Abondona empresario italiano protesta en cúpula del Vaticano
En la pancarta se puede leer “Help. Basta Monti, basta Europa, basta multinacionales. ¿Desarrollo?. Nos están matando a todos. Esto es sólo carnicería social”.
/Notimex EFE
Marcello Di Finizio, empresario italiano que se colgó el martes de la cúpula de la Basílica de San Pedro para rechazar una medida de la Unión Europea que lo afectará económicamente, abandonó esta noche su protesta.
El vicedirector de la sala de prensa del Vaticano, Ciro Benedettini, confirmó que el personaje terminó su iniciativa, que duró unas 27 horas, luego de colgarse con sogas de la baranda de la cúpula en torno a las 17:00 horas locales 15:00 GMT del martes.
Como pudo constatar Notimex, después de las 20:30 horas de este día, el quejoso ya no se encontraba donde había pasado la noche y donde incluso presenció la audiencia general que el Papa Benedicto XVI encabeza cada miércoles en la Plaza de San Pedro.
Originario de la región italiana de Trieste, Di Finizio protestó específicamente contra una directiva europea que obliga a mandar a subasta todas las concesiones balnearias de las costas italianas antes de 2015.
Help!!! Basta Monti, basta Europa, basta multinacionales, ¡Nos están matando a todos! ¿Desarrollo? ¡Ésta es sólo carnicería social!”, rezaba una gran bandera que el empresario logró colgar en una de las pequeñas ventanas de la cúpula.
Desde las primeras horas de su protesta intentaron disuadirlo primero agentes de la Gendarmería Vaticana y luego del grupo especial Digos de Roma, sin lograr su objetivo.
Al contrario, cuando buscaron levantarlo por la fuerza con las cuerdas, amenazó con tirarse al vacío.
Su principal exigencia era hablar directamente con Monti pero, según refirieron fuentes vaticanas, sólo sostuvo un diálogo telefónico con los ministros italianos Piero Gnudi, del Turismo y el Deporte, y Enzo Moavero, para los Asuntos Europeos.
El empresario no es nuevo en este tipo de manifestaciones, pues ya es conocido por haber cumplido huelgas de hambre y protestas en diversas plazas. Su estancia en la cúpula se convirtió en motivo de curiosidad de los miles de turistas que visitan estos días el Vaticano.
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