Diana Golden supera dura enfermedad con un implante
Por varios años la actriz, de 57, tuvo problemas de adicción, los cuales la llevaron a protagonizar escándalos.

Diana Golden dejó el alcohol gracias un implante
/Cortesía del doctor Villarreal y de la actriz
- En 2012, la actriz debía presentarse en el Museo del Cubo, en Baja California, pero nocumplió con el contrato porque tomó unas copitas de más y trató de arrojarse de un puente.
A sus 57 años, Diana Golden ha tenido fuertes problemas de alcoholismo, adicción con la que ella misma confiesa que inició cuando perdió a su madre en 2006, así como con otras muertes de familiares que la marcaron. Aunque intentó ir dejando la bebida, no podía hacerlo y es por ello que ahora decidió implantarse un pellet para por fin decirle adiós al alcohol. Platicamos con la actriz y nos contó cómo fue el proceso y se sinceró al decir que ya no quiere jamás volver a beber.
-Diana, supimos que te implantaron un pellet para no beber, cuéntanos...
“Sí, vi la entrevista de Gustavo Adolfo Infante y Claudio Yarto, donde ellos aseguran que de esta forma no bebían más, así que les dije que yo quería”.
-Y decidiste ponerte este pellet...
“Así es, yo tuve muchos problemas con la bebida, fue a raíz de varias muertes: la de mi madre, la de mi padre, y de un hermano; todo eso que viví fue muy fuerte”.
-Qué triste...
“Sí, se murió mi mamá Fany (2006), luego mi hermano Óscar (2008), después mi papá, el doctor (Bension) Goldenberg (2011); fue ese lapso de las tres muertes seguidas y con mi padre me fui al suelo. En 2006 comencé a beber; hubo un tiempo que de ahí salí, unas veces volví a caer, salía y así estuve”.
-¿En qué momento cruzaste la línea de la bebida?
“Nunca me di cuenta. Uno hace muchas bobadas y los escándalos aquellos me los gané por mensa. Ha sido paulatinamente todo esto. Unos días bebía, otros no”.
-¿Buscaste ayuda?
“Tomé terapia en 2011 y empecé a controlarme. Traté mi depresión y el problema parecía ir cambiando. Estuve en haciendas para tratarme (retiro espiritual de 4º y 5º paso de AA). Sin embargo, luego me llegó la menopausia, después de los 50 me dieron bochornos, me enojaba por todo, a veces lloraba, subí de peso y dije: ‘El vino blanco me ayuda a bajar de peso’, decía yo que bebía por dieta (ríe)”.
-Sin duda, viviste momentos difíciles...
“Todo me pasaba y me deprimía porque en Televisa me quitaron la exclusividad fue algo feo. Eso pasó hace siete años. Después de 30 años de trabajo. Me iba a ir a Colombia con mi hermano Alberto, pero 15 días antes murió de un infarto y solo fui a reconocer su cuerpo”.

-Y con el apoyo que recibiste, ¿en algún momento intentaste dejar de beber?
“Con el tiempo, dejé de emborracharme, aunque sí me gustaba echarme dos copitas de vino antes de dormir, pero el beber no me deja bajar de peso, aunado a esto tengo varios problemas estomacales”.
-¿De qué tipo?
“Han sido desde hace tiempo, y ya se agravaron; colitis, polipos. Por salud decidí limpiarme, quiero verme bien y ya dejar la bebida”.
-¿Cuándo te pusieron el implante?
“El 11 de marzo viajé a Torreón (Coahuila). No es algo mágico. Te lo colocas y tú tienes que ir con la determinación de dejar de beber, que el aparatito te ayudará a que la bebida ya no se te antoje porque anula los neurotransmisores que te piden la sustancia”.
-¿Cómo te lo colocaron?
“Hablé con el doctor Omar Villarreal, que tiene clínicas de adicciones y maneja este aparatito de naltrexona. Es para limpiar tu cuerpo. Y ayuda al hígado delos pacientes cuando llegan con sobredosis. Con anestesia local abren un poquito y me lo pusieron en el brazo izquierdo; a los ocho días tequitan los puntos”.
-¿Es caro?
“Sí, pero es tu vida; en mi caso, Gustavo Adolfo me ayudó, en conjunto con el doctor Villarreal, que su fundación se llama ‘Libérate de adicciones’. Ellos son grandes amigos. A Gustavo Adolfo es un favor que le voy a agradecer lo que me quede de vida”.
-¿Y cómo te has sentido?
“Los dos primeros días sentí como un shock de que tenía un medicamento nuevo en mi cuerpo. Luego es echarle coco. Se me secaba la boca”.
-¿Aún se te antoja la bebida?
“No, lo tengo consciente. De pronto ves en algún comercial la bebida y dices: ‘Ay, qué rico’, pero pasa sólo en segundos, no vas por bebida y menos la consumes. Es como un duelo el que vivo. Cortas con algo, pero es como un nuevo despertar”.
-¿Ahora cómo te sientes?
“Bien, lo único que sé es que yo jamás quiero volver a beber, ¡nunca más!”

-¡Nos da gusto por ti!...
“Sí, en estas cuatro semanas sin beber, ya no tengo acidez, un poco la colitis, pero sin alcohol me he ayudado con todos mis problemas estomacales”.
-¡Qué bueno!...
“No crean que esto sirve sólo para las personas que bebemos, sino también a la gente que consume opiáceos (alcaloides presentes en el opio, extracto de la exudación lechosa y blanca de la cápsula de la amapola. También refiere a derivados naturales y semisintéticos de la morfina)”.
-Pues es un buen método para vencer este tipo de problemas...
“Hoy en día es algo bueno, por todas las sustancias que los jóvenes están consumiendo; ahora el fentanilo está cañón. Con este aparatito se pueden salvar miles de vidas. Es válido caerse, pero uno se levanta. La depresión y el alcohol no son buenos consejeros”.
-¿Qué le aconsejas a la gente con problemas de adicciones?
“Tengo 57 años y a los 60 me quiero ver mejor que nunca. Por salud, debemos cuidarnos y evitar caer en los excesos. Chicos, tomen mis palabras, cuando uno es joven se come a puños el mundo. Eviten drogarse, eviten beber, eviten fumar”, concluyó.
Omar Villarreal Aragón, psicólogo especialista en adicciones, nos explicó:
-¿Cómo funciona el pellet para dejar las adicciones?
“Es un implante que contiene Naltrexona”.
-¿Qué hace esta sustancia?
“Corta el efecto y bloquea los receptores de sustancias como la cocaína, heroína, cristal, fentanilo y el alcohol. Si se consume
alcohol, en mi receptor no hará efecto y se va quitando el deseo”.
-¿Cómo se coloca?
“Es una pequeña cirugía de tres a cinco milímetros y se introduce un troquel de tres milímetros. Dura como seis meses y son dos aplicaciones. La desintoxicación es inmediata”.
-¿Cuánto cuesta?
“De 30 a 50 mil pesos; hay escasez de pellet en el mundo. En Estados Unidos están desde 280 mil hasta 350 mil pesos”, concluyó.