El reino de Dios se estrenó en 50 salas del país, una película donde crecer es aprender a perder
La directora Claudia Sainte-Luce y el niño actor, Diego Armando Lara hablaron para TVNotas sobre la cinta que se estrenó en salas en el país, luego de viajar por festivales internacionales. La película habla sobre pérdidas y el dolor de crecer.

cortesía reinodediosfims
Después de dos años de haber estrenado El reino de Dios en el Festival de cine de Berlín, la directora Claudia Sainte-Luce estrena en Cinepolis, Cinemex y Cineteca Nacional su película, un gran logro para una cinta mexicana. Una de sus peculiaridades es que se realizó con no actores, el protagonista, Diego Armando Lara es sobrino de la directora y la filmación se hizo en Tlalixcoya, Veracruz, pueblo donde nacieron ambos. El cine de Claudia, con el cual los diferentes públicos logran identificarse, se caracteriza por su naturalidad y frescura. Lo que cuenta es totalmente cercano a ella. El reino de Dios está dedicada a su fallecido padre, quien vivió dos años postrado a una cama. El punto de vista, es el de un niño, quien luego de varias decepciones va dejando la inocencia a un lado y entiende que crecer es aprender a perder.
Claudia, ¿qué tanto has crecido?: “He perdido mucho, entonces sí he crecido. He perdido a mi padre, mi abuela, un montón de mascotas, la fe en mí en mi trabajo, pero esa, va y viene, la recupero escribiendo, creando, porque tirarse y ser víctima es muy fácil”.
¿Cuándo decidiste ser cineasta, qué tan complejo ha sido? “Ser cineasta no tiene nada de glamuroso. Cuando iba a salir de la prepa dije: ¿qué hago? Iba a una escuela Lasallista y te hacían examen de aptitudes, salió que no era buena para nada. Escuché a una amiga que dijo: ‘yo voy a estudiar cine a España’. Y le dije: ¿A poco eso se estudia? Yo pensaba que para ser escritor, pintor, es como que Dios te toca y dice: ‘tú vas a hacer esto’. No creo que esto se estudie. Pero sí encontré una escuela en Guadalajara, la UDG. Trabajaba como mesera y estudiaba. Tenía que pagar renta, comer. Entraba a las 8 de la noche y salía a las 4 de la mañana, y a las 8, iba a la escuela. A la mitad de la carrera, al director no le gustaba lo que hacía, creía que no servía para eso, que para lo que servía era para casarme y todavía podía hacer una vida”.
¿Cómo te lo tomaste? “Muy mal. No lo demandé (ríe). No había ni messenger. Me vine a la CDMX. Renuncié a la carrera. Empecé a asistir dirección de segundo en la serie Capadocia. Me colé porque hice un comercial y un asistente me dijo: ¿quieres venirte de segundo asistente? Este cargo es básicamente hacerte responsable de los actores, gestionar el llamado del día siguiente. Ahí conocí a todas las actrices famosísimas de México. Trabajé como dos años. Fue bastante fuerte. Después salí. Seguí de 2ª asistente, hasta que dije: ya, es demasiado estar trabajando para los demás, tengo ganas de hacer algo mío. Es cuando escribo el guión de Los insólitos peces gato. En esa película logré que estuvieran Lisa Owen, Ximena Ayala. Tuve mucha paciencia. Para producirla apliqué un fondo. Recientemente entró a Netflix. Es una forma de ver cine, después de la pandemia hay que acoplarse”.
El reino de dios es una película que se hizo en la pandemia pero está llegando a las salas de cine este 2024
“El reino de Dios la hicimos durante la pandemia. En 2020 muere mi papá. Yo estaba muy enojada y de ahí surge la idea. En 2021 me lanzo a mi pueblo, la saco en septiembre y en 2022 la estreno en Berlín”.
“Mi papá tenía demencia vascular. Tenía una embolia y durante dos años se quedó postrado en cama. En un país donde la eutanasia no está bien y él sólo movía un dedo. Estar así no me parece que es vida. El día que murió, agonizó 18 horas. Fue un enojo de ese lado. Una rabia no racionalizada. Por eso el personaje de la película pensé que tenía que ser un niño, que va a entender ese proceso, que recién entiende como es la pérdida, algo que pasa constantemente en nuestras vidas”.
“Esta película es una catarsis. La hice en el pueblo que nací, con mi sobrino, con mi gente. Hay que sentir, la mente estorba, es la que organiza. Cuando hay actores que actúan con la cabeza se siente, porque están juzgándose todo el tiempo, de ¿me veré bien aquí? ¿Estaré dando el personaje? Entonces ya no pasa la emoción, están intelectualizando”.
