Magda Rodríguez: ¡El cáncer se llevó a mis seres queridos y un espíritu maligno me poseyó!
Ha pasado momentos muy difíciles en su vida.
En la intimidad de la casa de la productora Magda Rodríguez, de 52 años, en la Ciudad de México, nos contó momentos de gran diversión que ha tenido como una familia matriarcal, al lado de su hija, Andrea Escalona, de 30; de los momentos difíciles que la vida les ha puesto en el camino, como las muertes de sus padres, su abuela y el hermano mayor, Jorge Rodríguez, pues todos padecían de cáncer.
Sin embargo, ha sabido sobreponerse a las adversidades y triunfar en equipo e individualmente. El desamor también ha sido parte de la familia, pues ella se divorció, pero lleva una excelente relación con su ex esposo.
-Magda, ¿cómo fue tu infancia?
Tuve una muy bonita; vengo de una familia de artistas. Mis papás trabajaban mucho, recuerdo que siempre me la pasaba en los pasillos de Televisa, y a pesar de que había gente que nos podía cuidar en la casa, a mis padres no les gustaba dejarnos, así que siempre íbamos, mi hermano Jorge, y yo, que éramos de la edad, sólo me llevaba un año. Jugábamos al teatro, cantar y bailar, nos gustaba todo lo que fuera artístico”.
-Desde muy niña tuviste el contacto con el ambiente artístico...
Sí, de chiquita me acostumbré a este mundo. Nosotros vivíamosen Echegaray, y a la casa llegaban Antonio Jiménez Pons, Ignacio López Tarso, Siqueiros, gente que ha hecho y modificado el teatro. Además, íbamos mucho al hogarde don Ernesto Alonso. Incluso, mi madrina era Fernanda Villeli, quien escribió El maleficio, en 1983, y en esa misma novela actuó mi mamá, Malena Doria, era la bruja. Mi papá igual trabajó ahí, así que desde pequeña tuve ese contacto con las telenovelas, y me encantaba vivirlo de cerca. En general, era como un sueño hecho realidad”.
-En esa telenovela fue donde se decía que pasaban cosas sobrenaturales...
En mi casa pasó algo curioso, nosotros somos muy católicos, pero en esa época mi mamá invocaba al diablo en la novela con palabras reales; y un día en mi hogar se cayó el techo completo, sin ninguna razón, y afuera se paraba siempre un perro negro. Entonces, la gente pensaba que querían publicidad para la novela”.
-¿Y no era publicidad?
No. Mi tío le decía a mi mami que llevara a un sacerdote, para que le echara agua bendita al lugar, y pusieran vasos con agua por todos lados, para que se llevaran lo malo. A nosotros nos explicaron que Diosy el diablo no distinguen si estás actuando o no, y las palabras para invocarlos eran reales y era una voluntad, pues se decían en el momento. Las cosas que pasaron eran de verdad”.
-¿Después qué sucedió?
Yo decía que no creía en esas cosas, y le comenté a mi madre: ‘mira lo que hago con tu vaso de agua’, y me lo tomé”.
-¿En serio hiciste eso?
Claro, y me dio una infección en el estómago que no se me quitaba con nada, así que fue un padre a hacerme un exorcismo”.
¿Lo que te hicieron cómo estuvo?
Me llevaron a una iglesia, y me decían: ‘habla y di esto’, pero cuando hablaba mi voz era otra, sonaba terrorífica, como si de verdad tuviera al diablo adentro. Me realizaron un exorcismo, me echaron agua bendita, y sacaron todo lo malo, sólo así me sentí mejor. Aunque me siguieron pasando cosas muy feas”.
¿A qué te refieres?
Es que eso no fue lo peor. Tiempo después mi hermano Jorge murió, a los 30 años, y eso trajo en la vida de la familia muchas cosas difíciles, sobre todo para mi madre, porque perder a un hijo debe ser el dolor más grande que hay en la vida. Además, él vivía con mi abuelita, la actriz Ada Carrasco, quien nos dejó tres meses después que él. Mi abuela tenía cáncer, pero el doctor nos dijo que se fue por tristeza, porque no soportó la muerte de su nieto”.
-Has visto al cáncer de cerca...
Por supuesto, porque mi abuela lo tenía, y mi papá y mi mamá también murieron por esa enfermedad. Primero falleció mi hermano, de leucemia, que es el cáncer en la sangre; después, mi abuela, que durante ese tiempo estaba haciendo la novela Marimar, en donde la estaban velando, ya que el personaje muere, pero ese mismo día nosotros la estábamos velando en Gayosso”.
RJ
