Estefanía de Mónaco, la princesa rebelde que cantó en el Festival Acapulco
La hija de la actriz Grace Kelly y el príncipe Rainiero III tuvo un paso fugaz por la música, que incluso la trajo a México en los años 90.
La princesa rebelde de Europa siempre será Estefanía de Mónaco. La hija de la actriz Grace Kelly y el príncipe Rainiero III dominó los titulares de los principales medios de comunicación en los años 80 y 90, gracias a sus romances, bodas y divorcios.
Pero pocos recuerdan su etapa como cantante y muchos desconocen que visitó México en 1991 para participar en el famoso Festival Acapulco, donde recibió una medalla conmemorativa de manos de Luis Miguel.
Según el libro Micky: Un tributo diferente de Martha Figueroa, cuando la princesa llegó a México, un periodista le preguntó si conocía a Luis Miguel. Ella respondió inmediatamente que no.
Al enterarse de la respuesta, el cantante de La incondicional decidió presentarse en el hotel de la princesa y le envió una serenata. Sin embargo, detalla la publicación, “Estefanía no le hizo mucho caso”.
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Ante el rechazo, Luis Miguel no quitó el dedo del renglón. Al día siguiente, se reunió con el organizador del Festival Acapulco, Raúl Velasco, y acordó que él mismo entregaría la medalla conmemorativa a la princesa. Su objetivo era tener la oportunidad de saludar a la princesa y hacerse presente.
El Festival Acapulco 1991 ¡El gran encuentro de Estefanía de Monaco con Luis Miguel!
El día del evento llegó. Aquel 26 de mayo, Estefanía cantó la primera canción y, después de eso, Raúl Velasco llamó a Luis Miguel al escenario para que le entregara la medalla.
“Buenas noches, Acapulco, 91”, saludó el cantante mexicano al público que asistió al primer día del festival, mientras se acercaba a la princesa para darle un beso en la mejilla.
“Estefy, bienvenida a México. Espero que estés pasando un tiempo maravilloso con nosotros”.
Luego, el cantante mexicano le preguntó si México cumplía sus expectativas. La hija de Grace Kelly respondió:
“Esperaba que todo el mundo fuera cercano y amigable y es justo lo que he encontrado. Estoy muy feliz de estar aquí”.
Luis Miguel le colgó la medalla, se despidió con un par de besos en las mejillas y le lanzó un tímido “I love you”. Ella respondió con un simple “Thank you” antes de continuar con su actuación.
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Estefanía de Mónaco y el Baby’O
Un día antes del festival musical, algunos de los participantes acudieron al Baby’O, el antro más famoso de Acapulco, para disfrutar de una fiesta organizada especialmente para ellos, según informaron los medios de la época.
La princesa Estefanía de Mónaco no quiso perderse el evento, así que acudió al lugar. Lo que no se esperaba es que el cadenero le prohibiría la entrada porque su look la hacía verse desaliñada.
De acuerdo con el relato que dio el gerente a los medios de comunicación, al Baby’O llegó “una chica muy guapa, pero con mala pinta. Se veía mal, como si hubiera estado tres días de fiesta: descalza, con los vaqueros rotos y estilo hippie”.
El cadenero le prohibió la entrada a la discoteca donde se reunía la crema y nata de la ciudad, así como las celebridades que estarían en el Festival Acapulco 91. Sin saber que rechazaba a la princesa de Mónaco, le dijo que volviera cuando “se vistiera bien”.
Esto llegó a oídos de Luis Miguel, quien conocía bien al dueño del lugar (pasó ahí muchas noches inolvidables) y lo regañó por haber dejado afuera a Estefanía de Mónaco, una princesa muy conocida en Europa.
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La música de Estefanía de Mónaco
A pesar de que no era muy bien recibido en la familia Grimaldi que un miembro de la casa real monegasca se convirtiera en cantante, Estefanía recibió el apoyo necesario para comenzar su carrera musical.
En 1985 lanzó su primer disco, Besoin, que para sorpresa de muchos se colocó entre los preferidos del público. De este disco se desprenden los sencillos Ouragan y One love to give, ambos alcanzaron los primeros lugares de las listas de popularidad.
Tras el éxito obtenido, principalmente en Francia, Estefanía de Mónaco firmó con Sony Music y lanzó su segundo disco, Stephanie. Gracias a esto, la princesa tuvo que viajar a Estados Unidos, donde conoció al Rey del Pop, Michael Jackson, quien le pidió ayuda para grabar el tema In the closet de su álbum Dangerous.
Inicialmente, se desconocía de quién era la voz que aparece en el tema musical del cantante, pues en los créditos quedó registrado como mistery girl. Años más tarde, el intérprete de Thriller reveló que fue la princesa quien prestó su voz para el tema.
Para entonces, Estefanía de Mónaco ya había perdido el interés en la música y, pese a que Michael Jackson la alentó a continuar, ella se enfocó en su nueva relación sentimental consu guardaespaldas, Daniel Ducruet por el que, dicen, abandonó la música.
En 2016, su talento musical de la princesa se hizo presente nuevamente cuando lanzó una canción para recaudar fondos en la lucha contra el sida para la organización Fight AIDS Mónaco, de la que es embajadora.
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