¿Cuál es el billete más bonito de la historia de México?
Fuera de su función como método de pago, los billetes en México son como libros que dan pinceladas de cultura e historia inscritas sobre el papel. En ese puente entre la cultura y la economía hay una iconografía digna de coleccionar en papel moneda nacional.

Billetes México
/Canva
A continuación, algunos ejemplos que son valorados por la gente y el billete que ha ganado incluso un galardón internacional por su belleza.
El efectivo enraizado en la cultura mexicana
Pasan los años y el efectivo resiste atrincherado en los bolsillos de la gente. Un estudio sobre hábitos de consumo del Banco de México, mostró que nueve de cada diez personas siguen utilizando billetes y monedas para sus gastos diarios.
Sin embargo, hay factores que fuerzan lentamente el cambio, entre ellos el comercio de bienes y servicios que avanza sobre el territorio. De acuerdo a los datos recolectados por la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO), el comercio electrónico alcanzó los 789.700 millones de pesos comerciados el año pasado, un crecimiento del 20% entre años.
El comercio no se entiende sin los vendedores, en este caso, los sitios webs. Estas páginas se adaptan a los gustos y preferencias de pago, incluso cuando se trata de servicios de entretenimiento. Por eso, en el caso de los casinos, muchos mexicanos aprovechan los bonos sin depósito para poder jugar antes de decidir sobre cómo ingresar dinero. Si te interesa, puedes revisar la selección en BonusFinder México para descubrir opciones.
Pero más allá del avance de los medios digitales de pago, el efectivo es la modalidad más elegida en México y por eso los billetes tienen un gran protagonismo en el país. De ahí que sus diseños sean únicos y especiales.
Una cuestión “familiar”
El billete más bonito de México pertenece a la llamada Familia G, la serie de billetes lanzada por el Banco de México a partir de 2018.
El lanzamiento sirvió para modernizar el papel moneda con nuevas medidas de seguridad y materiales más resistentes, además de tener un diseño cuidado donde la historia y la biodiversidad del país son actores protagónicos.
Los billetes de esta familia incluyen figuras verticales, tintas que cambian de color por efecto de la luz y un uso más amplio de polímeros. Todos estos elementos están destinados a dificultar su falsificación, lo cual constituye una preocupación para la gente que utiliza efectivo, sobre todo en el caso de los billetes de mil pesos.
El ajolote, de colección el billete de 50 pesos con el ajolote en el reverso fue presentado en 2021 y se convirtió en objeto de colección al instante, por su carga simbólica y la belleza del dibujo.
En el reverso del papel, el ajolote, un anfibio endémico de Xochimilco, aparece nadando entre lirios acuáticos. En el anverso, se ilustra la fundación de Tenochtitlán, una de las escenas más emblemáticas de la historia prehispánica.
La mezcla entre historia y naturaleza le valió al billete el premio al “Billete del Año” de la International Bank Note Society (IBNS) en 2021. Vale aclarar que para este galardón se evalúan más de 100 diseños de todas partes del globo.
El billete de Sor Juana Inés de la Cruz. Aunque el ajolote ganó un gran premio, tiene competencia. Otro integrante valorado y premiado de la Familia G es el billete de 100 pesos, con la imagen de Sor Juana Inés de la Cruz.
La llamada “Décima Musa” es la representante del legado literario y feminista de la Nueva España, y su presencia en el billete fue celebrada como una reivindicación de la aportación de las mujeres a la cultura y la identidad de México.
Como todos los de esta línea, el billete contiene un carácter natural, por lo que un ecosistema de bosques templados completa el mensaje.
El billete conmemorativo de 20 pesos, codiciado
La colección de billetes premiados incluye al conmemorativo de 20 pesos, lanzado en 2021 para celebrar el bicentenario de la Independencia.
Este papel moneda, más pequeño que los otros de la Familia G, fue premiado nada más y nada menos que en la High Security Printing Conference como el mejor billete conmemorativo del planeta.
Su anverso recuerda la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México, mientras que el reverso muestra el ecosistema de manglares en la Reserva de la Biósfera de Sian Ka’an, en Quintana Roo.
Una pizca de historia y unos gramos de arte
La familia G, junto con otros billetes y monedas históricas de México, le escapan a su función de instrumentos financieros. Los coleccionistas suelen sacarlos de circulación en el momento que llegan a sus manos, ya que en un país donde el 90% de los habitantes afirma usar el efectivo con regularidad, las posibilidades de que se arruinen son altas.
Mientras el país avanza hacia pagos electrónicos que dan más posibilidades a la población, el billete del ajolote, junto con el de Sor Juana y el conmemorativo de 20 pesos, se han ganado un sitio en la memoria de quienes los han tocado alguna vez.