Ferdinando Valencia nos abre su corazón y nos revela cómo enfrentó la pérdida de su bebé
El actor nos platicó sobre su vida, sus amores y su etapa como papá.

Francisco Mancera y Cortesía del actor l Ferdinando Valencia nos abre su corazón y nos revela cómo enfrentó la pérdida de su bebé
/Francisco Mancera y Cortesía del actor
Ferdinando Valencia, de 38 años, es un actor que desde 2006 no ha dejado de hacer telenovela tras telenovela, tiempo en el que ha conocido la fama, la cual en algún momento le hizo perder el piso; pero también ha conocido el dolor, pues a meses del nacimiento de sus mellizos, uno de ellos falleció debido a complicaciones por meningitis.
Platicamos con el actor y nos contó cómo fue que la actuación le dio un giro a su vida, y sobre las enseñanzas que le han dado sus hijos: Sofía, de 17, Tadeo, de casi 2, y Dante (q.e.p.d.):
-Ferdinando, ¿cómo fue tu infancia?
“Fue muy feliz; crecí en un espacio de ésos que ya son muy raros, donde salías en calzones a correr por todo el pueblo y toda la gente sabía de ti. Nací en Comala, en Colima, un pueblo rodeado de vegetación y tres ríos; todo el tiempo estaba con mis amigos en el río, andábamos en el campo recolectando fruta o yéndonos a pescar”.
-¿Qué nos cuentas de tus padres y hermanos?
“Mi padre es ingeniero agrónomo y se dedicaba al campo, mi madre era ama de casa, y únicamente somos mi hermana mayor, Emma, que me lleva un año, y yo”.
-¿Cómo fuiste en tu juventud?
“Muy raro; si me lo proponía, estaba en el cuadro de honor y era abanderado de la escolta, pero al siguiente año me dedicaba a fluir con la vida. Fui muy rebelde, me dejaban hacer lo que me pegaba la gana, siempre y cuando no dañara a nadie, estudiara y practicara deportes”.
-¿Fuiste deportista?
“Claro, mi escuela me becaba y fui seleccionado estatal en atletismo, llegué a competir a nivel nacional; además jugué futbol a nivel profesional... me gustaba mucho mi vida en ese entonces”.
-¿Fuiste noviero?
“Fui muy noviero, lo traía en la sangre, pero siempre duré mucho en mis relaciones, y con una de ellas tuve a la bendición que es Sofía, mi hija mayor”.
-¿Fuiste papá muy joven?
“Sí, Sofía nació en 2003, ya tiene 17, empecé muy chavito (ríe), con ella se empataron los tiempos; terminé la carrera de Ingeniero Zootecnista Administrador y tenía la difícil decisión de seguir trabajando en el campo o venirme a la ciudad e ingresar en la actuación”.
-¿Es verdad que trabajaste ordeñando ganado?
“Sí, hacía servicios de ganado para los ranchos cercanos a mi pueblo, labores sanitarias, genéticas, nutricionales, reproductivas, ambientales; además me dedicaba a la venta de becerros y le servía a un patrón para garantizar mi sueldo diario”.
-¿Entonces eres actor por accidente?
“Sí y, de hecho, fue condicionado y por obligación. Entré en la actuación por mi patrón, algo vio en mí y me llevó al CEA. Al principio no me gustó la idea, pero cuando me dijo que me iba a pagar el día, acepté. Me levanté muy temprano a cargar becerros e iba desaliñado, no me interesaba, pero hoy creo que mostrarme auténtico fue lo que me abrió las puertas”.
-¿Después qué sucedió?
“Me hablaron y me dijeron que había pasado un primer filtro, ahí se despertó mi curiosidad de el por qué les había llamado la atención, pues no lucía atractivo para mis posibilidades; entonces, por eso y lo apretado de mi economía, decidí aprovechar la oportunidad de conocer algo completamente ajeno a mi vida”.
-¿Tu familia te apoyó?
“Mi papá nunca me lo dijo, pero sé que nunca le gustó ver a su hijo haciendo otra cosa que no fuera labor de campo; después le enseñé que no iba a perder sus costumbres, que amo mis tradiciones y cultura indígena”.
-¿Ahí empiezas en la actuación?
“Sí, y me enamoré de la carrera y de las cosas que sentía; me di cuenta de que podía empezar a sentir emociones o provocarlas”.
-¿Cómo fueron tus inicios?
“Las primeras cinco o seis novelas fueron seguidas, no descansé ni una semana; con eso logré empezar a invertir en el campo, iba a mi pueblo a comprar ganado flaco y daba trabajo a las personas que me supervisaban el riego y el ganado”.
-¿Cómo te cambió la vida el matrimonio?
“No estoy casado ni en contra del matrimonio, pero estoy convencido de que la prioridad es el amor. Mi pareja me dijo: ‘Sólo quiero estar contigo, no me importan cuáles sean las condiciones’, así llevamos más años de los que han durado muchos como matrimonio, y estoy muy feliz”.
-Nacen tus bebés y tras unos meses, muere Dante, ¿cómo has sobrellevado esta pérdida?
“Lo extraño muchísimo, y cuando me llega el dolor, dejo que me afecte, que me toque, y esto me ayuda a sanarme”.
-¿Han pensado en la posibilidad de ser padres de nuevo?
“Parece que sí. Dentro de mí hay una fuerza que me dice: ‘Quiero más, soy muy niñero’; pero también tengo mucho miedo de volver a ser papá, y hay que ser razonables, no quiero someter a ningún riesgo a mi negrita porque estamos en épocas de COVID-19. Pero quizás un día de éstos les demos la sorpresa”.
-¿Cuántos más te gustaría tener?
“Tal vez uno más”.
-En abril, Tadeo cumple 2 años...
“Lo he disfrutado mucho, cada día, cada palabra, cómo me chantajea, cómo me enamora; es encantador, se da mucho a querer, me siento bendecido por tenerlo a mi lado”.
-¿Es verdad que Tadeo percibe el alma de su hermano?
“Creo en la ciencia y en que tiene que haber un espacio para Dios; sin embargo, hay cosas inexplicables. Una noche, Tadeo se levantó en la madrugada, lo escuchamos correr en la habitación, risa y risa; empecé a grabarlo porque él veía algo y corría, y cuando vi el video, observé pequeñas partículas que iban al mismo lugar a donde él corría. A la mañana siguiente conversé con un amigo que es vidente y me dijo: ‘Anoche fue tu niño a visitarte’”.
-¿Crees que sí fue Dante?
“De pronto no puedes creerlo, soy un hombre de ciencia, pero a veces por raro que parezca, enriquece mucho espiritualmente y me gusta pensar que fue así porque está viviendo en nosotros, en nuestros recuerdos, en nuestro espíritu y en nuestro día a día”.
-¿Cómo es la relación con tu hija Sofía?
“A la par de mi crecimiento profesional, se dio el crecimiento de mi hija, por lo que no estuve con ella todo lo que hubiera querido; pero ella me ha mostrado que es un ser humano maravilloso, me llena de orgullo y me ha hecho más fácil este proceso de ser papá”. “
-¿Qué has aprendido de tus hijos?
“Que se puede ser feliz con las cosas más simples, como estar con quienes amas”, finalizó.