Mi amado hombre
Mi amado hombre
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Te libero del cuento donde siempre tienes que ser el príncipe valiente y encantador que busca, rescata y ama a una princesa.
¿Qué tal si amas a la bruja, al dragón, a la campesina, a la que se rescata sola, a la que no es la más bella, más que para tus ojos?
Te libero del cuento donde tienes que ser de un color: azul. ¡Qué absurda manera de encasillarte! Vístete de rojo, amarillo, negro, arcoíris... ¡el que tú quieras!
Te libero del cuento donde siempre posees un castillo, tesoros o, por lo menos, una herencia; donde siempre hay mil batallas, no se te permite llorar y la derrota no existe.
¡A ti también te han dañado y te han impuesto estereotipos de valentía, posesión y fortaleza!
¿Qué tal si no quieres ser el héroe? Quizá se te antoja ser el villano, el que renuncia a todo, el que es salvado…
Ahora te cuento que:
¡Nosotras ya aprendimos a rescatarnos solas! Ya no somos princesas frágiles, ya no estamos dormidas ni atrapadas en nuestro cuento. Amamos al hombre que ríe, juega, es inteligente, sarcástico, sensible, miedoso y llorón.
Nosotras ya salimos del cuento y te esperamos en la vida real, donde tú puedes ser TÚ y yo puedo ser YO, sin tanto cuento.
