La actriz Rosita Pelayo , de 61 años, es un ejemplo de vida y fortaleza, pues a pesar de la parestesia y artritis reumatoide que padece desde hace varios años, tiene la entereza de salir adelante y seguir trabajando. Platicamos con Rosita, quien nos abrió su corazón y nos dijo que gracias a sus conferencias, se siente útil, pues vuelve a pisar un escenario.

Rosita Pelayo será operada de las cervicales

“Estoy bien, pero tengo que seguir con la batalla de la parestesia, que es el asunto de mis manos y pies, de entumecimiento, hormigueo y los dolores muy feos. Sé que estoy bien y que podría estar sentada en la tele con un pronter y decir estupideces; si otros lo hacen, ¿por qué yo no?

Pero lo que ahora más me importa es dar mis conferencias llamadas Cómo darle sentido a tu vida #MeDuelePeroMeRío, porque la gente se ríe mucho, pues me burlo y les platico mi historia de cómo empezaron mis enfermedades”.

“En algún momento, pero también sé que no podría, porque mis manos no pueden abrir una botella y no puedo bajarme sola de la cama”.

“Sí, si no, no podría estar como estoy ahora; antes tenía que estar acostada y tenía mucho dolor, pero ahora ha bajado la intensidad”.

“Hace dos años; actuaba en Made in México y me sentía muy contenta, y me dio la parestesia, así que le hablé al productor, le dije que no podía caminar y me quedé en casa”.

“Mi Herminia Gómez adorada, es una santa, me cuida, ella es mis pies, mis manos, mi todo. Ya no tengo a mis padres, ya murieron, soy huérfana, pero tengo a dos tías, aunque las veo muy poco”.

“Claro, me da mucho miedo que me dé el dolor y me ponga peor; si me dijeran: ‘Vas a sentir esto’ y me les voy, estaría padrísimo, pero eso de que tengas dolores y estés en agonía es espantoso”.

“Los que nunca han estado enfermos, que no opinen; nosotros, que estamos en estas condiciones, podemos decir que sí; yo voto por que me duerman. Por ejemplo: si un perrito que amo está grave, lo duermen, ¿por qué no voy a pedir lo mismo para mí? Me despido de todos y adiós, dejo de sufrir”.

“La mayoría no está preparado para eso, porque somos cursis y chantajistas, pero yo no puedo ser nada de eso, porque en mi casa siempre se habló directo de todo”.

“Pues con lo poco o mucho que tengo ahorrado, que se va acabando; también estoy vendiendo la casa de mis padres”.

“Claro, puedo estar sentada y decir algo; hace poco, fui a La Academia. Pero lo importante es que no pierda el humor”.

“Yo creo que me pondría un 8, porque tengo muchas enfermedades; luego de La fea más bella, comenzaron todos los padecimientos; ahora sí que me tocó bailar con la más fea. Me comenzó más grave la artritis, la alergia, hasta que quedé así”, finalizó.