Isabel Pantoja enfrenta juicio por presunta insolvencia punible

Isabel Pantoja regresó a los Juzgados de Málaga para prestar declaración ante el juez, acusada, como administradora única de la sociedad Panriver 56 S.L., de ser cooperadora necesaria de un presunto delito de insolvencia punible, ya que, no ha hecho frente a una deuda por la construcción de una de sus casas, en 2015.

La acusación rechazada por la cantante (es un delito que se comete cuando un deudor realiza actos fraudulentos que perjudican los intereses de los acreedores. La intención es eludir el pago de una deuda) .

Aunque intentó por todos los medios verse de nuevo sentada en el banquillo de los acusados, Pantoja fue captada completamente derrumbada. Además, entró a los juzgados sin ocultar su nerviosismo y su dolor por regresar al lugar en el que fue condenada a 24 meses de prisión por blanqueo de capitales por el caso Malaya.

Esta vez, ni sus esfuerzos por llegar a un acuerdo extrajudicial con la sociedad querellante en los últimos días, ni los informes médicos y psicológicos que presentó al juzgado demostrando que no se encuentra en condiciones de declarar, han dado frutos.

El juicio contra Isabel Pantoja dio comienzo en el Juzgado de lo Penal número 5 de Málaga, con una tonadillera completamente rota que, intentó a duras penas contener el llanto sin conseguirlo, prestó su declaración ante el juez.

Insistiendo en que desconocía los embargos sobre sus propiedades, Pantoja reveló que cuando se enteró de las deudas que arrastraba, “yo estaba privada de libertad”. “Estando donde yo estaba no me importaba el precio de la casa ni nada” confesó, admitiendo que su “error” fue “poner todos mis bienes como aval de esa casa” para “intentar salvar mi patrimonio”.

Desolada, Pantoja hizo hincapié en que desconocía el presunto delito por el que está siendo juzgada, ya que, mientras estuvo en prisión, tema del que nunca había hablado hasta ahora, “no recibía la visita de mis abogados”. “Las únicas visitas que recibía eran las de mis hijos, mi sobrina y mi hermano Agustín. Solo nos abrazábamos y hablábamos de salud, no de dinero”, concluyó.