Hija de Mayra Rojas presume tener 2 papás, 3 mamás y dice que no le afecta ser adoptada

Increíble fiesta por sus 9 años tuvo Lucianna, la pequeña que en 2013 fue adoptada por Lorena Rojas y de la que, en 2015, tras su fallecimiento, se hiciera cargo Mayra Rojas, quien la ha educado como su hija y la ha sacado adelante con amor, convirtiéndola en una niña muy segura y feliz. TVNotas estuvo en el festejo y te traemos todos los detalles:

“Son 9 años que se me han pasado muy rápido y han sido de mucha enseñanza porque con Lucianna he aprendido a ser más tolerante, a aceptar que a veces no tengo la paciencia y que debo entender que somos abismos de edades diferentes”.

“Lucianna es una niña mágica y su personalidad es encantadora, le cae bien a todo el mundo. Entonces mi gran oportunidad como mamá es guiarla, encaminarla y darle la fortaleza, los valores y las herramientas para que el día de mañana sea una mujer plena”.

“No, yo acudí a terapia porque no supe controlar el dolor y ansiedad por haber perdido a mi hermana. Para educar no, porque tomé esa decisión de adoptar y ya lo había hecho con mi hijo Fabián. Aunque a veces siento que me puse un costalito más en la espalda”.

“Porque hablar con tus hijos de la adopción y que ellos aprendan a vivirla de manera natural, pues es una tarea que no llevan las mamás biológicas, y no toda la gente está acostumbrada al término, pero mis hijos hablan de ello como cualquier otra cosa”.

“Yo he tratado de entrenar, educar a mis hijos de que la adopción la hacemos todos los días al adoptar a nuestra pareja, nuestros amigos, compañeros de trabajo”.

“Cuando les hablas a tus hijos con la verdad, la manera de ver la adopción es más ligera, ya no tienes que dar explicaciones; sí se han topado con niños que le han dicho: ‘tú eres adoptada’, y (Lucianna) dice: ‘sí’, igual a Fabián”.

“Sí, y ella les contesta: ‘Yo tengo 2 papás y tengo 3 mamás; una en el cielo, la que me tuvo en su panza, y mi mamá Mayra’”.

“Así es, y eso a mí me da la tranquilidad de que el día de mañana mis hijos sean valiosos no por quién era su mamá, sino porque cada uno tiene su propia identidad”.

“Ella sabe que llegó por adopción a la vida de Lorena, que Lore pasó por un proceso de cáncer y que desgraciadamente perdimos la batalla. Es muy sensible y cuando se acerca el cumpleaños de Lorena o ve a mi mamá que la recuerda y llora, se emociona mucho. Tengo la fortuna, entre comillas, de que Lucianna estaba muy chiquita cuando Lore falleció, y digo fortuna porque no sufrió ese dolor tan brutal de perder a su mamá”.

“Lucianna muere por ser mamá, pero ya lo veía venir porque sé que psicológicamente una niña que llega por adopción en algún momento de su vida se preguntará si es capaz de dar a luz, y ella quiere cinco hijos. También me ha dicho que quiere adoptar. Ojalá la vida me dé el tiempo para verlo. Pero volviendo al tema anterior, ella sabe (de su pasado) porque es su derecho saber por qué está en mi vida y por qué hoy soy su mamá”.

“No, porque Lucianna no experimentó el dolor tan fuerte de la pérdida de Lorena que para mí ha sido el más grave”.

“‘Ah, mi mamá Lorena’, pero hay algo muy importante, un día un psicólogo me dijo: ‘Nunca vayas a poner a tu hermana arriba de ti, no porque no lo merezca, sino porque la educación de Lucianna te corresponde a ti, ya no está Lorena, no la idealices en la niña porque el día de mañana le va a ser muy fácil que diga: ‘Tú eres muy cruel, mi mamá Lorena pudo haber sido mil veces mejor que tú’. Entonces no puedo idealizar a Lorena frente a la niña, su madre Lorena debe quedar como un bello recuerdo”.

“No, en mi casa hay fotos de Lorena con la niña, conmigo y mis otros dos hijos. Lucianna las ve y dice: ‘qué bonita, cuéntame cómo era’, pero no tiene recuerdos en sí”.

“La pauta me la marca ella, no la pongo yo, yo no puedo decirle: ‘ya quieres hablar de Lorena’. Ella ha preguntado y yo contestó. Ella sabe que es de origen cubano, pero nunca me ha dicho: ‘vamos a Cuba’, ella quiere ir a Disney. Vamos paso a paso”.

“No, Jorge no existe en esta historia porque para empezar ya no está; segunda, nunca se hizo cargo, vivió con la niña un año tres meses. Y los que se han hecho a cargo de la figura paterna es el padre de mis hijos, Octavio Burgueño, y mi ex pareja Paco, que es una imagen muy fuerte para Lucianna; está al pendiente de su educación, la acompaña a los torneos de hockey, la enseñó a andar en bici, en patines y se la lleva al bosque”.

“Me encanta porque es recíproco, me lo dice todos los días, antes de dormir, metiéndose a bañar. Cuando le dije de su fiesta, me dijo ‘eres el amor de mi vida’. Jamás dudaría de que tomé la mejor decisión”, concluyó.