¿Qué pasa en el cerebro de una persona que padece depresión?
En México, 3.6 millones de personas adultas padecen de depresión.

Más de 3.6 millones de personas adultas padecen de depresión en México.
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- José Manuel Montes, jefe de sección psiquiátrica del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, habló de los tres dominios para que te diagnostiquen depresión.
La depresión es una de las enfermedades mentales menos comprendidas actualmente, dado que la predisposición genética y las alteraciones hormonales son los principales factores biológicos que asocian a esta enfermedad, lo cual provoca cambios a nivel cerebral.
En un artículo especializado de medicina, el experto José Manuel Montes, jefe de sección de psiquiatría en el Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, aseguró que “se trata de una enfermedad del cerebro, una estructura a partir de la cual sentimos y que también se puede alterar… La depresión no es simplemente estar triste. Todos podemos sentir tristeza, es algo evolutivamente positivo”.
Si bien, para diagnosticar la depresión, la persona no necesariamente debe estar afligida, dado que “hay que considerar la combinación de tres dominios: el emocional, el físico y el cognitivo”.
El primero no solo incluye a la tristeza, sino también la ansiedad, pánico, angustia, falta de motivación o la desesperanza.
Por su parte, la física radica en los síntomas más comunes, como el insomnio, la fatiga, cambio de peso, pérdida de apetito o mareos.
En cuanto a la cognitiva, esa tiene que ver con la atención, concentración y alteraciones de la memoria, así como la lentitud de pensamiento.
¿Qué pasa en el cerebro de una persona con depresión?
Según el experto, el humano genera alteraciones cerebrales que se desarrollan, es decir, la sustancia gris, encargada de procesar la información del cerebro, disminuye del hipocampo de la amígdala y en la corteza prefrontal, por lo que se produce una atrofia y pérdida de conexiones sinápticas.
“El ser humano le da a todo un contenido emocional. Ante cualquier circunstancia, generamos una emoción que deriva en un pensamiento o en una conducta. Si hay algo que me asusta, huyo”, dijo José, quien advirtió a que un golpe emocional puede causar estrés crónico, soledad, traumas infantiles, acontecimientos vitales o el consumo de sustancias.
Y agregó: “Esto se traduce en una alteración del pensamiento y de la conducta. Hay personas que incluso son incapaces de moverse porque ese impacto del circuito emocional les afecta a todo el cuerpo”.