que dejar, y me desintoxiqué”.

-¿Le cumplió a su mamá lo de ser padre?

“Sí; un día pasaba por una iglesia, me asomé y me vi celebrando misa, no sé si fue una alucinación, pero así fue, como si observara algo que me iba a pasar después”.

-¿Se fue a estudiar a Europa?

“Cuando hice los votos simples, me mandaron a España a estudiar Filosofía, y después Teología, en Roma”.

-¿En qué momento surge Fray Tormenta?

[comments]

“Me metí de luchador por la película, El señor Tormenta; hay un diálogo que dice: ‘déjate ganar, mis chamacos no van a comer’, y se me prendió el foco”.

[/comments]
-¿Quién le enseñó?

“José Ramírez, quien luchaba como El Líder; me acerqué a pedírselo, y me dijo que sí”.

-¿A cuántos jóvenes apoya en la actualidad?

“A tres, uno de 16 años, otro de 21, y uno más de 18; viven en mi casa. Anteriormente había otros, quienes ya son profesionistas: tres médicos, 16 maestros, 20 técnicos en computación, nueve abogados, y un sacerdote. Me quieren mucho”, finalizó.