Ofelia Medina más que una actriz, es una activista
Ofelia Medina es respetada por su impecable carrera y por ayudar a comunidades indígenas.

A Ofelia Medina le apasiona ayudar a los demás
/Instagram: @ofeliamedina_
Por su amplia trayectoria, Ofelia Medina, de 71 años, es una institución en el medio artístico, pues desde muy joven ha hecho carrera en cine, teatro, televisión y hasta en radio. Sin embargo, otra de sus grandes pasiones es ayudar a los demás y, sobre todo, velar por que los niños de comunidades indígenas puedan gozar de un mejor futuro. Platicamos con ella y nos contó cómo ha sido su vida entre escenarios, cámaras y lucha social:
-Ofelia, ¿cómo recuerda su infancia?
“Nací en Mérida, Yucatán, y disfruté de una niñez maravillosa y llena de aprendizaje al lado de mis papás, Arturo y Ofelia, y mis cuatro hermanos: Ernesto, Arturo, Beatriz y Leo; yo soy la segunda. A mi mamá le gustaba mucho leer y nos inculcó el gusto por el estudio y las artes; yo siemp1re estuve en los primeros lugares del cuadro de honor”.
-Ofelia, ¿cómo recuerda su infancia?
“Nací en Mérida, Yucatán, y disfruté de una niñez maravillosa y llena de aprendizaje al lado de mis papás, Arturo y Ofelia, y mis cuatro hermanos: Ernesto, Arturo, Beatriz y Leo; yo soy la segunda. A mi mamá le gustaba mucho leer y nos inculcó el gusto por el estudio y las artes; yo siemp1re estuve en los primeros lugares del cuadro de honor”.
-¿A qué le gustaba jugar?
“Mis hermanos y yo éramos más que disfrazarnos y hacer obras de teatro. Mi mayor diversión era bailar; desde muy pequeña estudié en la Academia de Danza Mexicana, tomé clases de música y a los 11 años fui a la escuela de pantomima del maestro Alejandro Jodorowsky”.
“Mis hermanos y yo éramos más que disfrazarnos y hacer obras de teatro. Mi mayor diversión era bailar; desde muy pequeña estudié en la Academia de Danza Mexicana, tomé clases de música y a los 11 años fui a la escuela de pantomima del maestro Alejandro Jodorowsky”.
-Entonces siempre quiso ser actriz...
“Yo quería tener una educación artística integral y la tuve; convertirme en actriz fue una consecuencia, yo no me propuse serlo, pero se dio la oportunidad y simplemente viví el momento”.
-¿Cómo se dio esa oportunidad?
“Cuando estudiaba danza, el director de cine Manuel Michel estaba haciendo un programa llamado La hora de Bellas Artes y fue a mi escuela para hacer un reportaje, ahí me vio y me dijo que yo tenía muchas posibilidades para la actuación, además, me comentó: ‘Algún día vamos a hacer una película juntos’”.
“Yo quería tener una educación artística integral y la tuve; convertirme en actriz fue una consecuencia, yo no me propuse serlo, pero se dio la oportunidad y simplemente viví el momento”.
-¿Cómo se dio esa oportunidad?
“Cuando estudiaba danza, el director de cine Manuel Michel estaba haciendo un programa llamado La hora de Bellas Artes y fue a mi escuela para hacer un reportaje, ahí me vio y me dijo que yo tenía muchas posibilidades para la actuación, además, me comentó: ‘Algún día vamos a hacer una película juntos’”.
-¿Y sí la hicieron?
“Sí, hicimos ‘Patsy, mi amor’ (1969), que estuvo en el festival de la Reseña de Acapulco y la gente la recuerda mucho. Aunque antes participé en una que se llamó ‘Pax’, pero ésa no se vio tanto porque era para las Olimpiadas de 1968”.
“Sí, hicimos ‘Patsy, mi amor’ (1969), que estuvo en el festival de la Reseña de Acapulco y la gente la recuerda mucho. Aunque antes participé en una que se llamó ‘Pax’, pero ésa no se vio tanto porque era para las Olimpiadas de 1968”.
-Cuéntenos, ¿qué vino después?
“Una larga carrera en cine, teatro y televisión, también he hecho radio y doblaje, incluso he dado clases de actuación; siempre trato de aprender lo más que puedo de las nuevas generaciones”.
-Aunque no quería ser actriz, ¿disfruta los escenarios y los foros?
“Claro, para mí es un placer, es un don que recibí y que he cultivado con esmero; una de las satisfacciones más grandes y la actividad por la que sobrevivo. Sin embargo, mi carrera artística no es lo que más me importa en la vida, ser actriz es sólo una de las partes de mi ser”.
“Una larga carrera en cine, teatro y televisión, también he hecho radio y doblaje, incluso he dado clases de actuación; siempre trato de aprender lo más que puedo de las nuevas generaciones”.
