Pato Cabezut culpa a su ex de no tener trabajo; ella lo acusa de desobligado

En noviembre de 2021 te trajimos la triste realidad que vivía Patricio Cabezut, de 55, con su entonces mujer, Aurea Zapata, de 45, tras descubrir que, supuestamente, ella le ponía el cuerno y que incluso había levantado un pleito legal para que él dejara el departamento donde vivían en familia.

A raíz de una reciente declaración que Aurea dio en el programa ‘De primera mano’, el presentador nos concedió una entrevista para defenderse de las acusaciones de Zapata, quien aseguró que a su lado vivió violencia doméstica.

A más de un año de iniciado el caso, Patricio habló con nosotros sobre la situación en la que vive, sin poder ver a sus hijas:

“Tengo que estar bien, pero hay días en los que estoy muy mal, porque no sé en dónde están mis hijas. Los vecinos le reportaron tanto a la actuaria, como a mi abogada, que desde mediados del mes de noviembre, nadie habita el departamento (donde vivían); a la escuela no han ido desde noviembre, no pagó las colegiaturas, porque es el acuerdo al que llegamos de que yo pagaba reinscripciones y ella colegiaturas. Sigo pagando la pensión provisional que la jueza sugirió, a pesar de que mi expareja apeló ese acuerdo y se lo aprobaron sin efecto, y yo voluntariamente la he seguido pagando”.

-¿Sabes dónde puedan estar?
“Yo intuyo que se fueron a Monterrey, por un par de fotografías donde aparece mi exmujer con mis hijas en un árbol de Navidad; aparentemente se ve que es la casa de su abuelita en Monterrey, pero no sabía de ellas, y eso no está bien”.

“Sí, pero tiene la obligación de decirle al papá, dónde están, no está bien lo que está haciendo”.

“Me sigue difamando, dice textualmente que la sigo violentando y que sigo visibilizando la situación, pero solo he señalado las faltas a la ley que ella ha desobedecido y no ha cumplido, eso no es hablar mal de ella”.

“Estamos esperando que lleguen esas medidas de apremio, porque ella ha apelado todas esas medidas y porque está utilizando todos los recursos que la ley te ofrece para evadir y alargar el proceso. Solo señalo lo que no ha hecho, sobre todo, porque está dañando a mis hijas, las está privando de un derecho que por ley tienen; las autoridades, los jueces, el magistrado, ya le dijeron: ‘Tienes que llevarlas a que convivan con su papá’, y no ha pasado nada”.

“Desde el 2 de junio que las vi veinte minutos. Están dañadas emocionalmente por esta manipulación, alienación, interferencia; y no lo digo yo, está asentado, está diagnosticado. Yo tengo que ser muy paciente, espero que se haga justicia, rescatarlas y volverlas a ver”.

“Es terrible todo esto. Fui un tiempo a terapia, me ayudó a entender y tratar de asimilar todo esto, y sé que tengo que estar bien, pero es difícil. Además, el apoyo de la familia y los amigos son muy valiosos, porque en estos procesos te das cuenta con quién sí y con quién no cuentas”.

“Claro, es un daño colateral, porque no faltará que piensen que soy un monstruo, que yo soy violento y que yo la violenté en toda una noche y de manera continua. Hasta que yo no salga inocente de este juicio, no voy a estar tranquilo, porque sé que hay gente que duda de mí, pese a tantos años que me han visto trabajar y guiarme en la vida con buenos principios, pero desde el día que ella me fue a denunciar, ya sembró la duda y ahí está el daño que me está haciendo”.

-¿Tú niegas ser violento?

“No la violenté, es mentira, la que se violentó fue ella; por eso yo le puse dos denuncias, ella se quedó en shock por las cosas que descubrí y que me lastimó muchísimo, se tiene que hacer responsable. Ahora tendrá que comprobarlo, porque es muy fácil hablar, se llaman denuncias falsas ante la autoridad; ahora que me demuestre que tiene la razón, que me compruebe que yo la violenté esa noche”.

“Me dice que sea paciente, que tarde o temprano la ley y la justicia aparecen, y que sí hay luz al final del túnel. Sé que tengo que estar bien, pero todo esto también ha afectado mi trabajo; sé que hay algunas personas que piensan que soy un hombre violento, pero también hay otras que me han considerado para trabajar”.

“Hice catorce fechas como conductor de eventos masivos para el Sindicado Nacional de Trabajadores de la Educación y ocupé todo ese dinero para pagar deudas, a mi hermana, a mi cuñado, para pagar mi tarjeta de crédito que la tenía atorada, le pagué a Salvador Ibarra (actor) tres mil pesos para ponerle gasolina a mi camioneta... me quedé sin dinero, pero ya no tengo deudas, en verdad, ¡vivo al día!”.

“Con mi hermana, quien me ha dado techo y ayudado mucho, pero eso no está bien a mis 56 años; llevo un año y dos meses viviendo ahí, a pesar de que yo tengo mi casa, que me compré con mi trabajo”.

-¿Podrías regresar a vivir a esa casa?

