Los perros corgi eran la raza preferida por la Reina Isabel II ¡tuvo 30 de ellos!
¿Qué pasará ahora con los perros de la monarca?.
La Reina Isabel II tuvo hasta 30 perritos
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- La Reina Isabel II llegó a tener hasta 30 perritos corgi.
- Los corgi eran la raza preferida de la Reina.
- En el 2018 la reina Isabel II decidió dejar de criar a estos perritos.
- Se desconoce qué pasará con los perritos de la reina, tras su lamentable fallecimiento el pasado 8 de septiembre.
A lo largo de su vida, la Reina Isabel II llegó a tener 30 perritos corgi, cuya raza era su predilecta; sin embargo, lo curioso de los perritos que tuvo, es que todos pertenecían a la dinastía, pues eran descendientes del primer can corgi que tuvo, el cual le fue regalado cuando cumplió 18 años de edad, por su padre, el Rey Jorge.
Si bien, el Palacio de Buckingham desde entonces estuvo lleno de perritos, esto se debió a que el padre de Isabel II también era un amante de estos curiosos canes de raza pequeña, por lo que los animalitos también tenían un vínculo muy especial.
El primer cachorro corgi que tuvo la reina fue nombrado ‘Susan’, el cual lamentablemente perdió la vida en 1959, pero le dejó un hermoso legado, pues después de ella, Isabel II tuvo 14 generaciones de la misma raza.
La lápida de la primera perrita de la reina fue diseñada por ella misma, al igual que habría hecho con todos los demás que fue teniendo; aunque con la muerte de Willow, uno de los últimos descendientes de ‘Susan’, la reina decidió ya no seguir criando a los corgis, pues el fallecimiento de este último, por cáncer, fue muy duro para la reina.
De acuerdo con una fuente de la Casa Real, los perritos a los que más le lloró Isabel II fueron Willow y Holly, pues eran sus últimos vínculos con su adolescencia y con su primera mascota.
Si bien, actualmente se desconoce qué pasará con los perritos de la reina, pues dejó dos corgis llamados Muick y Sandy, un dorgi (cruce de corgi y dachshund) llamado Candy y dos cocker spaniel, lo que sí se sabe es que llevan una vida de ensueño.
Los perritos no solo eran los únicos con acceso a todo el Palacio de Buckingham, sino que la acompañaban hasta los más importantes eventos; tienen sus propios empleados que cocinan únicamente para ellos, un horario especifico para comer, jugar y hasta personas que se dedican a ver qué necesitan. Sumado a ello, todo el personal del palacio tenía que estar atento a sus necesidades y la Reina Isabel II era la única que podía regañar a sus amigos de cuatro patas.
