Muere Elda Peralta Ayala, actriz de cine mexicano, a los 91 años
Elda Peralta participó en más de 40 películas y destacándose en obras como 'La negra Angustias' y 'Cuando ¡Viva Villa! es la muerte'.
FB @andactores
El miércoles 15 de mayo se dio a conocer el fallecimiento de Elda Peralta Ayala, una destacada actriz de la época dorada del cine mexicano, a la edad de 91 años.
La noticia fue confirmada por la Asociación Nacional de Actores (ANDA) a través de las redes sociales, quienes expresaron su pesar por la partida de Peralta y resaltaron su invaluable contribución al cine mexicano.
Hasta el momento, la causa de su fallecimiento no ha sido revelada.
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¿Quién era Elda Peralta Ayala?
Elda Peralta, nacida el 28 de julio de 1932 en Hermosillo, Sonora, fue una mujer multifacética. Inicialmente interesada en el tenis profesional, decidió seguir su verdadera pasión: la actuación. A lo largo de su carrera en el cine mexicano, participó en más de 40 películas, incluyendo títulos como “El pecado de quererte”, “Nosotras, las taquígrafas”, “Mi adorada Clementina”, “Chucho, el roto”, “Bendito entre las mujeres” y “El esqueleto de la señora Morales”.
Además de su trabajo en el cine, Elda Peralta destacó como escritora con obras como: “La época de oro sin nostalgia”, “Luis Spota en el cine mexicano”, “Nocturno mar sin espuma” y “Remedios para olvidar”. En el cine mexicano brilló con su talento como actriz en cintas como “Hipócrita”, “La negra Angustias”, “Necesito dinero”, “Cárcel de mujeres”, “Acuérdate de vivir”, “Cucho el roto” y “Cuando viva Villa es la muerte” en las que compartió créditos con estrellas como Pedro Armendáriz, Humberto Almazán, Elsa Aguirre, Mauricio Garcés y María Elena Marqués.
La actriz dijo que tuvo que pausar su sueño en las pantallas por una mala experiencia con un cineasta
A pesar de su éxito en la actuación, Elda Peralta también vivió momentos difíciles en su carrera. En una entrevista para El Universal, reveló haber experimentado acoso por parte de un cineasta, lo cual afectó profundamente su trayectoria. Aunque continuó trabajando en el medio, decidió abandonar la actuación y dedicarse a la enseñanza de Historia del Teatro en el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura.
Lo ocurrido me causó un trauma. En mis 10 años de carrera, cada vez que decían ¡cámara! titubeaba y se me torcía un poco la boca”.
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