“Se tiene que hacer un proceso, tiene que ir un notario y certificar si está solo el lugar, porque ella igual regresa en estos días y dice que se fue de vacaciones y ya la libró. La ley tiene recovecos y ella los está utilizando”.

-Entonces, ¿no ha pasado nada en tu caso?

“Ha pasado un año y un mes desde que levanté dos denuncias, y me dicen que no pueden hacer nada; pero que no fuera al revés, porque en cinco horas estaba la patrulla en mi casa y en menos de seis semanas ella ya tenía cita para pruebas y dictámenes de aparentemente una afectación, prueba a la que obviamente vamos a poner una contraprueba, porque es muy dudosa”.

-Se te volvió a señalar...

“Me está difamando, sin pruebas, sin evidencia alguna. Ella no ha presentado nada, y en cambio, yo he mostrado papelitos y documentos, todo”.

“Aparentemente me ven fuerte, pero si me hubieras visto hace cinco días tirado en la cama, sin rasurarme, triste, desolado, sin ganas de hacer nada, pues te sorprendería, pero sé que tengo que estar bien”.

“Tengo que seguir buscando chamba, seguir luchando por mis cosas y, sobre todo, me he unido a colectivos que viven lo mismo; de hecho, en Monterrey estoy en uno de esos que se llama No Más Hijos Rehenes, como portavoz de muchas mamás y papás obstruidos como yo, que no pueden ver a sus hijos porque sus papás y sus mamás los toman como rehenes, como instrumentos de venganza para darle en la torre a su pareja, y no se dan cuenta de que le están dando en la torre es a sus hijos; en verdad es alarmante”, concluyó.

Patricio y Aurea se habían consolidado como una pareja sólida y discreta del medio. Previo a su sonada separación, la pareja nos concedió una entrevista en la destacaban lo plenos que se sentían en su rol de padres. Sin embargo, en noviembre de 2021, se destapó que ella lo había corrido de la casa.

Aurea Zapata se defiende: “Me decía que me iba a dejar en la calle”
-Aurea, denunciaste a Patricio Cabezut por violencia, hace más de un año, ¿qué ocurrió?

“No puedo hablar mucho, porque la carpeta de investigación sigue, pero no fue una violencia de una noche, fue una situación triste de 10 años”.

-¿Cómo surgió la historia entre ustedes?

“Lo conocí en Televisa Monterrey, y a los dos meses me invitó a vivir con él, yo tenía 30 y tantos; me dijo que si no me casaba con él, me iba a quedar (refiriéndose a que ya no se casaría)”.

-¡En serio!...
“Sí, yo caí enamorada, lo veía con ojos de Dios”.

“Tuvimos buenos momentos, hasta que me di cuenta de que fui víctima de violencia familiar. Yo creí que como él era de Tampico, hablaba con voz fuerte y gritaba; me dejaba atrás cuando caminábamos; no me daba la mano, no había besos, no había abrazos, había una frialdad terrible y me fui acostumbrando a eso. Después llegaron las niñas”.

“Sí, ellas se fueron dando cuenta. Él me aplicaba mucho la ley del hielo (le dejaba de hablar), no me dejaba trabajar, argumentaba que debía cuidar a mis hijas, pero no me daba dinero ni para el café, ni para pintarme el cabello. Al principio el sueldo que gané en MVS (2011), me lo pedía para mantener la casa”.

“Sí, veían a la mamá triste, a la mamá que no rabajaba. Incluso estudié en el CEA, trabajé mucho en Casos de la vida real; pero él me alejó de la actuación, y cuando iba a algún evento, me decía: ‘por qué minifalda’, ‘por qué escote’, ‘por qué vas tan güera’, ‘por qué te pintaste el ojo’, yo vivía en cautiverio”.

“Sí, varias veces, no puedo hablar mucho, pero de las últimas que me hicieron reaccionar, fue que en una ocasión, sin motivo alguno, me dio tremendo manotazo y me tiró el celular delante de mis hijas, y de inmediato se me empezó a inflamar terrible. La más pequeña de mis hijas gritó: ‘¡mami, defiéndete!’, fue cuando dije: ‘ya no puedo más’, esto fue en 2020, pero no me atreví a dejarlo, ¡le tenía un miedo terrible!, y recibía amenazas”.

-¿Qué tipo de amenzas recibías?

“Me decía que me iba a dejar en la calle, que me quemaría en los medios de comunicación, y ya lo hizo”.

-¿En ese momento continuaste con él?

“Sí, pero en 2020 me dio COVID, ¡fue terrible!: al estar los cuatro encerrados, había gritos, sombrerazos... mis hijas la pasaban muy mal”.

-¿Hubo también violencia hacia ellas?

“Sí, un día se llevó a jalones a la más pequeña, Fátima, y tuve que llamar al 911 para que me la devolviera, tenía miedo de que le hiciera algo o no la regresara jamás”.

-¿Por qué se la llevó?

“Porque no quería que yo regresara a trabajar, se puso loco y me dijo que si salía de la casa, no vería más a mis niñas. Cuando regresó a la niña a la casa, ya estaba la policía, eso fue en octubre de 2021”.