“Para mi es más difícil dirigir actores: hay ego, un montón de juicio, de barreras, hay que bajarlas y llegar ahí, ser capaz de trastocar la emoción de ellos. Eso cuesta un montón”.
“Cuando empecé a hacer cine era como ganar el piso y ser respetada, pero ganarse el piso a base de gritos no es mi manera. Yo desde que empecé, dije: hay que disfrutar, tenemos solo una vida, ¿para qué me la voy a pasar gritando a toda mi gente? No creo que es una manera de darse a respetar y creo que es una cosa mal entendida de la vieja escuela. Hay muchos directores que piensan que maltratando consiguen las cosas. Una película no vale eso. es ganarse un lugar desde quien eres. La mujer comunica de otras maneras, hay muchos tipos de mujeres pero el grito no es útil para dirigir ni siendo hombre ni siendo mujer, tiene que ver con armonía y lo más importante no es que soy el jefe sino hacer la película, que está por encima de todo”.
“Para mi que le vaya bien a una película es que llegue al estreno, lo que suceda después, ya está bien”.
En la película el niño le confiesa al sacerdote que a veces quisiera que su mamá no hubiera sido mi mamá, eso es muy fuerte.. “Esta frase viene porque quieres tener a alguien que esté más cerca de ti. En los pueblos los padres son muy jóvenes y quieren vivir su juventud, no quieren ser papás. Es como que ya me tocó, tengo que criarlo, mejor se lo dejo a mi mamá. En realidad no quieren ser papás, pero también hay una culpa de decir: no voy a abortar. Eso no pasa en un pueblo, en algunas ciudades también es inviable. Los niños quieren atención, es lo único que piden”.
“Sobre las limpias, a lo que se dedica la mamá del niño, te puedo decir que desde que nací, mi abuela, mi mamá, me curan el empacho, el susto, el mal aire, o que ya se te metió la envidia. Eso con la fe católica, va junto con pegado. Luego mi papá de Haití, hago vudú (ríe)”.
“Esta película ya recorrió varios festivales y al fin llegó a los cines, lo cual es un gran logro cuando tienes enfrente una película como la del Joker. No hay manera de alcanzarlos. Es muy complicado el tema de las distribuidoras”.
“ La hice con mucho amor, en mi pueblo. Habla sobre las pérdidas, sobre crecer. Me encantaría compartir todas esas cosas que me mueven y me duelen por dentro”.
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También platicamos con Diego Armando Lara, protagonista de la película, sobrino de Claudia
“Me llamo así por el futbolista. Nací el 8 de mayo, en Tlalixcoyan, Veracruz. A los 6 años mi tía me metió a la película El camino de Sol. Ahí hago a un niño que tiene a su mamá y ocupa dinero para su kínder y su papá no le quiere dar”.
“Un día fui a México. Me dijo si quería estar en una película de ella. Le dije que sí. No he estudiado actuación. A veces me pongo nervioso. Me da confianza estar con mi tía, es la única que se dedica al cine en la familia. Mi papá es comerciante y mi mamá lo ayuda. Ellos me echan muchas porras, me apoyan mucho”.
“Cuando hice la primera película tenía 6 años, ahora tengo 12. El reino.. lo hicimos en pandemia. Todo estuvo bien. Simplemente había mucho mosco y algunos se enfermaron de dengue, pero todo bien. Yo vivo allá, estoy acostumbrado. Para hacer esta película mi tía y yo estuvimos practicando varias semanas en casa de mi abuela. Tratamos de hacerlo todo realista, como si ya estuviéramos grabando. La escena que me costó más trabajo es cuando tengo que llorar por la muerte de alguien muy importante para mí”.
“Podría decir que ya estoy decidido a ser actor. Más adelante voy a tomar clases. Pienso venir a vivir a Cdmx y entrar a la escuela de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas. Yo tengo ganas de hacer una película de acción como la del Megalodón”.
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“En el pueblo, yo voy a la escuela. Vivo con mis papás. Me gustan los caballos. Tengo cochinitos y una yegua. También el futbol. Que mi personaje se llame Neymar no es casualidad, tampoco que me llame Diego Armando, yo ya no lo alcancé a ver, pero he visto sus videos en tik tok y sí me gusta. Ahorita mis favoritos son Neymar y Messi”.
“Los niños de mi escuela casi no saben que actúo por eso no me dicen nada. Quizá en un futuro me gustaría hacer televisión, depende de la historia. Ahora les pido nos apoyen en ver la película para que no nos quiten pronto de la pantalla”.
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