Ariel López Padilla confiesa el vacío que sintió cuando no tuvo a su hija María

Ariel López Padilla confiesa el vacío que sintió cuando no tuvo a su hija María

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Mauricio Orozco

Ariel López Padilla confiesa el vacío que sintió cuando no tuvo a su hija María
Mauricio Orozco

“Sentí mucha soledad y un gran vacío cuando no tuve a mi lado a mi hija María, pero Dios me dejó conocer a mi esposa Paulina y tener a Santiago y a Julia... ¡hoy soy muy feliz!”.

Ariel López Padilla, de 57 años, desde niño tuvo muy clara su vocación hacia las artes. Inició como bailarín de ballet clásico a los 16, presentándose hasta en Europa, y se convirtió en uno de los galanes favoritos de la televisión. Hoy se encuentra en uno de los mejores momentos de su vida a nivel personal, con su esposa Paulina Mancilla, de 35, sus hijos Santiago, de 7, Julia, de 4, y María, de 23, a quien procreó con Mariana Levy(q.e.p.d.). Al respecto, platicamos con el actor, quien nos contó que en un momento de su vida tomó la decisión de no volver a tener hijos, hasta que de pronto el amor tocó a su puerta y su visión paternal cambió:
Aquí al lado de sus primos y su tío, quien le enseñó la escultura.
-Ariel, ¿cómo recuerdas tu infancia?
“Feliz, crecí en una vecindad como la de El Chavo del 8, en Guadalajara; jugábamos futbol, éramos una pandilla como de 20 o 30 niños. Mi abuelo nos enseñó que: ‘De la pobreza se sale solamente con educación’; él escuchaba música clásica y nos ponía programas educativos; mi tío Leonel fue escultor y pintor; y a mi papá le gustaba mucho la poesía, eso me formó como artista”.
-¿Así descubriste tu amor por el arte?
“Así es; además, un verano, a los 12 años, mi mamá me inscribió en clases de Escultura y Actuación en la Universidad de Guadalajara y también tomé teatro en la Casa de la Cultura de Jalisco”.
-Te encaminaste hacia las artes...
“Crecí con la escultura, el teatro y la danza; además, mi abuelo, mis tíos y mi hermano son músicos, y mi mamá quiso ser bailarina de ballet”.
-¿Fuiste buen estudiante?
“Fui autodidacta; me iba de pinta al parque a leer literatura rusa, y cuando iba a presentar exámenes, estudiaba tres días antes”.
-¿Nunca dejaste la actuación?
“Nunca. Estudié del 73 al 79; gané mi primer premio como Mejor Actor a los 16 años, y ese mismo año decidí estudiar ballet y me fui a Nueva York, donde me aceptaron en American Ballet”.
-¿En qué momento te llamó la atención el ballet clásico?
“Me llevaron a una clase de danza contemporánea, fue un reto personal y me enamoré de la danza. Cuando regresé a México, me becó la Escuela de Bellas Artes estuve en la Compañía Nacional de Danza 10 años, y viajé a Nueva York, Cuba, Rusia, Alemania, Suiza... no me puedo quejar”.
-¿Tus papás apoyaron que fueras bailarín?
“Mi papá era un macho mexicano y seopuso, y nos dejamos de hablar casi 10 años. Después me buscó, fue a verme a El lago de los cisnes, en Chapultepec; ahí hicimos las paces. Y mi mamá decía: ‘Tienen que vivir su vida, no es la mía, equivóquense con sus propios errores; quizá van a sufrir, pero van aprender’”.
-¿Cómo llegas a la televisión?
“En 1990 entré a hacer un propedéutico en el CEA de Televisa, y estando ahí me invitaron a hacer una pequeña participación en La pícara soñadora”.
-¿Ahí conociste a Mariana Levy?
“No, ahí conocí a Eduardo Palomo, hicimos una escena juntos. Cuando terminé el propedéutico, hice casting para De frente al sol y me quedé como estelar al lado de Itatí Cantoral, y estuve en Clarisa; hasta que de pronto un día hice casting para Corazón salvaje y me quedé, ahí me volví a encontrar a Eduardo Palomo, y nunca me imaginé las proporciones de lo que iba a ser, fue un éxito y cambió mi vida, me convertí en una estrella”.
-Después qué siguió...
“Luego hice Caminos cruzados, con Mariana Levy (q.e.p.d.), ahí nos conocimos y volvió a cambiarmi vida, porque tuvimos una hija maravillosa”.
Mariana Levy y Ariel se casaron tres meses después de nacer su hija, pero al año se divorciaron.
-¿De qué modo recuerdas a Mariana Levy?
“Con mucho amor; el tiempo que estuvimos juntos fuimos felices. Siempre le digo a María que ella es el fruto de nuestro amor: ‘Todo lo que tú tienes y eres es por nosotros’; estábamos muy enamorados, creíamos que íbamos a sacar este proyecto de vida juntos, pero no se dio”.
