Adriana Lavat, abierta al amor y dispuesta a regresar a trabajar

Adriana Lavat, de 45 años, se presentó ayer en la premier de la serie de Netflix ‘Seis manos’ donde participa su amiga Angélica Vale en el doblaje, y ahí habló de varios temas.

Sobre su look con canas comentó “un día mi hija me dijo ´basta mamá, déjate las canas, tu esencia no va a cambiar, tu cara es la misma, lo que tú eres no va a cambiar, sólo es un color de pelo, así que atrévete y seguramente serás un ejemplo para otras y aquí me tienes de p3nd*j4 con el cabello blanco. No es un proceso fácil, a veces siento que tengo una estopa de mecánico en la cabeza, pero sinceramente este proceso me ha hecho más fuerte. En la vida te pasan cosas diferentes y esto es muy estético, banal, pero sí pone a pruebas tus capacidades de aceptación. Hay mucha gente que vocifera y muchas bocas que me dicen que me veo fodonga, acabada, fea, vieja y destruída, pero luego hay otras mujeres que se fortalecen conmigo y apoyo y honro a las mujeres que se atreven. Dicen que los hombres con canas se ven interesantes y a las mujeres nos tachan de fodongas y feas, lo importante es lo de adentro, a nadie le importa que yo tenga que ir a pagar cada 15 días el tinte cuando hay días que no te quieres ni parar por la fibromialgia, y espero que muchas personas se animen a ser ellas mismas y no estar atadas por el qué dirán porque no les das gusto a nadie”.

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En cuanto a si le gustaría volver a enamorarse, dijo “un galán hay que tenerlo cuando debe ser, ha habido pretendientes, pero no tengo alguna relación formal ni informal. Obviamente sí me gustaría tener una pareja, pero mi prioridad siempre fueron mis hijos, jamás quise un padrastro para ellos, y mi condición de salud que no me dejaba salir, pero mis retoños ya están grandes. Ha sido un proceso de mucho aprendizaje, y ahorita una pareja ya podría venir bien, y espero que mis hijos lo comprendan. Yo creo que ellos se pondrían celosos, sobre todo mi hijo es el que me cela, pero estoy abierta al amor”.

Respecto a la fibromialgia que padece, aseguró “me duelen los pies, los huesitos de la mano, la fatiga crónica, la mandíbula, pero aprende uno a aceptar las cosas que no puede cambiar y a hacer algo honorable de lo que te toca, llevo 13 años con esto de los cuales 7 estuve en cama y un día gracias a Dios me levantó de ese agujero terrible y ahí vamos, un día a la vez, hay de plano días que no se puede y otros que hasta tacones, aunque me arda el pie”.

Sobre si quisiera volver a trabajar señaló “estoy en México a ver las nuevas propuestas que hay, voy a estar yendo y viniendo de Estados Unidos para acá porque tengo más ganas, ánimo y constancia de salud que me permiten más comprometerme. Antes no me sentía con ganas de querer comprometerme a un trabajo que te exige tanta energía, pero cada vez estoy mejor”.

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