Sacerdote acusa que ayuda a damnificados en Paraguay tiene uso político
Él es párroco de tres capillas en la zona más pobre de Asunción.
Los cientos de miles de evacuados por la crecida del río Paraguay siguen a la espera de que pare el alza del caudal, mientras se adaptan a su vida en asentamientos improvisados.
/Efe
Francisco de Paula Oliva, sacerdote español afincado en Paraguay e histórico defensor de los derechos humanos, denunció hoy que agrupaciones locales del gobernante Partido Colorado acumulan parte de las ayudas del Estado para los cientos de miles de damnificados por las inundaciones.
“Además de la inundación tienen que sufrir que nos les den chapas lámina delgada de metal para su tejado porque las seccionales coloradas se llevan los materiales a su almacén y no los reparten”, dijo a Efe Oliva.
El sacerdote es párroco de tres capillas del Bañado Sur, la zona más pobre de Asunción y la más afectada por las inundaciones, que han desplazado a unas 230.000 personas en todo el país.
Los líderes del Partido Colorado en ese barrio “antes lo hacían descaradamente”, pero desde que fueron descubiertos por mi equipo “lo hacen de forma más discreta”, aseguró a Efe Oliva, conocido en Paraguay por su dedicación a los más pobres.
Solo en la capital son unas 75.000 las personas desplazadas de sus hogares, según el Gobierno, las cuales malviven ahora en condiciones precarias en campamentos improvisados por toda la ciudad, en cuarteles militares o con familiares.
“Que expliquen por qué las seccionales tienen montones de chapas y techos de zinc sin repartir, cuando esa ayuda solo puede venir de la Municipalidad o de la Secretaría de Emergencia Nacional”, se quejó el sacerdote.
En cambio, el jefe de operaciones de la Secretaría de Emergencia SEN, Aldo Zaldivar, dijo a Efe en una reciente entrevista, que el Gobierno está dando ayuda “a todos por igual”.
“Cuando los descubrimos, cortaron de darle a las seccionales pero aún acumulan mucho”, añadió el cura, conocido como Pa’i Oliva, en guaraní.
El sacerdote denunció además que los vecinos del barrio capitalino de Cateura, uno de los más estigmatizados por la pobreza y donde se encuentra el vertedero municipal, sufren una “doble discriminación”.
“El encargado de la empresa que administra Cateura, por orden superior, ha prohibido prestar los camiones de la empresa para sacar a los inundados que sean personas que trabajan con Pa’i Oliva”, aseguró el religioso.
“Esto es un peligro directo para estas personas pobres que pueden perder todos sus pocos enseres”, manifestó el religioso.
VTM
