En marzo pasado, mediante sus redes sociales, Mauricio Martínez, de 44, denunció a Toño “N”, quien fungiera como creador de grupos de música pop de los 90, de intentar abusar sexualmente de él; un mes después vino desde EU, donde vive, a entablar la denuncia de manera formal. Ahora, el actor y cantante nos dice cómo va el proceso y qué tan doloroso es revivir todo. Además nos contó qué pasaría si en el caso de que existiera un careo, cómo enfrentaría a su presunto agresor:

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“Muy bien, gracias. Vine hace un par de meses por el asunto legal que ya todos saben, pero sí, ya tenía tiempo que no había podido venir a mi país, pero acá andamos, felices. Extraño México, pero lo que hago en Nueva York es mi pasión, el teatro musical era mi sueño y tenía que hacerlo. Uno debe luchar por sus sueños, sin dejar que lo pisoteen o hacer cosas que no quieres”.

-También estás allá, porque estás buscando la nacionalidad, ¿cierto?
“Sí, en un año me vuelvo ciudadado americano; ahorita estoy como residente y son procesos también largos, pero estoy contento por eso, pues es un sueño que se va a lograr. Eso sí, mexicano siempre seré”.

-Mauricio, siempre has hablado de frente y sin tapujos, ¿te ha dado miedo alguna vez el expresar lo que sientes?
“No, el miedo ya no existe en mí, tenemos que alzar la voz, ya basta de tantas injusticias, ya basta de que abusen de las personas. Nunca es tarde para hablar la experiencia y denunciar, eso es lo más importante”.

“Ahí va, sé que van más de veinte denuncias en su contra, pero aquí los procesos son muy lentos. También tengo que decirlo, la fiscalía se está poniendo las pilas y está haciendo las cosas bien, al igual que mis abogadas, esperando que se haga justicia”.

-¿Tú cómo te sientes?

“Contento, tranquilo, y espero que todavía más víctimas de abuso sexual se animen a denunciar, porque pues eso es lo más importante de esto”.

“Como te decía, aunque están trabajando en mi caso, las cosas aquí son lentas. Ahorita que dices del careo, la verdad no sé si se hagan ese tipo de cosas aquí en México, en Estados Unidos sí se hace; si es que se llegara a hacer, pues a cruzar ese puente para poder estar bien”.

-Imagino que será también un proceso fuerte y difícil...

“Todo esto ha sido muy difícil, pero yo he ido trabajando en eso durante muchos años y por eso es que estoy aquí, de frente y con

la cara en alto. Muchos años pensé que el que estaba mal era yo, pero no es así”.

-Y si lo tendrías que ver a la cara, ¿qué sentirías o cómo reaccionarías?
“No lo sé, ¡hasta me pongo nervioso!; a él no lo he visto desde hace más de veinte años y la última vez que lo vi fue bastante desagradable. Quiero que la justicia de mi país me regrese la fe, nunca es tarde y creo que es un buen ejemplo para dejarle a las nuevas generaciones que no se dejen”.

-Vuelvo al punto, es cuestión de alzar la voz y de valentía...
“Tenemos que hacerlo. Las mujeres nos pusieron el ejemplo desde hace seis años con el movimiento de Mee To, y ahora también es de hombres. No es algo que sea rápido, no es algo que sea fácil, pero hay que luchar porque lo que me pasó, no quiero que le pase a alguien más”.

-Como dices, este no es asunto de género, sino de personas...
“Exacto, a cualquiera le puede pasar lo que a mí, y yo le puse un alto en ese momento y me salí; hay quienes no pueden ni eso, entonces hay que luchar por nuestra salud, por nuestro bienestar y que este tipo de personas paguen lo que han hecho mal durante muchos años”.

“Por ahora estoy tranquilo, soltero y feliz”.

“Es que me he metido tanto en la denuncia, que no me he dado el tiempo para eso; tampoco lo ando buscando. Las relaciones que he tenido es porque me ha sorprendido la vida con ellas y muy agradecido porque aprendí, amé y me han amado mucho”.

“Claro que hace falta, pero también tenemos que tener amor propio y yo solito me apapacho”.

“Imagínate, no sé qué hubiera pasado si no hubiera trabajado en mí con todo lo que me ha pasado desde este abuso, el cáncer, el irme a otro país, los rompimientos; en verdad, ir a terapia salva vidas. La terapia ayuda mucho, me hizo más fuerte, más

valiente, más aguerrido y, sobre todo, a entender que yo no estaba mal”, concluyó.