Betty la fea y Hugo Lombardi estuvieron casados en la vida real

‘Yo soy Betty, la fea’, es una telenovela colombiana que sin duda, ha marcado a diferentes generaciones, pues cuenta la entrañable y muy divertida historia de la economista ‘Beatriz Pinzón’, una mujer poco ‘agraciada’, que tras conocer a ‘Armando Mendoza’, el presidente de una prestigiosa empresa de moda, se enamora perdidamente, y busca la forma de estar junto a éste.

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Es considerada como una de las mejores telenovelas de todos los tiempos debido a su éxito, pues fue emitida en 180 países y adaptada 28 veces en diferentes países, incluyendo México.

Yo soy Betty la fea y Hugo Lombardi Boda Romance Relación Ana María Orozco Julián Arango — Especial | Se conocieron un año antes de comenzar a grabar la famosa telenovela, y se casaron casi de inmediato.

Y ahora que volvió a la pantalla chica, a través de Netflix, han salido nuevos datos sobre la historia y el elenco, como que dos de los personajes, que en la trama eran grandes enemigos, estuvieron casados en la vida real; se trata de la protagonista, ‘Betty’ (Ana María Orozco), y el diseñador de ‘Ecomoda’, ‘Hugo Lombardi’ (Julián Arango), quienes vivieron un intenso, pero corto matrimonio, de apenas seis meses.

Su historia de amor inició cuando ambos participaron en la telenovela ‘Tiempos difíciles’ (1997), continuó cuando estuvieron en ‘Qué perro amor’ (1998), pero finalizó a pocas semanas de iniciar las grabaciones de ‘Yo soy Betty, la fea’. Terminó porque, según cuentan, la actriz le ‘pintó el cuerno’ con uno de los fotógrafos del set, llamado Pedro Franco, con quien mantuvo su romance en secreto hasta que la telenovela llegó a su fin, en 2001.

También se dice que en ese entonces, Julián Arango gozaba de mucha más fama en Colombia que la de su entonces esposa, y que gracias a él, Ana María obtuvo el papel principal. Tras su truene, el actor le pidió al director postergar la grabación de las escenas que hacía con la actriz, pero que fue imposible, y aunque era muy incómodo para ambos, continuaron grabando sin dejar a un lado el profesionalismo, cerca de año y medio.