Conoce a Viridiana, la primer mexicana en subir las montañas más altas del mundo en tiempo récord

Una vez más, los reflectores del mundo voltearon a México gracias a la alpinista Viridiana Álvarez, de 37 años, originaria de Aguascalientes, quien hace unos días recibió el Récord Guinness por el ascenso más rápido a las tres montañas más altas del mundo. Platicamos con ella y nos contó lo difícil que fue su camino para llegar a la meta:

-¿Cómo comenzó esta aventura?
“Yo estudié Administración de Empresas y trabajé durante 10 años en la industria de manufactura, hasta que cumplí 28 años, empecé a hacer ejercicio y participé en algunos triatlones, en donde conocí a unos alpinistas que me invitaron a escalar”.

-¿Así empezaste a hacerlo profesionalmente?
“Sí, mi primera montaña fue el Pico de Orizaba, que está entre los límites territoriales de Puebla y Veracruz, y que es la más alta de México. Esa experiencia me cambió la vida y desde ese entonces dejé todo para ser alpinista”.

-Hace poco recibiste un Récord Guinness…
“Así es, por ser la primera mujer en subir las tres montañas más altas del mundo en un tiempo récord y con oxígeno suplementario”.

-¿Te dio miedo subir a esas montañas?
“Sí, pero el miedo es algo que te ayuda a sobrevivir, el reto es saber manejarlo para que no te sobrepase ni te paralice”.

-Hay muchos peligros allá arriba, ¿cierto?
“Claro, desde avalanchas, caída de rocas y de bloques de hielo del tamaño de un edificio. Además te encuentras a menos de 40 grados centígrados, por lo que hay un riesgo de congelamiento”.

-¿Qué es lo más fuerte que te ha pasado?
“En la K2, a la cual le llaman la montaña asesina, hay un porcentaje de fatalidad del 25 por ciento, o sea, de cuatro alpinistas que suben, uno ya no baja; me tocó ver a un canadiense morir en una avalancha. Fue algo muy impactante para mí”.

-Sabiendo que podrías no regresar, ¿te has llegado a despedir de tu familia?
“Nunca me he preparado ni he pensado en que puedo morir; al contrario, siempre pienso en que regresaré, aunque debo reconocer que en cada despedida en el aeropuerto, siempre está la incertidumbre y la duda de si va a ser el último abrazo. Es un momento muy difícil”.

-¿Qué sigue para ti?
“Voy por nueve montañas más que ninguna mujer en Latinoamérica ha escalado, mi meta es subirlas entre 2021 y 2022”, finalizó.