Ya nació la bebé de la Wanders Lover y se convirtió en mamá por tercera vez

Por tercera ocasión, Yered Licona La Wanders Lover, de 35 años, experimentó la magia de la maternidad. Platicamos con la comediante y nos dijo:

“No, Majo estaba programada para el 24 de agosto, pero apenas tenía 38 semanas y quería seguir preparando todo para su llegada. Fui con el doctor y me dijo que me podía esperar una semana más, pues la bebé venía muy bien”.

“El jueves 29, como a eso de las 4 de la mañana, empecé con los dolores. En mis otros embarazos nunca había tenido contracciones, jamás las había sentido”.

“Le llamé al doctor y a las 8 de la mañana ya estaba en el hospital; me prepararon y todo fue muy rápido. A las 10:18 nació Majo, pesó 3 kilos 450 gramos, es una bebezota”.

“Sí, cuando me dijeron que ya iba a nacer, sentí un apretón debajo del pecho, para que pudiera nacer y sacarla”.

“Para ella no, a las 9 de la mañana entré, me pusieron la mentada raquea, ¡que cómo duele!; se tardaron un poco porque además de ser una bebé muy grande, venía de cara, pero sólo fue eso”.

“Fue más difícil, y es que mi útero se dañó, ya estaba desgastado y con el parto ocasionó una hemorragia, entonces, después de que nació mi hija, todos salieron y el ginecólogo se tardó más conmigo justo por ese problema que tuve”.

“Sí, yo pensé que no iba a aguantar algo tan fuerte; estaba muy emocionada, lloró cuando recibió a su hermana y Radamés también, él me acompañó".

“Así es, nunca imaginé que él me pudiera acompañar; pero me hizo sentir muy apoyada. Mucha gente lo va a criticar, pero al final todos tenemos derecho a resarcir nuestros errores”.

“No, él llegó después. Radha estaba con él en su casa. Yo le hablé para avisarle y, obviamente, mi niña quería estar con su hermana, entonces Radamés me dijo: ‘No te preocupes, ahorita te la llevo’. Llegó y se ofreció a grabar el momento, junto con Grecia”.

“Mucho, fueron sentimientos encontrados. Recordé mis otros embarazos y todos han sido diferentes, pero yo pensé que iba a ser algo muy triste, porque no me está apoyando el papá; pero no fue así, lloré de felicidad, de ver a Grecia con su hermana y a Radamés apoyándome”.

“Estoy muy feliz, aunque muy adolorida, y es chistoso porque no sentí dolor hasta que ya llegué a mi casa, pero bueno, la recompensa es ver a Majo conmigo y saludable”.

“El primer día estuvo dormidita la mayor parte del tiempo y todo mundo decía: ‘Qué tranquilita’, pero ya más tarde sí lloró mucho y estuvo toda la noche despierta. Ahorita le estamos adaptando el horario con la pediatra, la baño después de las 6 para que duerma más, pero eso sí, come cada tres horas”.

“Yo le dije: ‘Ya hablaste, ahora te friegas’ (ríe). La verdad es que sí ha estado muy pendiente de mí, y pagó las comidas de las visitas y cositas así, pero realmente yo me hice responsable de todos los gastos de la cesárea”.

“El papá no existe, y qué triste... pero él se lo pierde y nosotras nos lo ahorramos”.

“A lo mejor sí. Yo no soy quien para quitarle ese derecho a Majo, porque cuando crezca inevitablemente me va a preguntar por su papá, pero definitivamente no dejaría que la registre con su apellido, de eso ya no es tiempo. Si quiere darle algo económicamente, adelante, ahí tiene a su hija, pero quiero aclarar que yo no le estoy pidiendo absolutamente nada, para que no se malinterpreten las cosas”.

“Ay, pues yo digo que se parece a mí, pero todos los que ya la conocieron dicen que se parece mucho más a su papá, ¡ya que! Creo que sí tendrá su cara, la nariz y la boca no son mías. Hasta eso es guapo, un cobarde, pero guapo (ríe)”, finalizó.