Fernando del Solar confiesa que estuvo muerto
Afortunadamente, todo a vuelto a su lugar
/Clasos, Shutterstock e Instagram
El actor recurrió a su seguro para poder pagar todos sus gastos
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En un momento, el médico le comentó a la madre de Fernando que era momento de desconectarlo porque ya no había nada por hacer, pero ella, firme a sus creencias no aceptó. Diez días después los doctores aseguraron que el tumor se redujo en un 80 por ciento.
Fernando del Solar es un conductor de origen argentino que se ha ganado el cariño de los mexicanos y de todos es bien sabido que lamentablemente, por mucho tiempo, padeció Linfoma de Hodgkin (un tipo de cáncer) el cual le provocó muchas pérdidas tanto personales como laborales.
Ahora, una vez superado el amargo momento el conductor tomó valor decidió escribir y plasmar toda su experiencia en un libro titulado: “Arriba los corazones”.
En este panorama, la periodista de espectáculos Mara Patricia Castañeda decidió entrevistar al conductor, quien sin problema alguno contó cómo llegó a nuestro país e inició su carrera de actor y modelo.
Mientras fluía la conversación Mara cuestionó al conductor sobre qué fue lo que hizo se pudiera alerta de que algo no estaba bien con su salud.
“Cuando te dicen tienes cáncer; me acuerdo que al subir y bajar escaleras y mis hijos eran muy chiquitos, uno tenía ocho meses, otros tres años, me agitaba mucho cuando los cargaba y subía las escaleras (...) entonces voy con el neumólogo, me hace una placa y me dice: ‘Fernando, lo que usted tiene es cáncer’”.
“Me acuerdo que el doctor seguía hablando y yo no sabía ni lo que decía, lo único que sentía era que me hacía chiquito en la silla y lo único que quería era salir y gritar: ¿Cómo que tengo cáncer? Porque cuando te dicen que tienes cáncer uno lo asocia a muerte, pero hoy para mí a cambiado esa manera de pensar, la tuve que cambiar y estoy contento con eso, pero en ese momento es un trancazo se acabó mi vida y no sabes cómo levantarte”.
Mencionó que lo más angustiante de todo el proceso fueron las noches porque era cuando su casa se quedaba en silencio y él no podía conciliar el suelo, por se refugió en la lectura, la cual también lo acercó a otras religiones.
Precisó que el 21 de diciembre de 2015 sufrió un paro respiratorio y por eso lo tuvieron que inducir al coma, además de estar conectado a una infinidad de aparatos. “Yo estuve muerto, estuve un lugar no lugar fantástico”.
Después del todo esto considera que el cáncer le resultó ser un gran maestro, porque “después de todos los trancazos que hubo, digo me ha hecho muy bien, porque me ha ayudado a limpiarme, a voltearme a ver a mí otra vez, a reconocerme otra vez, para ponerme hacer lo que quiero ser”.
