¡Jackie Arroyo pide un milagro! Le detectaron cáncer de estómago a su abuelita

¡Jackie Arroyo pide un milagro! Le detectaron cáncer de estómago a su abuelita

A sus 82 años, Doña Paquita afronta con valentía su enfermedad.

Jacqueline Arroyo considera a su abuela como su segunda madre.

Jacqueline Arroyo considera a su abuela como su segunda madre.

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Gabriela Acosta Silva

Jacqueline Arroyo considera a su abuela como su segunda madre.
Gabriela Acosta Silva

La actriz Jacqueline Arroyo, de 36 años, está viviendo uno de los momentos más difíciles en su vida, pues recibió la triste noticia de que su abuelita, Doña Francisca Pineda, de 82 años, padece cáncer de estómago. La también modelo nos recibió en Zapopán, Jalisco, en la intimidad del hogar de Paquita, a quien considera su segunda madre.
-Sabemos que estás viviendo momentos difíciles…
Sí, mi madre se trasladó a Zapopán ya que mi abuela tenía dolores muy fuertes en el estómago, por lo que le practicaron una resonancia magnética, pues de primera instancia todo parecía indicar que se trataba de gastritis. Una vez realizada, se percataron que hay una úlcera enorme, pero a un lado de ésta, una mancha negra cáncer que hasta el momento sigue encapsulado”.
-¿Extirparán el tumor?
El problema es que ella está muy débil, padece anemia además de tener problemas cardiacos severos, sus arterias están tapadas. Se descartó dicha cirugía, ya que la anestesia la mataría y el especialista dijo que sería mejor realizar quimioterapias. En noviembre fue su última quimioterapia, pero después de éstas le sobrevinieron 2 infartos. Por lo menos está estable y el cáncer no se ha diseminado a otros órganos”.
-Comentabas que eres muy unida a ella…
Sí, es como mi segunda madre. Con ella crecí porque me cuidaba debido a que mi madre trabajaba. Ella me enseñó a caminar, a hablar… voz entrecortada; me mostró el amor a Dios y a los demás. Es una mujer que enviudó a los 65 años y siempre ha mostrado su lado noble, pues apoya a los más necesitados”.
-Y tú, ¿cómo tomaste esta noticia?
Hay muchos sentimientos encontrados en mí. Por un lado, siento tristeza al verla frágil y delicada, por otro no guardo remordimientos, pues siempre he sido una gran nieta con ella y le demuestro mi amor a cada segundo. Dios quiere que las cosas sean así y para él no existe nada imposible, lo único que le pido es no verla sufrir”, concluyó.
LS

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