El perfume bajo otra mirada: el elemento clave de la marca personal
La democratización de las fragancias, para potenciar la presencia y la marca personal.
 
El perfume, pieza clave en la marca personal
/¨Canva
Desde niña descubrí mi pasión por los perfumes. Coleccionaba réplicas en miniatura que guardaba en una casita de madera que a todos encantaba. Años después, trabajando con fragancias como Hermès, confirmé que un aroma cautiva, permanece en la memoria y proyecta presencia.
El perfume de privilegio a un elemento ¡abierto para todos!
En décadas anteriores, perfumarse era un privilegio asociado al precio. Hoy la perfumería se vive más abierta y sin perder su alma. Ciudades como Nueva York presentan propuestas con casas de autor como Le Labo, Aedes de Venustas u Olfactory NYC, que traen de vuelta el ritual de pruebas pausadas, sumando la personalización, incluso en etiquetas. Ya se compra más allá de la imagen de marca: hoy se eligen historias, como Santal 33 (Le Labo), la elección de Meghan Markle y Alexa Chung, íconos de elegancia discreta con mucha personalidad.
La democratización no destruye la magia de las grandes maisons. Hoy conviven dos verdades: el arte experto de las “narices” con la libertad de acceso que ofrecen otras casas. El resultado son fragancias más humanas: plurales en opciones y precisas en significado.
Las redes sociales juegan un papel importante: vemos comunidades como #PerfumeTok o “la tía de las fragancias”, Funmi Monet, cuya voz acerca la experiencia olfativa a lo emocional con reseñas honestas y colaboraciones con grandes casas que simbolizan la democratización: hoy cualquiera puede aprender, elegir y disfrutar. El lujo ya no se mide por el precio, sino por la emoción y por la coherencia con quienes somos. El perfume se volvió significativo.
La importancia del perfume como elemento de la marca personal
Para una mujer ejecutiva, este cambio es una oportunidad estratégica. Debe pensar en su aroma como su firma no verbal para permanecer en la memoria y sumar dos o tres fragancias que acompañen su agenda: un acorde limpio y seguro para reuniones clave; maderas o especias suaves para días con enfoque creativo; o, ¿qué tal?, una estela floral para momentos memorables. Claro, sin invadir: tampoco se busca marear. Se trata de que la fragancia cuente lo que se decida y se adopte como parte de la marca personal, reforzando la propia historia.
 
    
     
 
 