-Aunque no quería ser actriz, ¿disfruta los escenarios y los foros?
“Claro, para mí es un placer, es un don que recibí y que he cultivado con esmero; una de las satisfacciones más grandes y la actividad por la que sobrevivo. Sin embargo, mi carrera artística no es lo que más me importa en la vida, ser actriz es sólo una de las partes de mi ser”.
-En lo personal, ¿cómo es Ofelia Medina?
“Es la misma que está en el escenario: una mujer con una gran actividad”.
“Es la misma que está en el escenario: una mujer con una gran actividad”.
-¿Se llegó a casar?
“Sí, pero de mi vida personal no me gusta hablar, prefiero que eso se quede ahí”.
“Sí, pero de mi vida personal no me gusta hablar, prefiero que eso se quede ahí”.
-Otra parte muy importante de su vida es el activismo…
“Así es, para mí, ayudar es un privilegio, un placer, se siente tan bonito; además, recibir el amor y agradecimiento es muy reconfortante, eso es lo que vale la pena de la vida”.
“Así es, para mí, ayudar es un privilegio, un placer, se siente tan bonito; además, recibir el amor y agradecimiento es muy reconfortante, eso es lo que vale la pena de la vida”.
-¿Desde cuándo se dedica al activismo?
“Desde hace 35 años (1985), antes de que surgiera el movimiento Zapatista, he visto por los pueblos indígenas. Hace 31 años (1990), el maestro Francisco Toledo y yo creamos la fundación ‘Fideicomiso para la Salud de Niños Indígenas de México’ (FISANIM), a través de ésta ayudamos a niños en comunidades de Yucatán, Veracruz, Oaxaca y Puebla; ahorita estamos trabajando con huicholes en Jalisco y en Chiapas con tzotziles”.
“Desde hace 35 años (1985), antes de que surgiera el movimiento Zapatista, he visto por los pueblos indígenas. Hace 31 años (1990), el maestro Francisco Toledo y yo creamos la fundación ‘Fideicomiso para la Salud de Niños Indígenas de México’ (FISANIM), a través de ésta ayudamos a niños en comunidades de Yucatán, Veracruz, Oaxaca y Puebla; ahorita estamos trabajando con huicholes en Jalisco y en Chiapas con tzotziles”.
-¿De qué forma los ayudan?
“Principalmente, les llevamos alimentos, pero también damos cursos sobre higiene, talleres para que aprendan a cultivar y cosechar, pláticas de nutrición materno-infantil para comunidades de alta marginalidad y hemos creado un centro en la comunidad de Acteal. Además, muchas personas hacen unos magníficos bordados y las apoyamos para que puedan vender sus artesanías”.
“Principalmente, les llevamos alimentos, pero también damos cursos sobre higiene, talleres para que aprendan a cultivar y cosechar, pláticas de nutrición materno-infantil para comunidades de alta marginalidad y hemos creado un centro en la comunidad de Acteal. Además, muchas personas hacen unos magníficos bordados y las apoyamos para que puedan vender sus artesanías”.
-Una labor muy noble y necesaria...
“Sí, y más en este momento, porque la situación es más difícil por el hambre y la violencia, pero trabajamos intensamente para que los niños de las comunidades puedan cumplir sus sueños y hacer valer sus derechos”.
“Sí, y más en este momento, porque la situación es más difícil por el hambre y la violencia, pero trabajamos intensamente para que los niños de las comunidades puedan cumplir sus sueños y hacer valer sus derechos”.
-Platíquenos, ¿usted va personalmente a las comunidades?
“Por supuesto, normalmente voy y lo disfruto mucho, aunque no necesito estar presente porque estamos muy bien organizados y mis compañeros trabajan solitos”.
“Por supuesto, normalmente voy y lo disfruto mucho, aunque no necesito estar presente porque estamos muy bien organizados y mis compañeros trabajan solitos”.
-¿Qué siente al ver a los niños cuando llegan con toda la ayuda?
“Son niños que nos parten el alma, pero a la vez, nos dan ejemplo de que trabajan, son alegres con sólo una pelota y se ponen felices cuando se cumplen sus derechos. Ellos nos dan más esperanza que los niños de la ciudad, pues éstos se han vuelto consumistas y viciados. Necesitamos aprender a valorar más a las comunidades indígenas”.
“Son niños que nos parten el alma, pero a la vez, nos dan ejemplo de que trabajan, son alegres con sólo una pelota y se ponen felices cuando se cumplen sus derechos. Ellos nos dan más esperanza que los niños de la ciudad, pues éstos se han vuelto consumistas y viciados. Necesitamos aprender a valorar más a las comunidades indígenas”.
-¿Se han enfrentado a alguna dificultad?
