Mamá de Poncho de Nigris aguanta maltratos de su esposo enfermo

En reiteradas ocasiones, la señora Leticia Guajardo, de 69, mamá de Poncho de Nigris, de 45, ha declarado en sus redes sociales que lleva una pésima relación con su esposo, el señor Alfonso de Nigris, de 76, pues éste tiene actitudes machistas y agresivas contra ella; y es una amiga de la familia quien nos lo confirma. Además nos dijo que la mamá del influencer ya está harta de tener que cuidar y soportar al señor, de quien se ha hecho cargo por completo desde que sufrió una embolia cerebral hace 18 años. La señora sólo quiere vivir una vida tranquila y le ha pedido apoyo a sus hijos, pero para su sorpresa, todos le han dicho que no debe abandonarlo, pues cuidarlo es su responsabilidad.

“Son muchos y los han tenido de toda la vida, casi los 50 años que llevan de casados; la misma señora Leticia ha señalado que el señor siempre la ha tratado mal. El señor bebía mucho, se sentía galán y le decía que era suertuda por tenerlo, siempre minimizaba a su mujer como todo machista”.

“De inicio, ella le aguantaba insultos y humillaciones por sus hijos, pero después ya no se pudo zafar, pues el señor tuvo un problema fuerte de salud; en 2003 le dio una embolia cerebral y ella se quedó para ayudarlo y atenderlo. La señora Letty ha sufrido todo este tiempo, pues cuando lo ayuda a hacer sus cosas, el señor comienza a gritarle y a exigirle más de lo que puede”.

“Al señor, la embolia le dejó la mitad del cuerpo paralizado, no mueve para nada la mano derecha, no tiene fuerza; aunque la pierna también se le dañó, sí puede caminar, incluso hasta manejaba. No puede hacer muchas cosas, así que se la pasa viendo televisión y le dice a la señora Letty que lo quiere matar como en los programas que ve”.

“El señor está mal, se le va el avión y dice cosas sin sentido; es un peligro tenerlo en casa sin vigilancia médica”.

“Aunque su hija Lety vive con ellos y de repente es la que lo ayuda, casi todo lo hace la señora y ya está harta de no poder vivir sus últimos años tranquila”.

“La señora se queja mucho con Poncho y Aldo, pero ellos le dicen que está exagerando, que su papá está enfermo y que ella lo tiene que ayudar porque es su esposa, pues si las cosas fueran al revés, el señor la apoyaría”.

“Aldo le da dinero mensualmente al señor para que se dé sus gustos, y de repente Poncho también, pero no es fijo”.

“El señor no está pensionado, así que viven al día. La señora Letty de vez en cuando recibe dinero de sus hijos, pero no le alcanza, por eso se metió como influencer y de ahí va sacando para los gastos de la casa y para atender a don Alfonso”.

“El cuarto donde vive él, está todo tirado y lleno de cosas; no deja que se lo limpien, porque asegura que doña Letty le quiere robar sus cosas, así que ella mejor lo ha dejado en medio del desorden”.

“Que no le sirva la comida, porque en cualquier momento lo va a envenenar para deshacerse de él; ella también desconfía del señor, pues de repente la ataca mucho y se pone muy agresivo... le da miedo que un día estando dormida, la agreda”.

“Hace unos días, Poncho le dijo que ya le iba a poner una enfermera a su papá para que la señora Letty no se estuviera quejando de que ella hace todo, pero hasta hoy es un promesa, una de tantas que le han hecho”.

“SÍ, Lety vive con ellos, pero sale por la mañana y regresa hasta tarde. La señora Leticia se medica diario y algunas pastillas la duermen y teme que cuando tiene esos efectos, el señor la ataque. Son como dos enemigos viviendo bajo el mismo techo; todavía hace unos años trataban de llevarse bien, pero cada vez el carácter del señor se vuelve mucho más fuerte”.

“Ya que no le han contratado cuidadora, la señora Leticia le propuso a sus hijos llevarlo a un asilo donde lo pudieran cuidar y ellos pusieron el grito en el cielo”.

“La hija le dijo que estaba loca, que mejor ella se fuera a internar; Poncho también le dijo que estaba mal; y Aldo, quien es el más prudente, le comentó que no era la mejor opción por ahora”.

“Alegan que el señor debe estar en su casa, que no sería justo sacarlo de ahí para que muera en un asilo; pero tampoco hacen nada por llevárselo con ellos o estar más con él, todo se lo quieren dejar a la señora y no es justo, ella también ya es una persona mayor”.

“No, ninguna. A la señora, sus hijos le dijeron que si lo quería, los dos se fueran a un asilo. Don Alfonso dice estar muy malito, pero sabe el punto débil de cada quien, tanto de su mujer, como de sus hijos, y se aprovecha de eso para ser un canijo. El señor también corre a la familia de la señora Letty, que la visita, y a ella”.

“Pese a que cada quien vive en una parte de la casa, en cuanto don Alfonso escucha que llega gente, se asoma y de inmediato sale y empieza a gritarle, a pedirle cosas, como que se hace presente para hacer sentir incómodas a las visitas; es un horror vivir ahí”.

“Sí. Además, cuando ve que la señora Letty sale arregladita, le dice: ‘Ya se va la viejita loca, la que se quiere sentir jovencita’, siempre queriéndose burlar y haciéndola sentir menos. La verdad es que la señora tiene razón de ya querer vivir tranquila al menos sus últimos años de vida, pero la pobre está sola”.

“Como los hijos no la pelan ni la apoyan, tendrá que seguir viviendo junto al señor, desconfiando el uno del otro de que no se quieran matar entre ellos o pasando sustos, como apenas ocurrió”.

“La semana pasada tuvieron otro problema: aunque le habían dicho al señor que ya no manejara, agarró la camioneta y le pegó a un carro. Sus hijos se enojaron porque el chistecito salió en cinco mil pesos. La señora Letty también se enojó y le dijo a todos que va a vender esa camioneta, porque al final es de ella, se la regaló Toño antes de morir (en 2009). Como te digo, ése no es un matrimonio sano y la señora está entre la espada y la pared”, finalizó.