-¿Cómo fue la llegada de María a este mundo (28 de marzo de 1996)?
“Mariana no podía darle leche y me tocó ser la primera persona en dársela a María. Durante tres o cuatro años estuve con ella las 24 horas”.
-¿Por qué terminó tu matrimonio con Mariana?
“Uno nunca sabe cómo empieza y cómo termina; pero creo que las decisiones se tienen que tomar antes, mientras eres feliz, y cuando ya ninguno lo es, es mejor que cada quien tome su camino para no hacerse daño”.
-¿Hubo agresiones, como en su momento dijo Talina Fernández?
“Si Mariana estuviera viva, tendría la última palabra, pero ya no está; terceras, cuartas, quintas personas no lo vivieron; yo he tratado de no involucrarme, aunque he recibido un hostigamiento permanente, pero está de por medio mi hija, y para mí es más importante María, que todo
lo que puedan decir de mi persona”.
-¿Y por qué crees que sea este hostigamiento de la señora (Talina)?
“Pues es más fácil culpar a los demás para descargar tu dolor, tu enojo, tus pecados y errores. Cada vez que tiene oportunidad me hace daño, porque también es la única forma de aparecer, pues ya está fuera de la jugada”.
-¿Cuánto tiempo dejaste de ver a María?
“Como 10 años (de los 4 a los 14); yo estaba en Miami, Mariana se había vuelto a casar y luego muere lamentablemente (29 de abril de 2005), y como a los 14, María empezó a pedir que yo estuviera presente en su vida, y dije: ‘Mi hija es lo más importante, me necesita’; y regresé a México en 2010”.
-¿Ahora todo es diferente?
“Ahora María tiene 23 años, toma sus decisiones, por eso esperé todos estos años; hoy tengo la satisfacción de tenerla por lo menos cada 15 días, verla jugar con mis otros hijos y que me tenga confianza”.
Se casó con Paulina Mancilla en 2015 y tienen a sus dos hijos: Santiago, de 7, y Julia, de 4.
-¿Cómo es la relación padre e hija?
“Es magnífica. María es una artista, una fotógrafa excelente, modelo; tiene su proyecto de vida muy claro, se respeta a sí misma, nació con una gran estrella”.
-¿En qué momento llega a tu vida tu esposa Paulina Mancilla?
“Llega en un momento donde había tenido todo en mi carrera, pero tenía y sentía mucha soledad y un gran vacío, porque no pude tener a mi lado a mi hija; ahí tomé la decisión de ya no tener más hijos, pero Dios es muy sabio y me dio la oportunidad de conocer a Paulina y tener a Santiago y a Julia; ahora soy muy feliz”.
-¿Cómo se conocieron?
“En una gira de Vive sin Drogas, de Fundación Azteca, en Chiapas; salimos, nos enamoramos y de pronto ¡sorpresa!, quedamos embarazados. Pau me conquistó con su pureza, nunca me ha juzgado; le dijeron monstruosidades de mí y ella nunca creyó eso, en esa admiración y respeto hemos construido una relación de 10 años juntos y cinco de matrimonio”.
-¿Cómo disfrutas a tus hijos?
“Intensamente. Me levanto a las 2 o 3 de la mañana a verlos, desde que nacieron; ¿para qué quiero un Oscar?; conozco a gente muy exitosa, pero no doy un peso por su vida privada. ¿Cuál es el éxito?, es muy relativo tener dinero y poder, pero tener el privilegio de tener a tu familia en armonía y ver la sonrisa de mis hijos, no tiene precio”.
-Cuéntanos de Santiago y Julia...
“Santiago tiene 7 años, es muy creativo, le gusta la escultura y la pintura, armar cosas, practica tenis; y Julia tiene todo el histrionismo heredado, le gusta contar cuentos. Son niños felices y van descubriendo lo hermoso de la vida”.
-¿Cómo se lleva María con ellos?
“Muy bien. María se duerme con ellos, se los lleva a comprar paletas, se ponen a ver películas, pide pizza... con ver eso, valió la pena vivir”.
-Profesionalmente, ¿qué viene?
“Quiero empezar a producir cine, hacer teatro, y me voy a Italia este año de intercambio cultural”.
-¿Sigues haciendo labor social?
“Sí, estoy asociado con más de 150 asociaciones y fundaciones en México; soy portavoz de CONFE; de Aquí Nadie se Rinde; y tengo mi propia Asociación Sinergia Cultural; es una gran satisfacción en mi vida”.
-En este momento, ¿cuál es tu deseo?
“En este momento empiezo a ser muy feliz, yquiero que se prologue lo más posible; lo que antes me inquietaba, ahora ya no, he dejado de tene miedo; antes me preocupaba mucho el qué iba a pasar con mi carrera, pero ya no. Cuando salgo, la gente me conoce, creo que algo bueno hice y se acuerdan de mí”, finalizó.
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