Soy la ansiedad no te asustes
Ojalá que puedas verme como lo que soy: tu esencia. ¡Ésa soy yo!

disfrazada de ansiedad
/Shutterstock
Soy la ansiedad, no te asustes, vengo en son de paz.
Sé que te sientes horrible cada vez
que aparezco, pero no te haré daño.
Hago un relajo y te asusto,
pero créeme, si no te he matado,
no lo voy a hacer.
Aparezco así porque no había encontrado
la manera de que me escucharas, estabas
tan ocupado tratando de ser exitoso,
productivo y digno de ser amado,
que no escuchabas mis pequeñas señales.
¿Recuerdas cuando te dio un fuerte
dolor de cabeza? ¿O cuando tuviste
insomnio por más de 2 horas?
¿O esa vez que te soltaste
a llorar sin motivo?
Era yo tratando de que me escucharas, pero
no lo hiciste. Así que hice algo más fuerte,
que te temblara el ojo, que se te taparan
los oídos y te sudaran las manos, y no funcionó.
Por eso decidí escribirte.
Y si me estás leyendo, es porque
ya tienes el valor de escucharme.
Lo único que llevo tratándote de decir es que...
¡ya es tiempo de evolucionar!
Necesitas asumir que eres responsable
de ti y que sólo tú podrás escucharme
y hacerme caso, y cuando lo hagas,
créeme, me iré.
Si hoy estoy aquí, es porque me
necesitas. Me necesitas para modificar
tu manera de vivir, para hacer lo que
te gusta, para ser tú mismo y perder el miedo
al rechazo, o aprender a decir “no”.
Ojalá que puedas verme como lo
que soy: tu esencia. ¡Ésa soy yo!
Se despide con cariño: tu esencia
disfrazada de ansiedad.