Celestino se convirtió en entrenador de niños tras un tropiezo en su vida
Enseña box a los niños para alejarlos de 'las calles'.

Enrique Ordóñez | Celestino utiliza el boxeo como una herramienta de inclusión.
/Enrique Ordóñez
El boxeo no sólo es un deporte que da fama y dinero, también puede ser utilizado como una herramienta de inclusión o prevención del delito.
Delia González inició su negocio de platería hace 33 años y ahora tiene fama mundial
Un claro ejemplo de eso es don Celestino Ramírez Aparicio, originario de la CDMX y con raíces oaxaqueñas, quien estuvo preso durante 16 años en diferentes reclusorios de la Ciudad de México por el delito de robo a transeúnte, y ahora se dedica a enseñarle a los niños el arte de los puños.
Esto nos dijo:
-¿Por qué enseñas box a esta comunidad?
“Los indígenas no estamos adaptados a vivir en una sociedad como ésta, pero el box nos ayuda. Yo lo que busco es que los niños de mi comunidad ya no sean discriminados, y por fortuna lo he logrado; ya hay igualdad entre mis alumnos, gracias al box. También quiero ayudar, mediante el boxeo, a esos jóvenes en situación de calle, buscarles escuelas para que haya un cambio significativo en sus vidas, darles educación integral”.
-¿Cómo comenzó la construcción de tu gimnasio?
“Varias de las cosas que hay aquí las recogimos de la basura, pepenando. Antes entrenábamos en un predio a la intemperie, pero había mucha delincuencia, gente maldosa o hasta personas que se orinaban ahí, y la misma comunidad nos dijo que nos metiéramos a entrenar a esta vecindad”.
-¿Recibes apoyo de alguna institución?
“De la Secretaría de los Pueblos Indígenas recibí 100 mil pesos y adaptamos el estacionamiento, pero no hay un seguimiento, aún faltan cosas”.
-¿Y cuál es tu sueño?
“Tener una escuela de box. Me motiva ver la sonrisa de los niños, que no van a sufrir lo mismo que yo, que cambiarán sus vidas y recibirán una educación”.
-¿Cómo llegó el boxeo a tu vida?
“Es que a mí me acuchillaron en la cárcel, tengo todo el cuerpo marcado, pero el boxeo me reinsertó a la sociedad”.
-¿Obtienes algún beneficio económico por dar estas clases de box?
“Yo no recibo ni un peso. A veces he pasado hambre y llegado a tener problemas con mi esposa por dinero para seguir en esto, porque vendo artesanías en la calle y a veces he tenido que suspender las clases de box para ir a vender y poder mantener a mi familia”, concluyó el entrenador.