El hombre más viejo del mundo es mexicano y tiene 121 años

CIUDAD JUÁREZ, CHIH.- Aunque en el Libro de Récords Guinness el japonés Masazo Nonaka, de 112 años, aparece como El Hombre Más Viejo sobre la Tierra, quien merece ese título es don Manuel García, un campesino de 121, que hace unos días nos abrió las puertas de su casa, en Ciudad Juárez, para platicarnos su asombrosa historia de vida, pero también para compartirnos que a su edad tiene una nueva motivación: que lo reconozcan oficialmente como la persona más vieja del mundo.

¿Dónde nació?

“Nací en 1896 en Tlapacoyan, Veracruz, pero como a mi papá le quitaron sus tierras, se fue a Martínez de la Torre (en el mismo estado). Allá crecí hasta que pasó la Revolución”.

¿Recuerda algo de esos días?

“Estaba chamaco, yo creo que tendría unos 14 años, porque recuerdo que en Tlapacoyan pasaron Carranza y Emiliano Zapata. Una vez, en un lugar llamado El Rastrillo, estaba un montón de revolucionarios, todos con sus carabinas (fusiles) porque le estaban tirando al regimiento del gobierno”.

¿A qué edad comenzó a trabajar?

“A los 11 años, sacando becerros a la pradera. Trabajé desde chico porque mi papá murió de una borrachera, apenas tenía 35 años, así que me puse a trabajar para sacar adelante a mis seis hermanos”.

¿Cuánto le pagaban?

“Me daban 12 centavos, y a los jornaleros el patrón les daba 18 centavos”.

Ya más grande, ¿qué trabajos realizó?

“Con mi hermano Efrén, cuidábamos ganado en una hacienda que el entonces presidente Manuel Ávila Camacho tenía en Martínez de la Torre. La verdad no conviví mucho con él, pero de vez en cuando nos daba regalos”.

¿Cuántos años tenía cuando se casó?

“Me casé en 1941, en ese entonces tenía 45, y mi mujer, Rosa Medino (q.e.p.d.), 13. Tuvimos 19 hijos, pero sólo sobrevivieron cinco”.

¿Qué les pasó?

“Murieron cuando eran niños, unos se enfermaron de sarampión, uno del corazón y otros de padecimientos respiratorios; se ponían mal y no los podíamos llevar al médico, éramos muy pobres. Mi esposa falleció apenas hace ocho años”.

Díganos, ¿tuvo familiares que vivieron 100 años?

“Soy el único, no sé por qué he vivido tanto. A los 80 todavía me sentía muy fuerte”.

¿Y qué acostumbra comer?

“Como ya no tengo dientes, tomo atole, avena; yo digo que si todavía pudiera comer tortilla, como antes, viviría más (ríe)”.

¿Aún sigue trabajando?

“Pues sí, si no lo hago me enfermo. Entreno a mis gallos para las peleas. Aquí me la paso todo el día; mi hija Tomasa (de 54 años) llega como a las 5 de la tarde, me lleva a cenar, y si quiero regreso otro ratito; me duermo a las 10 de la noche casi siempre. A veces veo la televisión”.

¿Cuántos años más le gustaría vivir?

“Quisiera llegar, por lo menos, a los 125, pero Dios es el que decide”, concluyó.