De Maluma a Thalía, el brillo de Miami atrae a estrellas… y a estafadores
Venenotas, por Luis Carriles

Venenotas por Luis Carriles
Miami es, sin duda, la meca de las celebridades latinas que buscan vivir rodeadas de lujo y sol todo el año. Este paraíso tropical ha sido testigo de cómo famosos como Bad Bunny, Karol G, y Maluma han puesto su huella en la ciudad. Entre restaurantes exclusivos como Gekko, del Conejo Malo en el lujoso barrio de Brickell, y propiedades de ensueño como el penthouse de Karol G de 2 millones de dólares, Florida se ha consolidado como un centro de atracción tanto para estrellas como para inversionistas. Sin embargo, junto con el glamour y las oportunidades de negocio, también han llegado las sombras del fraude y el engaño.
Para muchos, el sector inmobiliario en Miami representa la oportunidad de pertenecer al exclusivo grupo que comparte vecindario con Messi, Thalía o Anuel AA en el Porsche Design Tower. Pero esta fiebre por la inversión inmobiliaria no solo ha atraído a los amantes del lujo, sino también a aquellos que buscan explotar el deseo y la ingenuidad de quienes quieren un pedazo del paraíso. Este es precisamente el caso de Perla Machaen, quien, bajo el nombre de ABC Capital y The Pearl Group, logró convencer a múltiples inversionistas de la Ciudad de México de embarcarse en una serie de proyectos que prometían altos retornos a corto plazo, especialmente en ciudades periféricas de Estados Unidos como Filadelfia y Baltimore.
La promesa era irresistible: un retorno de inversión del 20% anual a través de la adquisición de propiedades de bajo costo en ubicaciones estratégicas, ideales para obtener una rápida plusvalía. Pero aquí está la trampa. Para que un negocio inmobiliario pueda ofrecer ganancias de ese calibre, se necesita una operación extremadamente sólida y transparente, con todos los papeles en regla. Sin embargo, Machaen ofrecía, en cambio, ilusiones de riqueza empaquetadas en promesas vacías. Convencía a sus clientes de invertir en lotes que jamás se registraron debidamente y, como si fuera poco, cobraba por servicios adicionales como seguros de protección, administración y remodelación de propiedades que simplemente no existían.
¿Y qué mejor plataforma para vender sueños que el glamuroso telón de fondo de Miami? La ciudad es, para muchos, sinónimo de éxito y del estilo de vida de las estrellas. Ver a sus ídolos brillar en las redes sociales, disfrutar de sus mansiones de millones de dólares y codearse con la élite hace que la idea de invertir en Miami parezca un boleto directo a la cima. Sin embargo, la realidad es que estos “sueños inmobiliarios” han resultado ser un truco sucio para algunos inversionistas engañados, que ahora se encuentran en una maraña legal con la Fiscalía de la Ciudad de México tras el desfalco de ABC Capital.
El auge del mercado inmobiliario en Miami también es un reflejo de cómo la ciudad es cada vez más un símbolo de estatus para la comunidad latina en el mundo. No obstante, este atractivo también sirve como fachada perfecta para que personajes sin escrúpulos como Machaen desplieguen sus estafas con toda tranquilidad, confiando en el brillo de las celebridades que llenan las calles de Miami para distraer a sus víctimas. La presencia de íconos latinos como Karol G y Bad Bunny en esta ciudad alimenta el sueño de que todos pueden formar parte de este estilo de vida. Y aunque para algunos esto sea una realidad alcanzable, para otros termina siendo una pesadilla financiera de la que tal vez nunca se recuperen.
El ambiente que rodea a Miami, que tanto atrae a estrellas y celebridades, también sirve como un velo para los fraudes más oscuros. Miami es, sin duda, un imán de celebridades y sueños, pero no debemos olvidar que, tras el brillo de los reflectores, acechan las sombras.