“Sí, te voy a compartir lo que les pasó a mis compañeros hace algunos meses (noviembre 2020). Nosotros colaboramos con otra organización mucho más grande llamada ‘Cáritas'; fuimos con ellos a dejar alimentos a San Cristóbal de las Casas, Chiapas, pero ahí trabajamos en una zona que es muy conflictiva. Entonces, mis compañeros fueron, entregaron alimentos y, al regresar a los vehículos, fueron atacados, baleados”.
“Sí, te voy a compartir lo que les pasó a mis compañeros hace algunos meses (noviembre 2020). Nosotros colaboramos con otra organización mucho más grande llamada ‘Cáritas'; fuimos con ellos a dejar alimentos a San Cristóbal de las Casas, Chiapas, pero ahí trabajamos en una zona que es muy conflictiva. Entonces, mis compañeros fueron, entregaron alimentos y, al regresar a los vehículos, fueron atacados, baleados”.
-¿Y qué pasó después?
“Obviamente, se asustaron muchísimo, al igual que la gente de la comunidad. Por fortuna, cuando terminó el tiroteo, mis compañeros pudieron subirse a los carros y regresar, pero ¡imagínate las personas que viven ahí y pasan por estas cosas a diario!”.
“Obviamente, se asustaron muchísimo, al igual que la gente de la comunidad. Por fortuna, cuando terminó el tiroteo, mis compañeros pudieron subirse a los carros y regresar, pero ¡imagínate las personas que viven ahí y pasan por estas cosas a diario!”.
-¿Alguna persona resultó herida tras este ataque?
“Por desgracia, sí, una religiosa de la otra organización, pero ya se recuperó, gracias a Dios”.
“Por desgracia, sí, una religiosa de la otra organización, pero ya se recuperó, gracias a Dios”.
-¿Por qué se dio este tipo de ataque?
“Como les digo, es una zona muy conflictiva y ha habido muchos ataques desde hace años. Nosotros no entendemos bien cuáles son los intereses que se mueven ahí y ni queremos saber, eso les compete a las autoridades civiles del país, ellos se están ocupando de todo. Mientras, seguiremos mandando la ayuda humanitaria; no nos metemos en la política”.
“Como les digo, es una zona muy conflictiva y ha habido muchos ataques desde hace años. Nosotros no entendemos bien cuáles son los intereses que se mueven ahí y ni queremos saber, eso les compete a las autoridades civiles del país, ellos se están ocupando de todo. Mientras, seguiremos mandando la ayuda humanitaria; no nos metemos en la política”.
-¿Le da miedo volver a pasar por una situación similar?
“Por supuesto, pero eso no sólo pasa en Chiapas, sino en todo el mundo; sin embargo, uno debe aprender a protegerse y también uno está seguro de que hace el bien, así que continuamos adelante”.
“Por supuesto, pero eso no sólo pasa en Chiapas, sino en todo el mundo; sin embargo, uno debe aprender a protegerse y también uno está seguro de que hace el bien, así que continuamos adelante”.
-¿Su fundación trabaja con donativos?
“Sí, tenemos una cuenta donde la gente nos puede depositar y sus donativos son deducibles de impuestos. Con eso se puede comprar el alimento que se envía”.
“Sí, tenemos una cuenta donde la gente nos puede depositar y sus donativos son deducibles de impuestos. Con eso se puede comprar el alimento que se envía”.
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-¿Reciben donativos en especie?
“El problema es que en la CDMX no tenemos dónde almacenar las cosas, además, transportarlas es muy caro y se pierde mucho tiempo; preferimos comprar las cosas lo más cerca posible de las comunidades”.
“El problema es que en la CDMX no tenemos dónde almacenar las cosas, además, transportarlas es muy caro y se pierde mucho tiempo; preferimos comprar las cosas lo más cerca posible de las comunidades”.
-¿Cómo ha sido la respuesta de la gente?
“Aún queda mucho por trabajar, pero afortunadamente hemos tenido una reacción favorable, a tal grado, que han dado grandes donativos que se están ocupando para comprar cobijas y entregarlas en las comunidades donde hace más frío”.
“Aún queda mucho por trabajar, pero afortunadamente hemos tenido una reacción favorable, a tal grado, que han dado grandes donativos que se están ocupando para comprar cobijas y entregarlas en las comunidades donde hace más frío”.
-Actualmente, ¿trabaja en algún proyecto en el plano artístico?
“Sí, estoy dirigiendo una película y ya dirigí otra que se llama Construyendo sueños. También estoy terminando otra sobre la Virgen de Zapopan, titulada ‘La llevada y la traída’”, finalizó.
“Sí, estoy dirigiendo una película y ya dirigí otra que se llama Construyendo sueños. También estoy terminando otra sobre la Virgen de Zapopan, titulada ‘La llevada y la traída’”, finalizó.