¡Sin miedo a la censura! Chumel Torres asegura que su sátira política no es más que “hablar con la verdad”
El youtuber enfrenta hoy una demanda de Gloria Trevi tras haber hecho una broma hace tiempo.

Luego de recorrer el país con su standup ‘El blanco de tus burlas’, el comediante cubrirá varias fechas en EU hasta el 19 de agosto.
/Luis Pérez
- Chumel Torres habló acerca de cómo llegó a ser de los youtubers y standuperos más famosos de México.
A sus 40 años, Chumel Torres es un youtuber, crítico político, standupero, escritor y conductor de radio y televisión que se ha abierto camino a través de la comedia y ha ganado popularidad gracias a su ácido sentido del humor, principalmente de sátira política, lo que también lo ha colocado en diversas ocasiones en el ojo del huracán, pues lo mismo critica al gobierno, que habla de casos polémicos de la farándula y otros temas.
Sin embargo, el también ingeniero mecánico afirma que no le preocupa ningún tipo de intento de censura, pues él solo hace chistes basados en la realidad. Esto le contó a TVNotas.
-Tú no estudiaste nada que ver con la comunicación o la actuación, ¿verdad?
“No, yo quería que me fuera bien en la vida (bromea). Siempre fui muy listillo para eso de las matemáticas y a los ingenieros en Chihuahua les va muy bien. Es muy fuerte la industria maquiladora. Entonces saliendo de prepa, busqué cuál era la que me gustaba y fue Ingeniería Mecánica”.
-¿Y cómo llegaste a la farándula?
“Cuando me gradué de ingeniería y ya trabajaba en la industria de la maquila, como a mí me gusta mucho, mucho el teatro, le pregunté a un amigo de allá: ‘Oye, güey, ¿tú conoces bien a alguien de teatro? a ver si me pueden invitar a actuar ahí de árbol 3, jalo’. Entonces él me contactó con varias personas, que eran también estudiantes de teatro y siempre necesitaban actores y me invitaban a obritas chiquitas que se presentaban ahí en algún teatro o en un café de Chihuahua; eso era lo más cercano que yo tenía”.
-¿Y cómo llegaste a las redes?
“Todo se origina a través de Twitter, era muy fan de leer blogs y todos los blogueros migran a Twitter, y ya me empecé a meter y dije: ‘qué padre esto’. Eran momentos en Twitter, hace 10 o 12 años, en que era pura felicidad. Era todo buena onda. Todos nos conocíamos. Había unas dinámicas grupales fregoncísimas, y ahí empecé a tuitear, a generar cierta atracción y fue donde me empezó a gustar”.
-Entonces elevaste el tono de tus mensajes y llegaron hasta la cúspide, hiciste críticas políticas muy fuertes...
“Fue mi primer tuit megaviral, y me empezaron a llamar de ‘Expansión’: ‘Queremos que nos escribas un artículo de esto que pasó contigo. Entonces lo escribí así, chistosón, como me daba yo a entender y de repente me llega una llamada y me dicen: ‘Es la columna más leída del portal. ¿Qué te parece si empiezas a escribir con nosotros una columna?’ y ahí empecé, haciendo análisis político sin saber mucho de política, sino de lo que veía en las redes. Dije: ‘La gente sí está muy involucrada, sí le creen a AMLO, sí están enojados con Josefina (Vázquez Mota), quién sabe quién sea Peña Nieto, y todas esas cosas que iban pasando y que eran unos protoguiones de El Pulso de la República”.
-¿Así empezó el camino a la fama?
“Ya para eso, me vine a la CDMX, a trabajar en un periódico, que era mi primer paso; al mismo tiempo empecé con un cuate, el Durden, a hacerlo y empezó a agarrar fuerza, porque ya tenía un poquito de gente en Twitter que me seguía, y de repente me empezaron a ver 100, 200, 300 el primer video, hasta que llegó a 8 mil personas, y dije: ‘wow, ¿cómo puede ser que esto le guste a 8 mil personas?’. Ahí nos marcó otro canal más grande, el de Yayo Gutiérrez y me dijo: ‘me gusta lo que están haciendo, yo tengo más seguidores que tú, vente a mi canal y aquí te ve más gente’. Entonces los 8-10 mil se volvieron 200 mil, hasta que, en un punto, los públicos se empezaron a separar, y decidimos que cada quien se quedara con su propio canal, y abrí El Pulso de la República y el resto ya es historia”.
Chumel nos contó cómo saltó a canales más grandes en México y América Latina.
-Pero para hacer ese tipo de humor hay que ser cuidadoso, para no ofender a nadie, ¿no?
“Yo tengo una regla que es muy clara: mientras te dé risa, está bien. Y como decía Luis Gerardo Pacheco: ‘hacer un chiste sobre un crimen no es cometerlo’, y ahorita a los comediantes, y en específico a mí, se nos somete a un escrutinio más cañón que a líderes políticos”.
-También vienen las demandas, como en el caso reciente que Gloria Trevi te acusa formalmente por daño moral, ¿lo consideras como tratar de coartar la libertad de expresión?
“... es una demanda por un chiste, no sé si eso haya pasado antes. Hay una ley internacional que defiende la sátira, pero creo que estamos muy poco acostumbrados a la crítica en general, y cuando alguien lo hace mal y le pegas, le duele más porque sabe que sí lo hizo mal y le pegaste por eso. Claro que sí se siente como amenaza porque mi trabajo consiste en hacer chistes. Creo que hay que hacer chistes con cuidado, y saber de qué, con quién y para qué, si eso significa una demanda o un proceso legal, se hace y está bien. Yo tengo la conciencia tranquila y las cosas que digo son verdad. Si el chiste que hice viene de una situación real y fidedigna, yo creo que el problema no es con el chiste, sino con la situación”.
-¿Ha sido difícil abrirte todas estas puertas?
“No se te abren, te las tumbas tú solo, porque mientras te mantengas firme y honesto con lo que eres, pues tu mensaje siempre va a ser el mismo.”
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