Moho, la amenaza silenciosa que habita las casas o negocios y daña la salud

• Hay diferentes tipos de moho y la exposición prolongada daña la salud de quienes habitan las casas o trabajan en negocios que tienen ese problema.

El moho es un destructor hongo que se expande por las paredes de los inmuebles y las zonas húmedas; desgasta y termina por arruinar las viviendas o negocios, muebles, libros, ropa… todo. Además, la exposición prolongada resulta muy perjudicial para la salud.

Hace poco, trascendió que la familia de la famosa actriz Tori Spelling tuvo que ser internada en un hospital debido a la exposición prolongada al moho que se había expandido en su mansión. Durante meses, sus hijos presentaron diversos problemas respiratorios, alergias, migrañas y vértigo derivados de la presencia de moho. Finalmente, su casa fue declarada inhabitable.

La exposición prolongada al hongo del moho es tóxica para la salud. Puede provocar problemas respiratorios, asma, alergias, dolor de cabeza, reumatismo, dolor de garganta, ardor en los ojos, sarpullidos e infección pulmonar.

¿Cómo se genera el moho?

El moho, como se sabe, es un hongo que prolifera por esporas y, a través de dichas esporas se dispersa hasta abarcar paredes y techos completos. Incluso, pone en juego el patrimonio de las personas, al afectar las construcciones.

Existen distintos tipos de moho: el rosa, negro, blanco, alternaria y Apergillus, dependiendo de la zona de la casa, si no hay ventilación o si hay vapor de agua.

El moho se genera de diferentes formas: si hay humedad en el suelo, planta baja y sótanos y de ahí se expande hacia el resto de la pared; si hay vapor de agua, el cual, se genera regularmente en la regadera por falta de ventilación; por filtración, si hay grietas en el techo o paredes o si hay cerca una fuga de agua o una cañería rota.

¿Cómo se evita el moho?

Es importante detectar la causa que genera el moho, es decir, si hay una fuga de agua o una cañería rota, hay que arreglarlas; si hay grietas o no se ha impermeabilizado el techo, hay que poner manos a la obra.

Aplicar un anti moho en la zona afectada; recoger el moho con un trapo; no usar cepillo u otro instrumento que disperse el hongo. Es importante usar el equipo adecuado como máscara o cubre bocas y consultar con un especialista para que recomiende el producto y tratamiento más adecuado, dependiendo del tipo de moho que hay en la vivienda. Es fundamental mantener ventiladas las casas y negocios, así como, el cuarto de baño cada que alguien se duche.

Propiciar la ventilación cruzada, es decir, que entre y salga el aire libremente del a vivienda. Incluso, hay mosquiteros especializados que permiten la libre circulación del aire, pero evitan que entre polvo a las casas.