“Estaba muy asustada, me abrazó llorando junto con su hermana. Ese día nos fuimos a dormir a otro lado, por miedo de que nos hiciera algo”.

“Porque pensé que podía conciliar con él y arreglar las cosas; le pedí que tomáramos terapia, pero él no quiso”.

-¿Le tenías miedo?

“En su momento, sí; ahorita ya no tengo miedo. Pude perdonarle golpes, maltratos, leyes del hielo, pero que me quisiera quitar a mis hijas, no... ellas son lo más importante”.

-Cabezut ha dado muchas declaraciones y lo hemos visto llorar, ¿qué piensas?

“No le creo nada, se me cayó del pedestal donde lo tenía; siempre dije que nunca iba a hablar mal del papá de mis hijas, pero simplemente estoy diciendo los hechos, porque el día de mañana, mis hijas van a crecer, y quiero que vean que soy una guerrera que las ha sacado adelante. Las lágrimas de este señor, no se las compra nadie”.

-¿Sí aporta para la manutención de tus hijas?

“Se llegó a un acuerdo que él tenía que pagar la escuela, comida, servicios, y ¡no lo ha hecho!; cuando quiere, deposita mil 500 pesos por niña, no nos alcanza para nada”.

-¿Cómo le has hecho para solventar los gastos?

“En 2022 estuve trabajando en una agencia de publicidad; desgraciadamente, la cerraron en diciembre”.

-Me enteré que has ido a vender cositas...

“El fin de semana pasado nos fuimos al Parque México; pero llegó la alcaldía y me dijeron: ‘¿tiene permiso?’, y pues no, así que nos duró 10 minutos el gusto. Pero sí nos hemos puesto a vender cosas, libros, ropa. También hemos salido adelante gracias a mi mamá y a mis hermanos que me han apoyado mucho; mientras él está dando notas en la televisión”.

-¿Con la escuela cómo le has hecho?

“Me hicieron un plan de pagos para que pague; él sí está trabajando, menciona que vive en Lomas de Chapultepec, con una camioneta de 400 mil pesos, y no les da más que mil 500 pesos a las niñas. ¡Ya basta de creerle!, que se ponga a trabajar, porque sola no voy a poder, él no sabe si tienen uniforme, mochilas, quitó el cable de la casa, no tenemos teléfono; no paga luz, gas, servicios, andamos en metro y camión, no paga ni el lunch diario de las niñas. Pero sí manda a que me armen un lío en la escuela”.

-¿A qué te refieres?

“Su mejor amigo, que también está denunciado por violencia; su nombre empieza con ‘S’, no lo digo porque voy a hablar con las autoridades para poder ponerle una restricción también; fue a la escuela de mis hijas a exigir que convivieran con su papá. Además me amenazó hace poco porque soy amiga de su esposa; y fue dos o tres veces a tocar a la puerta de mi casa, a quererse llevar a mis hijas”.

“Sí, dice que las tengo secuestradas y como rehenes. Es totalmente mentira, tengo la guarda y custodia provisional, me la dio el Juzgado 26; y él tiene restricción, no se puede acercar a mí y tampoco a mis hijas”.

“Hubo una audiencia del menor, en donde mis hijas mencionaron no querer ver a su papá, se están cuidando sus derechos humanos y si ellas externaron por el momento no querer verlo, ¡no las pueden obligar!”.

“Así es, están resentidas; además él nunca estaba, quien cuidaba de ellas he sido yo y mis hermanos que están en Monterrey”.

“Sí, pero es mentira. Él fue a pedir a mi trabajo que me despidieran, y como el director de la empresa le dijo que no, Pato le dijo: ‘si no la despides, ¡andas con ella!’, por eso armó una campaña de desprestigio terrible; pero no hay nada que me culpe; a él sí, yo tengo mensajes, todos saben que anduvo con una exnovia de Emir Pabón cuando vivíamos juntos. Yo sí se las perdoné muchísimas veces”.

-¿Te sientes mejor ahora tras denunciar?

“Si no hubiera ido a denunciar, hoy sería una estadística más de feminicidio”.

“Sí, lo pensé y lo sigo pensando, temo por mi vida o que mande a alguien a quitarme a mis hijas. ¿Cuántos feminicidios hay por lo mismo?”

“Espero que las autoridades sigan trabajando en esta situación, sigue el juicio por lo penal porque él está amparado contra la vinculación a proceso. Y por amor a mis hijas, buscaré trabajo a diario para sacarlas adelante, quiero que sean felices”.

-¿Qué sientes hoy por él? “Desilusión total; no puedo arrepentirme de haberlo amado, decidí que fuera el papá de mis hijas, pero lo quiero lejos de mi vida, que Dios lo bendiga, ¡yo no lo puedo perdonar!”

-¿Tienes proyectos laborales? “Sí, sigo siendo parte del elenco de La rosa de Guadalupe, y en Como dice el dicho; con Alejandro Marcovich, exguitarrista de Caifanes, estamos haciendo un espectáculo juntos”, concluyó.